Anatomía de un choque: un orden del día, el disgusto de Díaz y el compromiso con la OTAN
El aumento del gasto en Defensa tensa la cuerda en la coalición en un momento muy complicado de la legislatura.
El jueves pasado los mandatarios internacionales estaban frente a frente en la cumbre histórica de la OTAN que se celebraba en Ifema en Madrid. Una de las conclusiones que sacaban: hay que invertir más en defensa en un mundo que ha cambiado radicalmente desde la invasión de Vladimir Putin de Ucrania. Y muchas miradas estaban en España, que había organizado exquisitamente la cita pero que está lejos de ese 2% del PIB que requieren los socios atlantistas.
A unos once kilómetros había otra reunión paralela. En el complejo de La Moncloa se celebraba la comisión de secretarios de Estado y de subsecretarios. Y había un punto que miraba ya a la OTAN: un crédito para aumentar en mil millones el gasto de Defensa. Fuentes del ala socialista explican que en ese momento “todos los departamentos ministeriales fueron informados”. “La propuesta fue estudiada y validada sin que se produjera ningún tipo de intervención en contra”, indican desde el entorno de Sánchez.
Pero ese crédito ha revolucionado parte de la política española en las últimas 24 horas. Los altos cargos de Unidas Podemos confiesan que se enteraron de ese incremento el lunes por la tarde cuando se filtró a la prensa. El enfado fue mayúsculo. La propia vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, no tenía ni idea del mismo, según indican en su entorno. “Muy disgustada”, es la expresión que señalan desde la Vicepresidencia Segunda.
Desde Unidas Podemos argumentan que ese punto no llevaba ninguna fecha concreta de aprobación ni una cantidad. Por lo tanto, en estas horas se mezclan las sensaciones de enfado, sorpresa y preocupación. De hecho, miembros de Podemos le han reiterado a la vicepresidenta que esto es un ejemplo de que no se puede fiar de los socios socialistas.
En cambio, en la otra parte se muestran tajantes: estaba en el orden del día. Y sostienen en el entorno de Sánchez que el jefe del Ejecutivo ha sido muy “claro y diáfano” durante todos estos días. El socialista ha repetido en varias ocasiones, tanto en la cumbre como en entrevistas, que se ha comprometido a ese aumento (que supone pasar de 13.000 a 26.000 millones, unos dos millones por año).
“Tal y como anunció el presidente del gobierno, el Gobierno va a cumplir con su responsabilidad y solidaridad para fortalecer la seguridad y la capacidad de disuasión europeas frente a la amenaza real que representa Putin”, comentaban en La Moncloa tras conocerse la noticia. Todo ello llegaba caldeado con el cruce, ya habitual, de mensajes entre la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la titular de Derechos Sociales y líder de Podemos, Ione Belarra.
Y este martes se veían todos a primera hora las caras. Díaz llegaba con una gran sensación de disgusto por no haberse tratado este asunto “al máximo nivel”, según su entorno. Además, no le han gustado las “formas” de los socialistas después de que Unidas Podemos decidiera bajar el pistón durante la semana pasada para que fuera bien la cumbre de la OTAN. Pero no se ha echado para atrás el ala socialista y se ha dado luz verde al acuerdo que contará con 999.793,477 euros. Se tramita además como fondo de contingencia, por lo que no deberá ser aprobado por el Congreso y se evita así un choque con los propios socios de Gobierno en la Carrera de San Jerónimo.
La incomodidad de Unidas Podemos es total, mientras que la parte socialista intenta templar los ánimos y rebajar la tensión en público. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros sólo salían ministras del ámbito socialista: Isabel Rodríguez, Nadia Calviño y Carolina Darias. La portavoz del Gobierno trataba de minimizar y calificaba de “normal” la reunión que prevé Yolanda Díaz de coordinación de la coalición.
La vicepresidenta segunda ha entrado directamente en el enfrentamiento con los socios socialistas, a pesar de que Sánchez había pedido menos ruido últimamente. Pero ha sentido la necesidad de elevar la voz y ha exigido esa reunión “urgente” de la comisión entre PSOE y UP para evaluar el pacto de coalición.
“No hago otra cosa que coser esta coalición. Hay que cuidarla para que pueda seguir transformando nuestro país, por lo que merece la pena que hagamos un alto en el camino y debatamos”, ha dicho durante un acto la vicepresidenta segunda tras el Consejo de Ministros. En La Moncloa rebajan esa cita, todavía sin fecha, y dicen que siempre que se ha reunido ha servido para fortalecer al Gobierno de dos colores.
Lo que rechazan las dos partes es que este choque vaya a suponer una ruptura del actual Gobierno de coalición. En las dos partes son conscientes de que hacer saltar el Ejecutivo e ir a elecciones no beneficia a ninguno de los dos en un momento en el que PP sigue subiendo en las encuestas. Ahora mismo los de Alberto Núñez Feijóo se impondrían en votos y escaños a los de Pedro Sánchez, a tenor de la última encuesta publicada por El País y la Cadena Ser. Pero los socialistas siguen insistiendo en que este “ruido” interno no viene nada bien de cara al votante progresista, que se desmoviliza con estos sentimientos.
Los socialistas además, defienden a capa y espada este crédito porque, argumentan, la seguridad no está garantizada en estos momentos, con una guerra en Europa y con las ansias expansionistas de Vladimir Putin. Ponen como ejemplo lo que ha sucedido este mismo martes en Bruselas, donde Finlandia y Suecia han firmado el proceso de adhesión a la OTAN ante el peligro que supone Rusia en estos momentos.
Este choque en una semana muy importante para Díaz: el próximo viernes por la tarde presentará en el Matadero de Madrid su plataforma Sumar, iniciando el anunciado proceso de escucha por toda España que desembocará previsiblemente en su candidatura para las elecciones generales del año que viene. Además, esta fricción se produce una semana antes del debate de los debates en el Congreso: el debate sobre el estado de la nación.
La coalición, en uno de sus momentos más difíciles. Pero las dos alas saben que sólo pueden sobrevivir entendiéndose.