Biden acusa por primera vez a Putin de cometer un "genocidio" en Ucrania
El presidente de EEUU endurece el lenguaje tras las matanzas de Bucha y Kramatorsk y se refiere al mandatario ruso como "un dictador" del que no debería depender el alza del combustible.
Escalada en la retórica y el lenguaje. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha vuelto a subir el tono para acusar por primera vez a su homólogo ruso, Vladímir Putin, de estar perpetrando un “genocidio” en Ucrania. Se trata de un término que hasta ahora la Administración estadounidense había eludido y que se produce después de dos relevantes acontecimientos. Dos matanzas, la cometida contra la población civil en Bucha y en la estación de tren de Kramatorsk.
Tampoco es casualidad el escenario en el que ha hecho estas declaraciones. Biden se ha pronunciado así cuando estaba hablando de los esfuerzos de su Gobierno para detener el alza de los precios de la gasolina. Una consecuencia derivada de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, sobre Ucrania.
“Estoy haciendo todo lo que está en mi poder con órdenes ejecutivas para reducir los precios y hacer frente a esa alza de precios provocada por Putin”, ha expuesto Biden en un acto en el estado agrícola de Iowa, una de las grandes ‘granjas’ del país. “El presupuesto de sus familias, su capacidad para llenar el depósito, nada de eso debería depender de si un dictador declara la guerra y comete un genocidio en el otro lado del mundo”, ha sentenciado el mandatario en referencia a Putin y al conflicto en Ucrania.
Tampoco es casual el contexto económico en el que han resonado las palabras de Biden. El mismo día en el que EEUU ha batido un récord interanual de una inflación disparada hasta el 8,5%. Hacía 40 años que no se registraba una tasa tan elevada.
Crímenes de guerra
La dureza del lenguaje de Biden contra Putin había tenido su primer síntoma en las últimas semanas, llegando a calificar de “carnicero”, pero solo había acusado al Kremlin de cometer crímenes de guerra en Ucrania. Hasta ahora, no había dado el paso para calificar lo que está haciendo Rusia en Ucrania como un “genocidio”. Todo lo contrario a lo que ha hecho el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski.
Precisamente, la prensa le hizo la gran pregunta la semana pasada a Biden. Los periodistas le expusieron si calificaría de esta forma la masacre de Bucha, a las afueras de Kiev y donde han aparecido unos 400 cadáveres de civiles tras el repliegue estratégico de las tropas rusas para concentrarse en el este y lanzar la ofensiva final sobre el Donbás. “No, creo que es un crimen de guerra”, respondió entonces el presidente sin titubear.
Esta vez, Biden se ha aproximado más a todo lo que supone un genocidio y a conceptos próximos al totalitarismo. “Cada vez está más claro que Putin está tratando de eliminar la idea de ser ucraniano”, ha deslizado también en su intervención en Iowa.
Lo que conlleva cada término
La clave de la utilización de este término pasa por el proceso burocrático que se está realizando dentro del Ejecutivo estadounidense para determinar si se está cometiendo genocidio en una zona de conflicto. De momento, no está claro si ese proceso ha finalizado o se está produciendo.
Con todo, el Departamento de Estado de EEUU sí finalizó el mes pasado una investigación formal en la que determinó que las tropas rusas habían cometido crímenes de guerra en Ucrania. Se trata de una afirmación que puede ir más allá del papel y trasladarse a los tribunales internacionales. Podría conllevar a enjuiciamientos penales en cortes estadounidenses y a otros procesos a nivel internacional. Y por eso es tan importante la utilización de un término u otro por parte de Biden.
La realidad es que el pasado 24 de febrero, el Kremlin ordenó la “operación militar especial” en Ucrania. Hasta ahora, la guerra deja un trágico saldo que se resume en miles de muertos, más de cuatro millones de refugiados y unos siete millones de desplazados internos, de acuerdo con Naciones Unidas. Unas cifras que la propia ONU reconoce que serán mayores.
El Departamento de Estado habla del régimen ruso
La terminología utilizada por Biden no ha sido la única que ha experimentado una escalada. Dentro del propio Ejecutivo también se ha señalado sin tapujos al Kremlin calificándolo como un “régimen”. Se tratan de las declaraciones del portavoz de este organismo, Ned Price, que ha acusado al Moscú de haber incrementado su carácter represivo más allá de sus fronteras.
Price ha señalado al Kremlin por el arresto del líder opositor ruso Vladimir Kara-Murza. “Estas no son las acciones de un gobierno que está confiado. Estas son las acciones de un gobierno, de un régimen, que es fundamentalmente inseguro”, ha expresado, para hacer un llamamiento al pueblo ruso a “expresar su protesta, marchar pacíficamente, formar asociaciones, y hacer oír su voz y su libre albedrío”.