Los jóvenes se quedan atrás con la tercera dosis mientras confían en la inmunidad híbrida
Los datos reflejan los porcentajes más bajos de la tercera dosis entre toda la población y, aunque parezca al revés, fueron los mayores de 80 los que más rechazaron vacunarse en las primeras fases de la pandemia.
Dos años y medio después de que Araceli recibiera la primera vacuna contra la covid-19 en España, el debate sobre un nuevo refuerzo vuelve a estar sobre la mesa de los despachos. Cuarta dosis sí o cuarta dosis (todavía) no. Mientras se deciden, lo que sí es cierto, de momento, es que una gran parte de la población española debería ponerse el tercer pinchazo.
En concreto, para el 48% de la población mayor de 12 años. Según los últimos datos del ministerio de Sanidad, poco más de 24.600.000 de españoles están inmunizados con la dosis de recuerdo y, dentro del espectro de los que aún no la tienen, principalmente se concentran entre los menores de 40 años.
Más en detalle, se han puesto ese tercer pinchazo el 44% de los adultos entre los 30 y 39 años; el 37% del grupo que comprende de los 20 a los 29 años y, aún es menor entre los adolescentes, con solo el 23%.
Este fenómeno no es casual y las razones son ómicron y la inmunidad híbrida. El doctor Gabriel Reina, microbiólogo de la Clínica Universidad de Navarra, explica a El HuffPost que desde Navidad ha habido un gran número de casos y de esta forma se consigue una inmunidad “más robusta” que la que se adquiere a través de las vacunas.
“La inmunidad celular es clave y no depende de las variantes además protege a largo plazo frente a la enfermedad severa aunque no tanto contra la infección”, aclara.
Respecto a recibir la dosis de refuerzo, el experto indica que tiene más importancia en las personas que pierden la inmunidad con mayor rapidez e insiste en que el esquema de las dos dosis “ha sido muy efectivo”.
Aún así plantea que, en el futuro, las vacunas se adapten a las nuevas variantes y que se apliquen dosis de refuerzo adaptadas al virus circulante para que se proteja también frente a la infección. Algo similar a lo que ocurre con la gripe.
El porcentaje aumentará en las próximas semanas
En base a la recomendación de las autoridades sanitarias, la siguiente dosis se tiene que poner a los cinco o seis meses desde la infección. Esto se traduce en: entre mayo y junio para todos los infectados durante la sexta ola. Con lo que se espera que el porcentaje del refuerzo entre los más jóvenes aumente próximamente, según señala el doctor Marcos López, presidente de la Sociedad Española de Inmunología (SEI).
“Es importante pensar que lo que hay que tener son las tres dosis con vacunas o con dos dosis y una infección”, comenta a la vez que destaca también la inmunización híbrida en la que la propia infección “habría hecho de booster (refuerzo, en inglés)”.
Con los menores de 12 años pasa un fenómeno similar. Los datos oficiales reflejan que el 54% cuenta con una dosis y solo el 41% cuenta con la pauta completa.
“Sabemos que la vacuna protege de la infección sobre todo al principio cuando hay anticuerpos neutralizantes altos pero después no. Lo que protege de la enfermedad es la inducción de células y por eso también a los niños les afecta tanto la infección a nivel clínico y por tanto el ritmo de la vacuna va más lento”, subraya.
Pese a las cifras, López Hoyos añade que los casos de los más pequeños “no están siendo un problema de salud importante”.
La paradoja de la pandemia
Los datos lo confirman: los mayores rechazaron más la vacuna que los jóvenes. Según desprende el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud, el grupo de población mayor de 80 años mostró más oposición al pinchazo durante la primera fase de vacunación.
De media, solo 23 de cada 100.000 habitantes se negó a vacunarse contra la covid en la primera parte de la campaña.
En detalle, refleja que la mayor tasa de oposición se registró en las personas de más de 80 años (88 de cada 100.000) seguida, pero muy de lejos, por los de 20 a 29 años (26); de 50 a 59 años (24) y de 30 a 39 años (23).
El caso danés
Dinamarca se ha convertido en el primer país del mundo en suspender el proceso de vacunación contra el coronavirus. Desde el Gobierno consideran que la pandemia está bajo control y que los niveles de inmunidad son suficientemente altos. En los próximos meses, tras el verano, sus expertos estudiarán si retomar el ciclo.
Un hecho que para el doctor Reina puede ser un error, ya que considera conveniente que la población que no se ha vacunado aún lo haga sin que se les limite esa opción.
En España, ese supuesto no está en discusión, sino al contrario. Fuentes ministeriales aseguran que la población continúa acudiendo “responsablemente a vacunarse con las distintas dosis que recomiendan las autoridades” y destacan que es un “ejemplo de responsabilidad colectiva” porque la vacunación “no es obligatoria”.
“Sanidad recomienda la vacunación a toda la ciudadanía, tanto por su propia protección como por la protección de la ciudadanía”, insisten.
La cuarta dosis, en el aire
La Comisión de Salud Pública estudia el cuarto refuerzo aún sin tener una decisión clara. Por su parte, desde la Ponencia de Vacunas son más partidarios de esperar a ver la evolución de la pandemia. Actualmente la situación es estable entre los casos más graves aunque se registra un repunte de contagios que responde a quitar las mascarillas en interiores y a la movilidad masiva en Semana Santa y el puente de mayo.
Desde el SEI, su presidente indica que el cuarto refuerzo “no es relevante” y apunta que sería mejor esperar hacia el inicio del otoño para ver cómo evolucionan los casos más recientes. Aún así insiste en que “lo apoyamos aunque no lo promocionamos”.
“Consideramos que hay que buscar otras fórmulas de vacunas para expandir el espectro y hacerlo más amplio y más potente y, a ser posible, más duradero”, añade.
A este respecto, el doctor Reina recuerda que “el virus sigue circulando” aunque puede parecer que la pandemia se ha acabado. Y lamenta que con el nuevo sistema de vigilancia ya no se sepa cómo está impactando el virus en los menores de 60 años a quienes no se les hacen pruebas diagnósticas.
“Las próximas semanas van a ser cruciales para ver cómo impacta el aumento de casos por si hay un aumento en las hospitalizaciones y las muertes”, añade.
Asimismo, el experto recuerda que, por el momento, la covid no tiene aún “el carácter estacional que se espera”, apunta que sigue siendo pandémica y que, por tanto, hay que seguir protegiendo a la población más vulnerable que pierde con mayor rapidez la inmunidad (como los mayores de 60 de años y personas inmunodeprimidas), así como a los sanitarios y a las personas en contacto con grupos de riesgo.
El calor y la llegada del verano podrían ayudar a mejorar la situación aunque los expertos recomiendan cautela al respecto.