El laborismo británico elige el quinteto que peleará por relevar a Corbyn
Cuatro mujeres y un hombre (el favorito y centrista Keir Starmer) se disputarán hasta el 4 de abril el puesto de líder del principal partido de la oposición en Reino Unido
El candidato moderado y eurófilo Keir Starmer sumó ayer lunes el mayor número de avales entre los diputados del Partido Laborista británico de cara a unas primarias en las que él y cuatro mujeres aspiran a suceder a Jeremy Corbyn como líder de la formación.
Starmer obtuvo el respaldo de 89 colegas de bancada, mientras que Rebecca Long-Bailey, percibida como la candidata continuista de la actual dirección, recabó 33 apoyos.
Tras haber sufrido en diciembre la peor derrota electoral desde 1935 frente al conservador Boris Johnson, el Partido Laborista se debate entre mantener la línea más izquierdista que ha trazado Corbyn durante los últimos cuatro años o bien dar un giro hacia el centro.
Continúan asimismo en la carrera por la sucesión Lisa Nandy (31 apoyos), descrita como representante de la “izquierda suave” del partido; Jess Phillips (23), una de las voces más críticas con Corbyn respecto al Brexit y las acusaciones de antisemitismo, y Emily Thornberry (también 23), que ha presionado por un segundo referéndum.
Clive Lewis, uno de los más prominentes defensores de la permanencia en la Unión Europea (UE) de la formación, dio un paso atrás poco antes del plazo establecido, al no haber sumado un mínimo de 22 nominaciones entre sus colegas de bancada.
El 4 de abril se conocerá el resultado de unas primarias que entran ahora en una nueva fase.
Los cinco candidatos deben obtener un respaldo suficiente por parte de asociaciones laboristas locales y sindicatos afiliados a la formación antes del 14 de febrero. Por último, a partir del 21 de ese mes, los militantes y socios del partido votarán por los candidatos que continúen adelante.
Recuperar el centro
El hasta ahora portavoz para el Brexit del partido encabeza las encuestas entre los afiliados y ha obtenido ya el apoyo de Unison, el mayor sindicato del Reino Unido, con 1,3 millones de miembros.
El ala izquierdista de la formación le percibe como ideológicamente cercano al ex primer ministro Tony Blair, aunque él ha tratado de mantener la equidistancia entre las diversas facciones laboristas.
“No vamos a tirar a la basura al último Gobierno laborista (liderado por Blair y Gordon Brown) ni los últimos cuatro años (con Jeremy Corbyn)”, dijo al lanzar su campaña para la sucesión Starmer, que se ha mantenido hasta ahora en la dirección del partido.
Starmer presionó durante meses para que Corbyn aceptara defender un segundo referéndum sobre el Brexit como política oficial, aunque ahora reconoce que el debate sobre la permanencia en la UE ha terminado.
Su posición en ese terreno se basa en negociar una futura relación con el bloque comunitario que “proteja la economía, los puestos de trabajo, los estándares laborales y los medioambientales”.
A los currantes
La candidata ha resaltado durante el inicio de la campaña de las primarias la profunda huella que dejó en ella la inseguridad laboral que sufría su padre en los muelles de Manchester (Inglaterra) durante el Gobierno de la conservadora Margaret Thatcher.
Defiende una agenda económica similar a la que proponía Corbyn en las últimas elecciones, con especial acento en la inversión en servicios públicos y en medidas para frenar la caída de los estándares de vida en el Reino Unido.
Respecto al Brexit, Long-Bailey se alineó con la dirección laborista y mantuvo la ambigüedad calculada con la que el partido trató de retener tanto el apoyo de las regiones del norte de Inglaterra partidarias de abandonar la UE como el voto urbano de Londres, contrario a la ruptura.
Ha recibido el apoyo explícito de Momentum, la organización de base que aupó a Corbyn, y espera alcanzar en las próximas semanas el del sindicato Unite, la organización que mayores fondos aporta al Partido Laborista.
Y la tercera vía
Lisa Nandy no ha acaparado tanta atención mediática en los últimos días como Starmer y Long-Bailey, pero el nivel de apoyo que ha recibido entre los diputados laboristas ha relanzado sus opciones en las primarias.
Tras la última derrota electoral, ha asegurado que la arrolladora victoria de Johnson “se veía venir desde hacía tiempo” y ha llamado a reestructurar el partido sin abandonar su identidad de izquierdas.