La 'fractura' de la luz o cómo la subida de precios está destrozando a los sectores más tocados
Autónomos y hosteleros, dos colectivos muy afectados por la pandemia, lanzan un S.O.S. sobre su futuro, amenazado por la escalada de precios de la electricidad.
Cada vez que oyen la palabra ‘factura’ se echan a temblar. Año y medio de pandemia después, para algunos sectores económicos la recuperación aún queda lejos. Y, lo que es peor, la herida de 18 meses no deja de agrandarse. Ahora, el encarecimiento a ritmo de récord casi diario del recibo de la luz amenaza con el apagón definitivo para centenares de miles de trabajadores. Autónomos, hosteleros y trabajadores del ocio nocturno lanzan ante El HuffPost su particular S.O.S.
Se han disparado los costes mensuales en sectores al límite de sus recursos, confiesan los portavoces consultados. “Calculamos una media de 300 euros más en gastos al mes; básicamente, como si pagáramos dos veces la cuota”, confiesa José Luis Perea, secretario general de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Esa cifra es el ‘mínimo’ que plantean los hosteleros. “Para un bar pequeño, de barrio, los costes han crecido 300-400 euros al mes”, añade Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España. “Y de ahí para arriba, claro...”.
A pie de calle, varios camareros de barrios al sur de Madrid confirman esta impresión. Cuentan, fuera de micrófono, el impacto de la electricidad en el día a día. Explican que no pueden subir los precios más básicos (cafe, cerveza) porque la clientela podría irse, pero si la situación sigue empeorando tendrán que hacerlo. Se estrecha aún más el escaso margen de beneficio. “Aún más”, enfatizan un par de ellos.
Existe preocupación por el presente y aún mayor inquietud por el futuro bajo la previsión del Gobierno de que el recibo no dejará de crecer de momento. “Los mercados de futuros anticipan unos precios para el próximo semestre mucho más altos de lo que hemos vivido hasta ahora. Si se cumple, serán nueve meses continuos de subidas y más de medio año con continuos
precios récord de la electricidad”, aporta Carlos Balado, profesor de OBS Business School y Director de Eurocofin.
Las cifras de los autónomos denotan una situación límite: hay 1.200.000 cuyos rendimientos netos mensuales no llegan al salario mínimo y 226.000 acogidos a la prestación por cese de actividad, 8.000 más en agosto, apuntan desde ATA. “Encima, en muchos casos, pagamos dos veces: como consumidores en casa y como empresarios en el local, así que muchos están al límite de bajar la persiana”.
Desde el ocio nocturno van más allá. Aún bajo fuertes restricciones, piensan en su particular desescalada. El portavoz de Noche Madrid, Vicente Pizcueta, adelanta que “si como se prevé, se produce una reapertura en horario normal en las próximas semanas, nos podremos encontrar una transición a unos precios desorbitados en un sector que lleva calculado 18.000 millones de pérdidas por la pandemia”. “Si encontramos una luz tan cara, el futuro es muy preocupante, porque hay que tener en cuenta que la luz que es fundamental para el ocio nocturno y nuestra inversión siempre ha sido muy elevada”, prosigue.
La afectación, no obstante, va por grados. “A nivel doméstico, la
repercusión en el precio final del consumidor es limitada”, detalla Carlos Balado, que cita cómo en junio el impacto de la subida ha sido de unos 11 euros respecto a las facturas de la última década.
A nivel profesionales la fotografía es distinta. Las voces consultadas reiteran que hay “varios problemas”, uno de ellos nuclear: la tarificación por horas. Para bares y restaurantes, la energía supone entre “un 8 y un 14% de los costes”, apunta Emilio Gallego. Buena parte se concentra en las franjas de mayor incremento, “las previas a comer y cenar, cuando están las cocinas a tope”. “Los cálculos es que nuestro sector ha perdido un 4% de competitividad en precios, una barbaridad en términos económicos”.
“Piensa que tú en tu casa, trabajes o no, puedes quitar el aire o poner la lavadora de noche, pero en tu local no puedes apagarle el aire a los clientes ni vas a tener desenchufada la freidora en tu bar hasta la medianoche. Este sistema de tarificación por horas es incompatible con nuestros negocios y la gran mayoría no trabaja en su casa”, añade José Luis Perea.
Las eléctricas y su falta de “empatía social”
“Hoy no creo que haya un solo español que tenga especial simpatía por las eléctricas”, apunta el secretario general de ATA, en línea con el reproche lanzado por la vicepresidenta Teresa Ribera por su “falta de empatía social”. Perea, eso sí, no se queda en la mera crítica, porque “si la mitad del recibo son impuestos, habrá más culpables que solo ellas”.
Añade Vicente Pizcueta que esa nula empatía no le es nueva, que su sector la lleva sufriendo desde el comienzo de la pandemia. “Que no se olvide que hemos tenido serios problemas con ellas porque ante el primer confinamiento que duró más de tres meses con todo cerrado intentamos reducir los costes de la factura reduciendo las potencias contratadas. Encontramos respuestas como ‘luego no podrás recuperar esa potencia eléctrica’ y en muchos casos no fue posible una rebaja temporal por la negativa de las eléctricas. Ni hemos estado contentos con su actitud en los momentos más dramáticos ni parece que en nuestra desescalada vaya a mejorar”, remata.
El profesor Carlos Balado considera que la expresión de la vicepresidenta tercera “parece un recurso para desviar la atención, porque el Gobierno sabe que las compañías eléctricas no fijan los precios y es Hacienda quien más se beneficia de las subidas”. De hecho, se mete en la cuestión impositiva, con el cálculo de que “entre seis y siete de cada diez euros que se pagan en la factura de la luz corresponden a impuestos y ‘paraimpuestos’ que revierten en el Estado”.
Por el mismo motivo, el secretario general de los autónomos plantea a El HuffPost una quita temporal de la carga de impuestos en el recibo. “Son entre 2.000 y 3.000 millones más lo que el Gobierno está recaudando con los impuestos y tal y como está la situación, es sensato que por un tiempo solo se nos cobre el consumo real”. Así lo han transmitido a Moncloa, pero de momento no hay respuesta; tampoco de los grupos de la oposición.
El representante de los hosteleros pone el foco en otro asunto de la factura, el término ‘potencia’. “Esto obliga a que durante todo el año tienes que contratar una carga de potencia constante, pero hablamos de bares, restaurantes que muchos concentran su trabajo en temporadas concretas o directamente que funcionan a tope unos días y están vacíos otros”.
“Sea como sea, pero hay que meterle mano a esto”, remata, a modo de llamada de emergencia compartida por cientos de miles de trabajadores.