Cruz Roja prevé años de crisis humanitaria para los ucranianos
“Millones de personas necesitan desesperadamente agua, alimentos, ayuda médica de emergencia, electricidad y alojamiento”, mientras sigue el reguero de refugiados.
La Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (FICR) advirtieron este lunes de que el conflicto en Ucrania se ha convertido en una crisis humanitaria que podría prolongarse durante años, mientras el éxodo de refugiados, el peor en 80 años en Europa, ya asciende a 1,7 millones.
“Millones de personas necesitan desesperadamente agua potable, alimentos, ayuda médica de emergencia, electricidad y alojamiento”, subrayó en una rueda de prensa en Ginebra el presidente de FICR, Francesco Rocca.
El máximo responsable de la organización que coordina los organismos nacionales de Cruz Roja subrayó que miles de trabajadores y voluntarios de estas organizaciones trabajan tanto en Ucrania como en países vecinos para brindar ayuda, y FICR ha solicitado 108 millones de euros para hacerla llegar a dos millones de personas.
Un flujo que no se detiene
Por su parte, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) elevó hoy los refugiados ucranianos tras la invasión rusa a 1,73 millones (200.000 más que el domingo), más de la mitad de ellos en Polonia, que hoy superó la barrera del millón de ucranianos recibidos en sus fronteras.
“Polonia concentra un 60 % de los refugiados, aunque nuestra preocupación se centra también en Moldavia, otro país que recibe población ucraniana y cuyo sistema de protección civil es bastante frágil”, destacó al respecto el máximo responsable de FICR.
Hungría ha recibido 180.000 refugiados ucranianos, Eslovaquia 128.000, Moldavia 82.000 y Rumanía 79.000, a los que hay que sumar unos 53.000 que han huido a Rusia, según las estadísticas que actualiza ACNUR a diario.
ACNUR sigue estimando que el conflicto podría causar un éxodo de hasta cuatro millones de ucranianos, y otras agencias de la ONU elevan esta cifra a cinco, el equivalente a casi la décima parte de la población de ese país.
Rocca subrayó que el actual éxodo ucraniano “debe ser un punto de inflexión para que cambie la actitud de la Unión Europea hacia los migrantes y refugiados”.
“Todo aquel que huye de la violencia, la pobreza y la guerra debe ser tratado con dignidad, ya sea en las fronteras de Ucrania o en el Mediterráneo”, aseguró el italiano.
El peor éxodo en Europa desde 1945
El flujo de refugiados es el peor que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que generó la huida de sus países de entre 11 y 20 millones de personas, y según el alto comisionado de ACNUR, el también italiano Filippo Grandi, es el que más rápidamente está creciendo desde aquel conflicto finalizado en 1945.
La guerra de Kosovo (1999) causó entre 1,2 y 1,4 millones de refugiados albanokosovares, y el conflicto en Bosnia (1992-95) provocó que 1,3 millones de bosnios salieran de ese territorio.
La semana pasada ACNUR y otras agencias de la ONU solicitaron a la comunidad internacional 1.700 millones de dólares para financiar la ayuda a los refugiados ucranianos y otras operaciones humanitarias en Ucrania y países vecinos.
El presidente de FICR también aprovechó su rueda de prensa de hoy para condenar los ataques a instalaciones sanitarias que está habiendo en el conflicto en Ucrania, y que fueron denunciados a lo largo del fin de semana por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Los hemos visto con anterioridad en guerras como Yemen o Siria: los ejércitos hablan de ‘daños colaterales’, pero las instalaciones sanitarias están protegidas por la ley humanitaria internacional”, recordó Rocca.
El responsable de Cruz Roja subrayó que entre los colectivos que necesitan más atención humanitaria y sanitaria en la actual guerra figuran los menores no acompañados, las mujeres que han quedado solas al cuidado de sus hijos, las personas mayores y los discapacitados.
“El espacio para la ayuda humanitario debe ser protegido, y Cruz Roja tiene que seguir pudiendo acceder a los civiles”, añadió, en un día en el que Rusia y Ucrania mantienen su desacuerdo por la puesta en marcha de corredores humanitarios para facilitar esta ayuda (Kiev rechaza los que propone Moscú, que dirigen civiles hacia Rusia y Bielorrusia).