Arranca la "la gran batalla" rusa por el Donbás sin negociaciones posibles en el horizonte
La maquinaria de guerra del Kremlin lanza centenares de ataques en Ucrania mientras ultima su asalto sobre el este. La ONU reconoce que no hay margen ni para un alto el fuego temporal.
El Ejército ruso está llevando la guerra en Ucrania a una nueva fase. En la semana en la que se cumplen dos meses de la invasión, está intensificando los ataques en todo el país, apostando por atacar Leópolis -apenas a 70 kilómetros de la frontera de Polonia, de la Unión Europea- y lanzando, según las autoridades de Kiev, su determinante “gran batalla” por el Donbás, en el Este.
Según ha anunciado la pasada noche el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, el asalto a la estratégica región oriental -rica en materias primas, rica en industria, valiosísima como vía de control del Mar Negro- está en marcha. “Podemos confirmar que las tropas rusas han comenzado esa batalla”, aseguró en un mensaje difundido por vídeo, difundido por el canal informativo Ukrinform, para añadir a continuación que los soldados ucranianos “batallarán” y que “no cederán” nada del territorio del país.
“El ejército ruso ha concentrado gran parte del total de sus efectivos ahí para concentrarse en su ofensiva”, asegura, para sostener luego que “no importa cuantas tropas rusas se desplieguen: nosotros lucharemos”.
El mensaje del líder ucraniano sigue a los bombardeos registrados durante todo este lunes en el Donbás y después de que a primera hora de la mañana el gobernador regional de Lugansk, Serhiy Gaidai, proclamara el inicio de la ofensiva en una de sus ciudades, Kreminna. “La situación ha cambiado radicalmente”, anunció entonces Gaidai, a través de Telegram, para informar luego de los primeros combates en las calles.
Rusia comienza la siguiente fase de su campaña militar en Ucrania
El ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha afirmado este martes que la siguiente fase de la campaña militar de Rusia en Ucrania ha comenzado, centrada en la “liberación completa” de las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk.
“La operación en el este de Ucrania tiene como objetivo, como ya se anunció, la liberación completa de las repúblicas de Donetsk y Lugansk. Esta operación continuará, la siguiente fase de esta operación especial está comenzando”, ha dicho en una entrevista con la cadena de televisión India Today, difundida por su departamento.
“Y, me parece, ahora será un momento importante en esta operación especial”, añadió Lavrov, el primer alto cargo de Rusia que confirma públicamente que la gran batalla de Rusia por el Donbás ha comenzado.
La última resistencia de Azovstal y el ultimátum a Mariúpol
Rusia ha dado este martes otro ultimátum a las fuerzas ucranianas que aún resisten en la asediada ciudad de Mariúpol, especialmente en la acería de Azovstal, para que depongan hasta el mediodía de este martes las armas a cambio de salvar así su vida.
“Teniendo en cuenta la situación catastrófica que se ha desarrollado en la planta metalúrgica de Azovstal, además de guiarse por principios puramente humanos, las Fuerzas Armadas rusas ofrecen una vez más a los militantes de batallones nacionalistas y mercenarios extranjeros detener las hostilidades y deponer las armas a partir de las 12:00 (09.00 GMT)”, ha comunicado el Ministerio de Defensa.
“A todos los que depongan las armas se les garantiza la conservación de la vida”, dijo el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de la Federación Rusa, el coronel general Mijaíl Mizintsev, en un comunicado.
A por el “control total”
Las Fuerzas Armadas de Ucrania han afirmado esta mañana que las fuerzas de Rusia están intentando hacerse con “el control total” de las regiones de Donetsk y Lugansk, sin medias tintas. “El enemigo ruso está intentando continuar las operaciones ofensivas en la Zona Operacional Este para establecer el control total del territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk, así como mantener un corredor terrestre con la Crimea ocupada temporalmente”, ha dicho el Estado Mayor del Ejército ucraniano.
“Los principales esfuerzos del enemigo están centrados en romper las defensas de las tropas ucranianas en las regiones de Lugansk y Donetsk, así como en hacerse con el control total de la ciudad de Mariúpol”, ha recalcado en un mensaje en su cuenta oficial en la red social Facebook. Asimismo, ha incidido que “los ataques con misiles y los bombardeos contra objetivos civiles en todo Ucrania no se detienen” y ha apuntado a una “intensificación” de los mismos en el oeste del país durante la jornada del lunes, cuando fue atacada la ciudad de Leópolis.
Las Fuerzas Armadas ucranianas han apuntado además que Moscú “sigue enviando armas y equipamiento militar a Ucrania desde las regiones centrales y orientales de Rusia”. “Junto a unidades de combate, traslada unidades de apoyo”, han reseñado. En esta línea, han asegurado que las fuerzas rusas “están desplegando centros logísticos y creando bases de campo para reparar y renovar el equipamiento dañado”.
Por otra parte, han detallado que “el enemigo ruso sigue bloqueando parcialmente la ciudad de Járkov” y ha agregado que “en la zona de Izium, el enemigo ruso está llevando a cabo operaciones ofensivas en la orilla occidental del río Siversky Donets”.
Ucrania ha denunciado además que Bielorrusia “sigue usando y dejando su territorio para bombardeos contra territorio de Ucrania y para tareas de reconocimiento de objetos en territorio ucraniano”. “Creemos en las Fuerzas Armadas de Ucrania. Ganemos juntos. Gloria a Ucrania”, ha remachado.
Temor en Leópolis
En paralelo a la alarma en el este del país, desde Leópolis, en el oeste y a tiro de piedra de suelo polaco, se reportaron asimismo ya por la mañana cinco ataques con misiles, que dejaron al menos siete muertos. Cuna del nacionalismo ucraniano, esta urbe y su región han servido como centro logístico para abastecer al resto del país y refugio seguro para cientos de miles de desplazados, que se han establecido temporalmente cerca o la han utilizado como lugar de tránsito antes de abandonar Ucrania en dirección a Polonia. Sólo un ataque a una base militar había dejado daños severos en las semanas pasadas. “Ya no quedan lugares seguros en Ucrania”, afirma ahora el alcalde de la ciudad.
Especialmente dramática es este martes la situación en Mariupol, la estratégica ciudad portuaria del Mar Negro, que sufre a diario los bombardeos rusos desde el inicio de la invasión, el 24 de febrero. Las autoridades ucranianas informaron que, por segundo día consecutivo, no es posible abrir corredores humanitarios para proceder a la evacuación de los civiles porque, según Kiev, por parte de Rusia no hay garantías de seguridad. La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, instó a través de la cuenta oficial en Telegram a Rusia a abrir uno de estos corredores humanitarios para posibilitar esas operaciones.
Según fuentes ucranianas, en una acería de Mariupol hay cerca de un millar de civiles refugiados. Ahí se encuentran también atrincherados los últimos soldados ucranianos que tratan de resistir el ataque ruso a esa ciudad.
Nuevos ataques en suelo ruso
El gobernador regional de la ciudad rusa de Belgorod, Viacheslav Gladkov, ha asegurado que un pueblo a unos 50 kilómetros de la capital , cerca de la frontera con Ucrania, ha sido bombardeado por las tropas ucranianas y ha dicho que, por el momento, hay un residente herido.
“Hubo bombardeos desde el lado de Ucrania del pueblo de Golovchino, distrito de Graivoronsky. Hay destrucción. Daré información más detallada más adelante”, ha escrito en su canal de Telegram, tal y como ha informado la agencia de noticias TASS.
Durante la jornada del lunes, Gladkov ha informado de que más de
40 casas y al menos 36 automóviles han sufrido daños tras repetidos bombardeos por parte de las tropas ucranianas en la aldea fronteriza de Zhuravlevka en la región de Belgorod.
¿Diploqué?
Mientras el ruido de sables aumenta, el silencio de las negociaciones entre ucranianos y rusos es atronador. No hay posibilidad alguna hoy de tener ni un mínimo alto el fuego. Lo ha confirmado Naciones Unidas: su mediador especial para Ucrania y secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, ha reconocido que lograr acuerdos siquiera para que se bajen las armas de forma puntual en determinadas regiones “no está en el horizonte en este momento”.
“No hay ningún alto el fuego en el horizonte en este momento, pero podría estarlo en unas semanas. Quizás en algo más de tiempo”, ha afirmado Griffiths en rueda de prensa desde la sede de la ONU en Nueva York.
Griffiths ha explicado que tiene previsto viajar esta misma semana a Turquía para reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para buscar fórmulas con las que la ONU pueda apoyar el proceso de negociación entre Ucrania y Rusia y ha afirmado estar “muy impresionado” por la labor de mediación de Turquía.
“Necesitamos observar muy, muy cuidadosamente las conversaciones y por eso voy a viajar esta semana a Turquía”, ha explicado Griffiths. Después podría desplazarse de nuevo a Rusia. “Creo que debería volver”, ha indicado. De hecho, Griffiths ha apuntado que Turquía podría ser la anfitriona de un “grupo de contacto humanitario”, un foro para estudiar fórmulas para garantizar el envío de ayuda humanitaria a la población necesitada. Las autoridades ucranianas ya habrían dado el visto bueno a esta propuesta y Griffiths espera que también lo haga próximamente el Gobierno ruso.
“He planteado a ambas partes que acuerden reunirse bajo los auspicios de la ONU en formato virtual o en persona para abordar cuestiones humanitarias, en particular su componente militar, posiblemente una tregua, su supervisión, los corredores seguros, las prioridades humanitarias”, ha explicado Griffiths.
Este domingo, el secretario general de la ONU, António Guterres, habló con el mandatario turco para expresar su apoyo al proceso de Estambul en el marco de la guerra de Ucrania y reiteró la necesidad de organizar corredores humanitarios para la distribución de ayuda.
El propio Erdogan ha hecho también declaraciones, en las que ha reconocido que las negociaciones se han visto afectadas en gran medida por las masacres de Bucha, Irpin y Kramatorsk. “Recibimos a las partes en Estambul para continuar sus negociaciones cara a cara. Gracias a estas reuniones, las partes hizo un progreso tangible, pero las imágenes de Bucha e Irpin y los ataques de civiles en Kramatorsk eclipsaron nuestros esfuerzos”, ha dicho.
Pese a ello, ha asegurado que Turquía continuará con “sus esfuerzos” para lograr un acuerdo. “El proceso de Estambul aún mantiene su carácter como la salida más confiable y más corta para superar la crisis”, ha agregado, tal y como ha informado la agencia de noticias Anatolia.
Erdogan ha subrayado que “no habrá un ganador en esta guerra”, ya que “toda la humanidad” perderá por el aumento del coste humano y del coste económico. “Nuestro mundo está siendo arrastrado hacia una gran incertidumbre”, ha dicho el mandatario turco.
Mientras, el presidente francés, Emmanuel Macron, en plena campaña electoral, dio anoche una entrevista en la que ratificó lo dicho por Erdogán: que matanzas como las de Bucha han enfriado los contactos, en su caso, con el presidente ruso, Vladimir Putin. “Desde las masacres que hemos descubierto en Bucha y en otras localidades, la guerra ha tomado un rumbo diferente, por lo que no volví a hablar con él directamente desde entonces, pero no descarto hacerlo en el futuro”, dijo Macron en France 5.
Cuando se le preguntó por qué no sigue el ejemplo de otros líderes europeos y viaja a la capital ucraniana, Kiev, Macron señaló que no se necesitaba una muestra de apoyo como tal tras la invasión rusa. “Regresaré a Kiev, pero iré allí para traer algo útil conmigo... porque es obvio que no necesito viajar allí para mostrar este apoyo (...). Si voy a Kiev, será para marcar la diferencia”, ha zanjado.