El juego de PSC y ERC para cerrar apoyos en la investidura marca la resaca electoral
Aragonès quiere adelantar a Illa y asedia a los ‘comunes’ para que entren en un ‘Govern’ con Junts y la CUP, pero Albiach se niega.
El lunes de resaca electoral en Cataluña ha terminado con un juego: el pilla pilla. Tanto el PSC como ERC se persiguen en una carrera acelerada por cerrar antes que el otro los apoyos que permitan, bien al socialista Salvador Illa o al republicano Pere Aragonès, someterse al trámite de la investidura.
El próximo 12 de marzo es la fecha límite para a conformación del nuevo Parlament. Por delante hay casi un mes de ofrecimientos y jugadas en los que el futuro presidente o presidenta de la Cámara catalana jugará un papel fundamental, pues le corresponderá decidir a quién manda a examen tras hablar con todos los grupos.
Illa está siendo proactivo. El candidato del PSC tiene la lección de Inés Arrimadas aprendida. Y, por eso, intentará en los próximos días abrir un espacio que rompa el bloque independentista, pero lo cierto es que lo tiene complicado. Hablará con todos excepto con Vox. Sus 33 escaños, los mismos que tiene ERC, están muy lejos de la mayoría absoluta incluso aunque consiguiese sumar los 8 diputados de los ‘comunes’ que capitanea Jéssica Albiach.
El candidato del PSC tiene la esperanza de sumar de alguna manera a ERC, a la que ya ha avisado de que sus objetivos —autodeterminación y amnistía— son “irrealizables”. Illa no quiere gobernar con los secesionistas, pero intenta que los republicanos, que no se apean de gobernar solo con independentistas, puedan apoyar desde fuera un Govern a la monclovita de socialistas y morados. Eso sí, no ha trascendido qué ofrecería el candidato del PSC a ERC a cambio de que renuncien a presidir la Generalitat.
El líder de los republicanos, Oriol Junqueras, también ha querido marcar distancias con el PSC y le ha advertido de que sus partidos son “dos fuerzas antagónicas”. En ERC creen que están más cerca que Illa de conseguir los síes necesarios. El problema de los republicanos se llama Jéssica Albiach, a quien ya están asediando para que acepte entrar en un Gobierno “amplio” que dé prioridad a la mesa de diálogo entre Madrid y Barcelona.
La realidad es que ese hipotético Ejecutivo sería un totum revolutum de partidos independentistas —ERC, Junts y Cup— y ‘comunes’, partidarios del “derecho a decidir”, con diferencias ideológicas abismales en un momento en el que Cataluña deberá gestionar parte de los fondos europeos de reconstrucción.
La líder de los ‘comunes’ se niega a entrar en un Gobierno en que esté la derecha de Junts. Por eso, Podemos ha ofrecido este viernes un paraguas a sus hermanos ‘comunes’ y han instado a ERC a ser “valiente”, explorar un gobierno de izquierdas con al PSC y desechar la reedición de un gobierno con Junts.
El veto de los morados a posconvergentes es fuerte. Ahora, le toca a ERC liderar las negociaciones con el resto del independentismo, pues es la primera vez que lidera en votos y escaños el espacio secesionista. Junts reconoce esa posición de fuerza de los republicanos. Por eso, ya ha dicho que está dispuesta a apoyar a Aragonès. Es más, la CUP también ve con buenos ojos ese gobierno de independentistas con apoyo de Catalunya En Comú.
El PSOE, que da todo su apoyo a Illa, sabe que es más probable que sea Aragonés quien gane el pilla pilla. Pero en Ferraz ven con muy buenos ojos el resultado y esperan que ERC, que ahora es el principal partido independentista de Cataluña, pueda ser más independiente de Junts a la hora de apoyar o no al Gobierno de coalición en Madrid.
El PP, tocado
Los de Pedro Sánchez han señalado este lunes dos claras derrotadas el 14F: la derecha a nivel nacional (PP y Cs) y a nivel autonómico (Junts). Los populares están digiriendo unos resultados muy malos que suponen un toque para Pablo Casado. El líder del PP afrontar este martes ejecutiva con los suyos y teme que haya barones que levanten la voz para tirar de las orejas al jefe de Génova, 13.
La actual dirección del PP busca que el peor resultado de su historia en Cataluña no dañe a su líder, Pablo Casado, ni al proyecto a nivel nacional y ha culpado de la torta que se han dado a la abstención y a Pedro Sánchez, a quien acusan de “juego sucio” y de dar alas al separatismo.
El ‘sorpasso’ de Vox a los populares ha permitido esbozar una sonrisa vengativa a Santiago Abascal. El jefe ultra ha celebrado este lunes los resultados, aunque ha lamentado el avance del independentismo y del PSC. “Tenemos un deber con los catalanes, cumplir con nuestras promesas para recuperar la Cataluña de la concordia, hispánica y orgullosa de su españolidad”, ha prometido. El lío catalán sigue.