El Banco de España estima que la tasa de paro alcance el 20% este trimestre
El organismo supervisor pronostica una caída del 20% del PIB.
El Banco de España señala que la caída del producto interior bruto (PIB) español se habría intensificado “notablemente” en el segundo trimestre, debido al confinamiento, la suspensión de actividades no esenciales y las pérdidas de producción en la desescalada, hasta situarse en una horquilla cuyo punto medio sería un descenso cercano al 20% intertrimestral, con una tasa de paro próxima al 20%, aunque constata que desde principios de mayo, los indicadores apuntan a una “suavización parcial y progresiva” de los descensos interanuales de la actividad.
Así figura en el informe trimestral de la economía española, elaborado y publicado por el organismo supervisor, en el que señala que la pandemia del Covid-19 y las medidas introducidas para contenerla han tenido “efectos muy profundos” en la economía global, aunque numerosos países han emprendido estrategias de desescalada gradual de las medidas de distanciamiento y la actividad económica “ha comenzado a retomar una cierta normalidad”.
El organismo señala que la gravedad de la pandemia y las medidas de contención aplicadas, tanto en España como en la mayoría de socios comerciales, han dado lugar a una “profunda recesión”, de forma que, tras caer el PIB un 5,2% en tasa intertrimestral en el primer trimestre, avisa de una “notable intensificación de la disminución del PIB” en el segundo trimestre.
Esto se debe a que el periodo comprendido entre confinamiento y el comienzo de la desescalada abarca siete semanas, de las cuales solo las dos primeras corresponden al primer trimestre, y el resto, al segundo, a lo que se añade la suspensión de actividades no esenciales, en el que la caída del producto fue más pronunciada, y las pérdidas de producción registradas en la desescalada con respecto a su nivel habitual, que, aunque decrecientes, se han mantenido hasta el final del trimestre.
No obstante, constata que desde principios de mayo, los indicadores apuntan a una “suavización parcial y progresiva” de los descensos interanuales de la actividad, pareja al despliegue del plan de relajación del confinamiento. Con todo, la actividad y el gasto se mantienen todavía claramente por debajo de los niveles previos a la crisis sanitaria.
En un escenario de recuperación temprana (pérdidas de producción algo menores de lo previsto en marzo) el PIB cedería un 16% en el segundo trimestre, mientras que en un escenario de recuperación gradual la economía caería un 21,8%. Concretamente, apunta a una horquilla cuyo punto medio sería un descenso cercano al 20% intertrimestral.
Para el conjunto del ejercicio 2020 mantiene que el PIB retrocedería, respectivamente, un 9% y un 11,6% en la media del año en los escenarios de recuperación temprana y gradual, que podría alcanzar incluso el 15,1% en un escenario de riesgo.
Solamente en el escenario de recuperación temprana, el nivel del PIB al final de 2022 superaría al previo a la crisis, lo que subraya la posibilidad de que las consecuencias de la crisis tengan un “componente duradero”.
Todos los componentes de demanda experimentarán descensos muy elevados en el segundo trimestre, estima el organismo. Dentro de la demanda nacional, el retroceso del producto afectará, al igual que en el primer trimestre, a los distintos componentes del gasto privado, con caídas “muy acusadas” del consumo de los hogares y, en especial, de las diversas rúbricas de la formación bruta de capital fijo.
Adicionalmente, es previsible que el nivel casi nulo de actividad turística lleve a una aportación del sector exterior más negativa que en el período de enero-marzo, al tiempo que el consumo privado se habría visto lastrado por las medidas de confinamiento.
En línea con esta evolución del consumo, el crédito destinado a este fin habría presentado una importante desaceleración, al tiempo que la tasa de ahorro de los hogares habría mostrado un fuerte repunte en el segundo trimestre.
También avisa respecto a la financiación de las decisiones de inversión, los flujos de crédito para adquisición de vivienda han presentado una caída “notable” en abril.
En cuanto al empleo, señala que se ha visto muy afectado por la pandemia, si bien la afiliación mostró un aumento modesto en mayo, sobre todo en la construcción, después de los fuertes descensos observados desde mediados de marzo.
“Tras las intensas caídas acumuladas a partir de mediados de marzo, el empleo habría empezado a mostrar una cierta estabilización en mayo”, valora el Banco de España, un hecho que achaca al proceso de desescalada, en paralelo a la disminución de los ERTE.
Según el organismo, el descenso del empleo, cuando se mide en términos de las horas trabajadas, habría sido aproximadamente del 20%, una reducción que sería algo mayor en el caso de un escenario de recuperación gradual que temprana.
Así, el informe señala que la tasa de paro experimentará un aumento significativo en el segundo trimestre, de forma que, tras crecer un 23,2% en el promedio de abril y mayo, la tasa de desempleo pasaría del 14,4% de la población activa del primer trimestre a cerca del 20% en el segundo trimestre.
A su vez, resalta que los costes laborales se moderaron en el primer trimestre por los ERTE, en tanto que el resto de indicadores salariales han mantenido una “elevada estabilidad” desde el inicio de la crisis, con un alza medio del 2% de las tarifas salariales de los convenios colectivos (6,5 millones de afectados) hasta mayo, frente al 2,3% del año pasado.
Como consecuencia de las medidas de confinamiento, el supervisor explica que la actividad económica está teniendo una evolución “muy heterogénea” por ramas durante el segundo trimestre, viéndose más resentidas numerosas actividades relacionadas con las ramas de servicios (como el comercio minorista, el ocio, la restauración y la hostelería), al requerir en general una elevada interacción interpersonal.
Igualmente, constata que la repercusión de la crisis sanitaria en la economía española está siendo más intensa que en el conjunto de la zona del euro, con una caída del PIB del 5,2% y el 3,6% en el primer trimestre, respectivamente, debido a las medidas “comparativamente más estrictas” de contención y características estructurales, como el mayor peso de la hostelería por la elevada actividad turística y la mayor tasa de temporaldiad laboral.
La evolución más reciente de las finanzas públicas, avisa el informe, ha comenzado a mostrar ya, aunque todavía de forma moderada, los efectos de la crisis epidemiológica y de las medidas adoptadas.
Según las proyecciones más recientes del Banco de España, el déficit público, que fue del 2,8% del PIB en 2019, podría alcanzar en 2020 cifras del 9,5% y del 11,2%, respectivamente, en los escenarios de recuperación temprana y gradual.
De su lado, indica que las medidas de contención han provocado cambios en los patrones de consumo que han tenido una cierta incidencia sobre los precios. “En los próximos meses se espera que las presiones a la baja derivadas de la debilidad de la demanda prevalezcan sobre los aumentos de costes asociados a las dificultades de oferta durante el confinamiento”, explica.