Cifuentes: "No me gusta la política que se está haciendo, no me gusta la clase política en general"
Entrevista en directo en el Instagram de 'El HuffPost': "Un escrache nunca es un jarabe democrático".
“Lo llevo bien, afortunadamente en mi familia directa no ha habido ningún caso de la enfermedad. Muy preocupada por mi madre de 91 años. Muy preocupada por la situación sanitaria y la hecatombe económica que nos viene encima. Preocupada pero manteniendo el optimismo siempre, incluso en las peores circunstancias”.
Con esta reflexión ha arrancado la expresidenta de Madrid Cristina Cifuentes la entrevista en directo en la cuenta de Instagram de El HuffPost, donde ha contado sobre cómo está viviendo la pandemia, las preocupaciones por lo que está pasando, cómo sufrió escraches y su salida de la política.
Al principio, reaccionó con “miedo” como todo el mundo, pero ha sobrellevado bien la cuarentena por su forma de ser: “Me gusta estar en casa, no es algo que me haya resultado insoportable”. Durante sus años en política apenas pisaba su domicilio, recuerda Cifuentes, que disfruta mucho con los suyos ahora leyendo y viendo series. Pero comprende que a muchas personas les haya resultado “durísimo” y piensa en familias con hijos encerrados en 50 metros.
Se sincera. Por sus “circunstancias vitales” dice irónicamente que ella es como si hubiera superado “el coronavirus, el ébola y la gripe española”. Le ha ayudado durante estos días haber pasado por situaciones “duras y complicadas”. “Desde el punto de vista personal, te prepara psicológicamente”, relata, para luego decir que ha ayudado a amigos y personas durante estos días diciendo que era normal tener altibajos y levantarse algunas mañanas sin querer salir de la cama. “Lo importante -añade- es no dejar que la situación te pueda, tienes que seguir peleando. La vida hay que afrontarla cada día con una actitud positiva. Si no, es complicado”.
Al hilo, Cifuentes afirma: “Lo he llevado bien, desde el punto de vista psicológico porque he llevado dos años muy malos”.
¿Y cómo ve los escraches a José Luis Ábalos, Irene Montero y Pablo Iglesias como ella sufrió? “Siempre absolutamente he rechazado, rechazo y rechazaré de plano cualquier escrache. Ejercer la violencia, aunque sea psicológica, sobre cualquier persona, hay que rechazarlo”.
Agrega que hay rechazarlo también que se haga con “cualquier político”. Una cosa diferente es “cuando te dicen cuatro cosas”: “Te tienes que aguantar porque va dentro de tu sueldo y en España afortunadamente hay libertad de expresión”. “Es completamente inadmisible que nadie vaya a ningún domicilio de nadie a ejercer esa presión sobre la familia de nadie. Las familias hay que mantenerlas al margen”, incide
Cifuentes narra su experiencia: “De 2012 a 2014 estuve siendo permanentemente escracheada”. Uno de ellos ha vuelto a las redes sociales, tuvo lugar en la calle Manuela Malasaña en Madrid, con su hijo viéndolo todo desde el balcón sin poder hacer nada. “Unas cuarenta personas gritando, insultando, coreando hasta tal punto de que mis hijos tenían miedo”, relata la exdelegada del Gobierno en Madrid.
“Me hubiera gustado en el momento que hubieran salido la gente que ahora lo lamenta, siempre me pareció horrible lo de Iglesias de que el escrache es el jarabe democrático. Un escrache nunca es un jarabe democrático”, indica Cifuentes. Todavía se impacta recordando cómo se tuvo que refugiar en un restaurante frente a su casa. “Me empujaron, me escupieron”, ilustra.
Para añadir durante el directo: “También te digo, el día que me hicieron el escrache en mi casa, hubiera preferido unas cacerolas. No es lo mismo que toquen unas cacerolas, aunque es inadmisible, a que te empujen, te escupan y te digan que te van a matar”.
“El peor escrache”, ahonda Cifuentes, fue el que le hicieron en el Hospital de La Paz cuando estaba en la UCI tras su accidente con la moto en el Paseo de la Castellana. “Luchando entre la vida y la muerte. Mi familia también sufrió increpaciones. Hay cosas que sobrepasan todo lo que es la protesta legítima”, añade la expresidenta de Madrid.
¿Provocaba ella esos escraches como se dijo? ¿Buscaba la foto? “Hay gente que lo dice”, contesta indignada Cifuentes, pero rechaza la teoría incluso de que ella llevaba las cámaras. Simplemente bajaba a la farmacia, continúa, cuando se produjo el escrache más mediático.
Sobre las protestas en el barrio de Salamanca, indica que ya se han extendido a muchos más sitios como Carabanchel, Aluche, Alcorcón y Moratalaz. Recuerda que el derecho de manifestación está reconocido en la Constitución y que el estado de alarma solo lo limita. Pero, comenta, que es “fundamental e imprescindible, estando como estamos, mantener las distancias de seguridad. No es recomendable salir a la calle pegados, se pone en peligro el esfuerzo de todos”.
Cifuentes comenta también que si hubiera sido diputada del PP, se hubiera saltado la disciplina de voto sobre la anterior prórroga del estado de alarma, pero cree que la ahora aprobada no tiene sentido. Es hora de hablar también de Isabel Díaz Ayuso, a la que conoce mucho la expresidenta. “No me gusta opinar sobre lo que hacen los demás. La situación es complicada. No solamente de Ayuso, de Pedro Sánchez o cualquiera. Ella está defendiendo los intereses de los madrileños”, argumenta.
Aunque salió de la Puerta del Sol hace dos años, sigue siendo una anima político. ¿Volverá a la política? “Bajo ningún concepto. He podido recuperar mi vida. la había perdido al menos los últimos siete años. Exclusivamente trabajaba, lo hacía porque quería y me encantaba. Estaba muy feliz, pero mi vida la había dejado”, responde.
“Ahora he recuperado mi vida, en el último año he podido volver a tener fines de semana, poder salir a comer, ir al cine, las cosas que no hacía”, amplía Cifuentes. Y sostiene: “No me lo planteo ni por asomo. No me gusta la política que se está haciendo. No me gusta la clase política en general, en política por desgracia hay demasiada mala gente”. Lo tiene claro: en su vida quiere rodearse de “buena gente y no de malas personas”.
Una salida abrupta por el escándalo del máster y del vídeo de las cremas. “Del máster no voy a hablar mucho, espero que el juicio sea antes lo antes posible. Confío en la Justicia y salir absuelta. Estoy convencida de que es lo que va a pasar, se han hecho acusaciones falsas”, pronostica.
Recuerda que entonces fueron “días y días y semanas y semanas, por la mañana, tarde y mediodía, un escrache mediático”. “Hay que esperar a los tribunales. Cuando consiga pasar este calvario judicial, posiblemente pueda contar muchas más cosas que la prudencia me dice que ahora no debo contar”, lanza.
“Tengo muy claro que lo que me ocurrió fue algo preparado, con la finalidad de echarme de la política. Y otra finalidad: la destrucción personal. Hubo un componente de venganza”, remata. Toda una declaración de intenciones: “Me echaron de la política, pero he recuperado mi vida. Estoy fuerte y soy una persona feliz”.
Una nueva vida, en la que se ha comprado una bicicleta estática que ha usado poco. Ya en Madrid pronto se alcanzará la fase 1. Y cuando todo esto acabe, a ella le apetece mucho salir con amigos a andar por sus rutas preferidas: Casa de Campo, Madrid Río, Parque del Oeste y la Dehesa de la Villa.