COP25: La agricultura y los bosques, claves en la lucha contra el cambio climático

COP25: La agricultura y los bosques, claves en la lucha contra el cambio climático

Agricultores, ganaderos y silvicultores son los primeros ecologistas.

Recolección de aceitunas arbequinas en Cataluña. Enrique Díaz / 7cero via Getty Images

La Conferencia de las Partes de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP25), que se celebra estos días en Madrid, es una magnífica oportunidad para conseguir avances significativos en los compromisos para combatir el calentamiento global y para la protección del planeta.

En la COP25 -que reúne a unos 200 países firmantes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC)- se están afrontando decisiones políticas necesarias a escala mundial. 

En este foro de alto nivel, representantes gubernamentales, agentes sociales, científicos y colectivos ecologistas debemos desplegar un esfuerzo solidario y avanzar decididamente en la aplicación de medidas contra el calentamiento global, ya que la protección de la Tierra no admite más demoras.  

La plataforma internacional que nos ofrece la COP25 nos permite poner de manifiesto cómo los sectores agroalimentario y forestal son elementos clave en la lucha contra el cambio climático, mediante un uso responsable de los recursos naturales. 

Por eso, resulta muy oportuno que se haya destinado una jornada completa en la COP25, hoy 5 de diciembre, para debatir sobre el papel de la agricultura y de los bosques, así como la relevancia de la gestión forestal sostenible. 

La sostenibilidad debe incluir el apoyo a las mujeres rurales.

En España, sistemas como el olivar, el viñedo o la dehesa vienen demostrando durante siglos una forma de producir en armonía con el medio ambiente, contribuyendo a mantener el paisaje y la biodiversidad.

En este sentido y en un contexto más amplio, la agroalimentación y el sector forestal son esenciales para el impulso de la triple sostenibilidad: social, económica y medioambiental. Desde un punto de vista social y económico, porque garantizan la permanencia de la población en el medio rural generando una importante actividad económica. Desde un punto de vista medioambiental, a través de sistemas de producción agrícolas, ganaderos y forestales respetuosos con el medio ambiente, que contribuyan a la conservación del paisaje, la biodiversidad, los suelos y el agua en condiciones favorables.

En esta tarea, el desarrollo de la innovación y la digitalización resultan fundamentales para hacer que estos procesos productivos sean más eficientes y respetuosos con el medio ambiente.

  Una mujer trabaja en la recogida de uva en Soria. SOPA Images via Getty Images

La sostenibilidad debe incluir el apoyo a las mujeres rurales, con medidas que refuercen su papel fundamental en la actividad económica del medio rural, fomentando la plena igualdad de género. De igual forma, no debemos olvidarnos del necesario respaldo a la incorporación de jóvenes que faciliten el relevo generacional en el campo y mantengan vivos los territorios rurales.

El Gobierno de España ha hecho de la lucha contra el cambio climático una de sus prioridades, que ha incorporado como eje transversal de todas sus políticas, con propuestas y medidas concretas y un claro compromiso con la descarbonización de la economía a mediados de siglo.

Para su impulso, el Gobierno ha puesto en marcha un Marco Estratégico de Energía y Clima, que sienta las bases para situar a España en una posición de liderazgo en el desarrollo de energías y tecnologías limpias, al tiempo que contribuye a un desarrollo sostenible de los territorios rurales. Para ello, el sector agroalimentario debe asumir sus compromisos con el objetivo de reducir sus emisiones en un 18%.

Sin duda, agricultores, ganaderos y silvicultores son los primeros ecologistas.

La agricultura y la ganadería tienen retos que afrontar con responsabilidad, al igual que otros sectores industriales, pero siendo plenamente conscientes de que este sector es uno los que puede verse más afectados por el cambio climático.

La Política Agrícola Común (PAC) es una gran oportunidad para aplicar medidas beneficiosas para el medio ambiente. La propuesta de reforma de la Comisión Europea (CE) de la PAC que actualmente estamos debatiendo los Estados miembros, para 2021-2027, refuerza la decidida apuesta de la Unión Europea (UE) por la defensa del medio ambiente.

Dicha reforma incluye entre los objetivos específicos la mitigación del cambio climático, la gestión eficiente de los recursos naturales -como el agua, el suelo y el aire-, y la protección de la biodiversidad. De hecho, el 30% del presupuesto de desarrollo rural se deberá dedicar a medidas relativas al medio ambiente y al clima, y se espera que el 40% del presupuesto general de la PAC se destine a medidas de lucha contra el cambio climático.

  Un ganadero junto a sus vacas en el Parque Natural de Somiedo, Asturias. GABRIEL BOUYS via Getty Images

La nueva PAC ofrecerá mecanismos adecuados para mejorar la captación de carbono por los suelos agrícolas, una cuestión que resulta imprescindible para alcanzar el objetivo de neutralidad climática y mejorar las condiciones agronómicas de los suelos.

Sin duda, agricultores, ganaderos y silvicultores son los primeros ecologistas y estoy convencido de que van a jugar un papel pionero de cara al futuro.

En todo este contexto, tengo confianza en que lograremos entre todos transformar la realidad, mediante el uso eficiente de los recursos, y cumplir los objetivos de mitigar el cambio climático y reducir sus consecuencias en nuestros pueblos y sistemas agroforestales.

Luis Planas es ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación. 

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Luis Planas Puchades (Valencia, 1952) es un experimentado político con una extensa trayectoria nacional e internacional. Licenciado en Derecho e inspector de trabajo desde 1980. Fue uno de los diputados más jóvenes de la Democracia española, electo en 1982, además de haber formado parte de la primera hornada de eurodiputados españoles que se incorporaron al Parlamento Europeo en 1986 tras la adhesión de España a la UE. Fue consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación y de la Presidencia de la Junta de Andalucía entre 1993 y 1994, y de 2012 a 2013, consejero de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. Planas ha sido embajador de España ante el Reino de Marruecos (2004-2010), embajador de España ante la Unión Europea (2010-2011) y secretario general del Comité Económico y Social Europeo (2014-2018). Fue director de gabinete de Manuel Marín durante su periodo como vicepresidente de la Comisión Europea y posteriormente, de Pedro Solbes durante su mandato como comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Desde 2018 es ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación.