Amnistía pide a los equipos que juegan la Supercopa un gesto en favor de las mujeres de Arabia
"Es un hecho que defender la igualdad en ese país es algo muy arriesgado para las mujeres", recuerda la organización al Madrid, el Barça, el Atlético y el Athletic.
“Es la Supercopa de la igualdad”. Con estas palabras presentó en 2019 el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, la primera edición que se celebraría en Arabia Saudí, en una controvertida decisión que el mandatario del fútbol español justificó en “la oportunidad de cambiar cosas” en el país saudí.
Dos años después, Amnistía Internacional denuncia ahora la continuación de graves violaciones de derechos humanos en este país, en particular hacia las mujeres y las personas LGTBI, por lo que envió la semana pasada, tanto a la Federación como a los cuatro clubes que disputarán este torneo, unos brazaletes de color violeta con la propuesta de que los usen en sus partidos y en cualquier comparecencia pública.
Amnistía Internacional señala en un comunicado que el breve respiro de la represión que se vivió en Arabia Saudí durante su presidencia del G-20 “se desvaneció al acabar la cumbre”, lo que “demuestra que dichos avances respondían más a una campaña de relaciones públicas que a la voluntad de sus autoridades, en particular del príncipe heredero Mohammed bin Salman, de llevar a cabo reformas reales”.
En este sentido, “se ha vuelto a silenciar a todo aquel que se atreva a criticar al régimen saudí, las mujeres siguen sufriendo una discriminación legitimada por leyes y jueces, se han retomado las ejecuciones, y su participación en el conflicto de Yemen contribuye a matanzas de población civil que constituirían crímenes de guerra”, añade la organización.
“Si bien en estos tres últimos años hemos sido testigos de algunos avances, como el levantamiento de la prohibición de conducir o la posibilidad de practicar deporte, incluida la creación de una Liga femenina, por desgracia, las buenas palabras del presidente Rubiales en 2019 están muy lejos de haberse convertido en realidad en Arabia Saudí. Es un hecho que defender la igualdad en ese país es algo muy arriesgado para las mujeres, como demuestran las condenas impuestas a mujeres activistas como Loujain al-Hathloul o Nassima al-Sada”, lamentó el director de Amnistía Internacional España, Esteban Beltrán.
“Por eso, sea con este brazalete violeta que les proponemos, o de la forma que ellos consideren, pedimos que esta edición de la Supercopa destaque el importante papel de las mujeres activistas saudíes, en un país donde defender la igualdad puede conllevar largas penas de prisión, prohibición de salir del país o hablar con medios extranjeros”, ahonda.
Amnistía Internacional lleva años denunciando que países como Arabia Saudí intentan blanquear su atroz historial en derechos humanos con la organización de grandes eventos deportivos. “El hecho de que la RFEF haya decidido colaborar en este “lavado de imagen” de las autoridades saudíes y que esté dispuesta a que la Supercopa se España se juegue en este país hasta 2029 supone un desprestigio para este torneo y para todo el fútbol español”, declaró Beltrán.
“Hace unas semanas el mundo del deporte se indignaba a raíz de la prohibición expresa de las muestras de afecto entre las personas homosexuales que asistan al próximo Mundial de Qatar. Pues bien, tampoco veremos muchas en esta Supercopa, ya que en el país donde se juega, la homosexualidad se castiga con penas de cárcel y el adulterio conlleva incluso penas de flagelación”, denunció Beltrán. “No pedimos a los equipos que no jueguen en Arabia Saudí, ni a las aficiones que no sigan este torneo, pero sí confiamos en que un gesto de solidaridad hacia quienes sufren una represión día a día en el país pueda visibilizar y denunciar su precaria situación”, concluyó.
Palabras frente hechos
Tanto la RFEF como los cuatro equipos participantes han expresado su compromiso en defensa de los derechos humanos. En concreto, la RFEF ha declarado como “la mujer, junto a la buena gobernanza, la modernización y la transparencia constituyen un pilar fundamental en su trabajo, así como su compromiso de liderar desde la Federación la lucha contra la discriminación y de defender y proteger a la mujer y a los menores en el fútbol”.
El Athletic Club, establece en su Código Ético cómo “todos y cada uno de los miembros que integran el Athletic Club están obligados a guardar un respeto escrupuloso a los Derechos Fundamentales y Libertades Públicas recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948”.
Por su parte, el Código Ético del F.C. Barcelona afirma el compromiso del club con “los derechos humanos […] así como a llevar a cabo procesos de diligencia debida en sus propias actividades y en las que guarden relación directa con sus operaciones, productos y servicios prestados”.
También el Real Madrid señala, en su Informe de Responsabilidad Corporativa 2019/2020 su interés en “contribuir a actividades comunitarias que reflejen el compromiso del Real Madrid con los Derechos Humanos y la lucha contra la discriminación, la violencia y la desigualdad”. Además, el club blanco ha sido el primer equipo de fútbol en adherirse al Pacto Mundial, una iniciativa de Naciones Unidas en la que el sector privado se alinea con diez principios que incluyen el apoyo y respeto a los derechos humanos en su ámbito de influencia.
Por último, el Atlético de Madrid anunció que ha puesto en marcha un plan de Responsabilidad Social Corporativa de tres años, en el que se incluye un apartado sobre el respeto de los derechos humanos.
Según Esteban Beltrán, director de Amnistía en España, “todas estas declaraciones, estatutos y códigos éticos no deberían quedarse simplemente en el papel. El mundo del fútbol tiene una responsabilidad que va más allá de lo deportivo. No solo la Federación Española, también los equipos participantes deben aprovechar su participación en la Supercopa para elevar la voz sobre la situación de derechos humanos en Arabia Saudí y así ser consecuentes con sus propios códigos éticos, estatutos, etc.”.