Von der Leyen: con la guerra de Ucrania "hemos recuperado la fuerza interior de Europa"
La presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, pronuncia su Debate del Estado de la Unión, centrado en la guerra ucraniana y sus consecuencias.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha pronunciado este miércoles en el Parlamento Europeo su discurso en el debate por el estado de la Unión, una intervención teñida por los colores de Ucrania, su causa y su dolor. Desde el traje chaqueta de la alemana y sus comisarias hasta sus compromisos, pasando por la presencia, aplaudidísma, de la primera dama de Ucrania, Olena Zelenska.
En su hora menos tres minutos de intervención, Von der Leyen ha enfatizado que “nunca hasta ahora este debate se había producido con una situación de guerra en suelo europeo”, tras verse “sacudidos por el rostro del mal” el 24 de febrero, el día de la invasión rusa. Reconoce el shock. Pero frente a eso “un continente entero se ha levantado en solidaridad”, los europeos “no se ocultaron” y demostraron “el valor de hacer lo correcto”, esto es: abrir sus fronteras, ayudar a los refugiados, poner palos en las ruedas al invasor, ayudar a defenderse al invadido. “Nuestra unión ha estado a la altura”, es su diagnóstico, frente a los retrasos, por ejemplo, en actuar en la crisis económica de hace 15 años o las “semanas” en que se pasó el aturdimiento ante la pandemia de coronavirus.
“Nuestra respuesta ha sido unida, determinada e inmediata. Debemos estar orgullosos de ello. Hemos recuperado la fuerza interior de Europa”, destaca desde el plenario de Estrasburgo (Francia). “Hemos recuperado la fortaleza interna europea y la necesitaremos toda porque lo que nos espera no va a ser fácil, tanto para las familias como para las empresas”, ha enfatizado. Hay mucho en juego, recuerda, para Ucrania, Europa y el mundo.
“Se nos está poniendo a prueba por aquellos que quieren explotar cualquier tipo de división entre nosotros”, y por eso esta guerra es un ataque a la energía, la economía, los valores de la UE, es “una guerra contra nuestro futuro, la autocracia contra la democracia”. Pese a eso, sostiene que tiene la convicción de que “con el valor y solidaridad necesarios, Putin fracasará y Europa y Ucrania prevalecerán”.
Ha reconocido la mandataria que esa Europa, ese Occidente que tantas fotos se hacía con Vladimir Putin, se equivocó al no verlas venir. “Tendríamos que haber hecho caso a los que conocen a Putin, a periodistas como Anna Politkovskaya”, asesinada por criticar al Kremlin, asume. Pero ya no más, ha venido a decir.
“Hoy el valor tiene un nombre, y ese nombre es Ucrania. Tiene un rostro, el de los hombres y mujeres se enfrentan la agresión rusa (...). Ha surgido una nación de héroes, un país entero ha luchado calle por calle, casa por casa”, insiste Von der Leyen, pero “por fin dando fruto”. “Querida Olena, -ha dicho a la primera dama-, ha sido inmensamente valiente resistir la crueldad de Putin. Encontrasteis esa valentía y una nación de héroes se ha elevado”.
La presidenta ha prometido de partida cien millones para reconstruir escuelas ucranianas y dar paso al mercado único europeo al país para dinamizar su economía de guerra. “Porque el futuro de Ucrania empieza en sus escuelas”, justifica, tras haber visto la destrucción causada por las tropas rusas. Según sus datos, más de 70 escuelas y que medio millón de niños ucranianos han tenido que comenzar el curso escolar en países de la UE, mientras que muchos otros dentro de Ucrania “simplemente no tienen un aula a la que acudir”.
Sobre las sanciones a Rusia, ha indicado que “están aquí para quedarse”, pese a quieres creen que levantarlas -o sea, ceder al chantaje- llevará a Rusia a aflojar por ejemplo en materia energética. “Quiero dejarlo muy claro, las sanciones están aquí para quedarse. Este es el momento de que mostremos determinación, no apaciguamiento. Esto tiene que estar muy claro. Lo mismo es aplicable a nuestro apoyo financiero a Ucrania”, señala la presidenta. Así que habrá sanciones, con un octavo paquete en estudio ya, y los Veintisiete también mantendrán el apoyo financiero a Kiev “a largo plazo”. La UE ya ha aportado más de 19.000 millones de euros en ayuda financiera, al margen del apoyo militar que le está dando, recuerda.
Esta misma tarde, la presidenta irá a Kiev para reunirse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y mostrarle así su compromiso, en el que será su segundo desplazamiento al país desde el inicio de la invasión rusa, tras una primera visita el 8 de abril. Entonces fue acompañada de su jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell.
Se recaudarán 140.000 millones de euros por la energía
Era esencial lo que dijera la presidenta de la CE sobre la energía, cuya dependencia respecto de Rusia es un lastre vergonzante en esta guerra. La germana ha propuesto de nuevo limitar los ingresos de las compañías eléctricas europeas y gravar los beneficios extraordinarios de las petroleras para recaudar más de 140.000 millones de euros, “para que los Estados miembros amortigüen el golpe directamente”.
La Comisión planea poner un tope al dinero que recibe la generación eléctrica a partir de renovables, nuclear y lignito así como exigir una “contribución solidaria” a las empresas de petróleo, gas y carbón que se han beneficiado de los desorbitados precios de la energía. “Es erróneo lograr beneficios de la guerra”, ha dicho a las empresas, arrancando importantes aplausos; ese dinero tiene que “canalizarse a los que más lo necesitan”, “las grandes empresas de petróleo, gas y carbón también obtienen enormes beneficios, así que tienen que pagar una parte justa, tienen que dar una contribución de crisis”, ha añadido.
Más, frente un invierno que se prevé duro, pero ante el que no ha querido ser muy catastrofista. Las reservas de gas están hoy al 84%, por encima de lo previsto cuando comenzó el plan de ajuste, y esos datos son esperanzadores.
Además, la Comisión también quiere que los Estados miembros ahorren un 10% de electricidad, y al menos un 5 % en horas con pico de demanda, medidas todas ellas que está previsto cerrar en una reunión extraordinaria el 30 de septiembre con los ministros de Energía de los países de la UE.
La presidenta ha hecho un guiño a los ciudadanos, a los europeos. “Quiero que nuestra Unión tome ejemplo de su gente. Reducir la demanda en las horas punta hará que el suministro dure más tiempo, y hará bajar los precios”, ha dicho, recalcando que “millones de europeos necesitan ayuda” en el ámbito energético.
En paralelo, la UE trabaja en herramientas para ayudar a las empresas energéticas con “graves problemas de liquidez en los mercados de futuros de electricidad”, lo que pone en riesgo el funcionamiento del sistema energético, agregó Von der Leyen.
La UE, está claro, “debe desprenderse de su dependencia” en el petróleo, el gas y el carbón de Moscú, pero también ha de saber que “desafortunadamente esto no será suficiente”. Por ello, además de acelerar el almacenamiento de gas, Bruselas trabaja para diversificar su cartera de proveedores aumentando las compras a socios “fiables” como Estados Unidos, Noruega o Argelia. La UE ha aumentado también las importaciones de gas natural licuado (LNG), pero la referencia utilizada en el mercado del gas -el índice holandés TTF- no se ha adaptado” y Bruselas trabaja en “el establecimiento de un índice más representativo”, dijo. “El año pasado, el gas ruso representó el 40% de nuestras importaciones de gas. Hoy ha bajado al 9% del gas por gasoducto”, celebró Von der Leyen, arropada por la Cámara.
Es entonces cuando ha anunciado la creación de un Banco Europeo de Hidrógeno, que invertirá 3.000 millones de euros en los próximos años para acelerar el desarrollo de esta tecnología. “Puede ser un punto de inflexión” energético para una UE, que se ha comprometido a dejar atrás su dependencia en los combustibles fósiles importados desde Rusia en las sanciones que ha ido imponiendo desde febrero. “Así es como potenciamos la economía del futuro, esto es el Pacto Verde Europeo”, subraya.
Von der Leyen recordó que la UE se ha marcado la meta de doblar para 2030 la producción de hidrógeno renovable al año hasta las 10 millones de toneladas y, para ello, el bloque “debe crear un creador de mercado” que “cierre la brecha de inversión y conecte la oferta y la demanda futuras”.
Nuevas leyes y herramientas
Von der Leyen ha anunciado propondrá una Ley de Materias Primas Críticas para reducir la dependencia europea en este sector, así como un paquete de medias de alivio para las pequeñas y medianas empresas para afrontar la inflación. Si había mano tendida a los ciudadanos y su preocupación también era esperable que ha hubiera para los profesionales, que han mostrado reiteradamente su preocupación por los tiempos que vienen.
“La fortaleza de nuestra economía social de mercado liderará la transición verde y digital. Necesitamos un entorno empresarial que lo permita, una fuerza laboral con las habilidades adecuadas y acceso a las materias primas que nuestra industria necesita”, destaca.
La ley no tiene fecha (le queda en el mando hasta las elecciones europeas de 2024 pero no hacen más que salir imprevistos como el covid o la guerra), pero sí objetivos: ganar autonomía en el suministro y procesado de litio y otras tierras raras, “que ya están remplazando al gas y petróleo en el corazón de nuestra economía” y cuya demanda en la UE “se multiplicará por cinco hasta 2030”.
“Identificaremos proyectos estratégicos en toda la cadena de valor, de la extracción a la refinería, del procesado al reciclado, y construiremos reservas estratégicas dónde el suministro esté en riesgo”, dijo Von der Leyen, recordando que hoy China controla la industria global de procesado, con un 90% de las tierras raras y un 60% del litio. No hay más que ver los nervios que desatan crisis como la de Taiwán, recientemente. La norma replicará el modelo que se siguió con la Alianza de Baterías, informa la Agencia EFE, que ha permitido que ahora dos tercios de las mismas se produzcan en Europa, o la Ley Europea de Chips, que alumbrará la primera gigafábrica del sector en los “próximos meses”.
La presidenta de la Comisión anunció que presentarán un “Paquete de Alivio para Pymes” que se basará en la iniciativa BEFIT, presentada el año pasado para dotar la UE de “un único conjunto de reglas tributarias para hacer negocios en Europa” de modo que las empresas tengan menos trabas. También se revisará la Directiva de Pagos Atrasados “porque sencillamente no es justo que una de cada cuatro quiebras se deban a que las facturas no se pagan a tiempo”, dijo Von der Leyen. “Para millones de negocios familiares esto será un salvavidas en aguas turbulentas”, defiende.
En lo económico también ha afirmado que los países deben tener más flexibilidad a la hora de fijar su ritmo de reducción de la deuda pública, pero exigir también mayor rendición de cuentas si no se cumple lo acordado. “Necesitamos reglas fiscales que permitan inversiones estratégicas mientras que salvaguardan la sostenibilidad fiscal. Reglas que sean adecuadas para los retos de esta década”, ahonda. En octubre, por ello, presentará sus ideas sobre cómo reformar las normas de gobernanza económica europea, es decir, el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento que fija límites a la deuda pública (60 % del PIB) y déficit (3 %) que pueden tener los países y coordina las políticas económicas de los Veintisiete.
La alemana ha puesto mucho empeño en la lucha contra la corrupción y ha prometido actualizar el marco europeo de lucha contra este lastre, ajustando la definición del delito para que nadie escape, a nivel comunitario. “Quiero centrarme en la corrupción, con todas sus caras. La cara de los agentes extranjeros que intentan influir nuestro sistema político. La cara de empresas o fundaciones dudosas que abusan del dinero público”, añade. La propuesta será presentada “el año próximo” y que “elevará estándares” para delitos como el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias y el abuso de poder, “más allá de los delitos más clásicos como el soborno”.
Y también planta pelea a los autoritarismos y a los iliberales, los que coquetean con ellos en el seno europeo -no ha citado ni a Polonia ni a Hungría pero sí ha defendido sus valores fundacionales como la independencia judicial o la igualdad, en juego en estos países-. Ha dicho que presentará un paquete de defensa de la democracia para desvelar la influencia extranjera encubierta y la financiación “turbia” que llega incluso a instituciones públicas. Como muestra ha puesto el botón de un centro de investigación dependiente que la universidad de Ámsterdam cerró este año tras descubrirse que estaba siendo financiada por entidades de China, publicando “estudios” tratando los trabajos forzados de los uigures como “rumores”, cuando la ONU sostiene que contra ellos se cometen crímenes contra la humanidad.
“Las mentiras son tóxicas para nuestras democracias. Si hemos introducido legislación para vigilar inversiones extranjeras directas en nuestras empresas por motivos de seguridad, ¿no deberíamos hacer lo mismo con nuestros valores?”, planteó Von der Leyen. No hay fecha para estas medidas, de nuevo, pero tienen que llegar, para evitar “que los caballos de Troya de las autocracias ataquen nuestras democracias desde dentro”, indica.
Ha hecho una breve alusión a la ampliación comunitaria, con procesos a los que es complicado poner fecha, pero que afronta con entusiasmo, convencida de la idoneidad de los candidatos. La UE, dice, no está “completa” mientras no se conviertan en Estados miembros Ucrania, Moldavia, Georgia o los países de los Balcanes Occidentales. “Quiero que la población de los Balcanes Occidentales, Ucrania, Moldavia y Georgia sepan: sois parte de nuestra familia, sois el futuro de nuestra Unión y en nuestra Unión, y nuestra Unión no está completa sin vosotros”, ha declarado.
Albania, Moldavia, Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia y Ucrania son países candidatos a entrar en la Unión, mientras que Georgia presentó este año la solicitud formal para unirse al club comunitario, pero Bruselas no le concedió el estatus de aspirante.
“Dicen que la luz cuando más brilla es en la oscuridad”, ha cerrado, refiriéndose a Ucrania pero también a los tiempos oscuros que vienen para la UE, así que su mensaje es esperanzador: estamos mal, pero de esta salimos. ”¡Viva Europa!”, han sido sus últimas palabras, antes de recibir la ovación del plenario.