Al PP de Casado le toca el Gordo
Los ojos les brillaban de alegría y emoción a Sánchez Almeida, Díaz Ayuso y Pablo Casado, que logran un balón de oxígeno.
En el Ayuntamiento y Comunidad de Madrid y las comunidades de Castilla-León y Murcia habrá gobiernos del PP, entre otras plazas aun por cerrar los pactos. “Vamos a vivir a nuestra manera en la comunidad de Madrid”, ha dicho Isabel Díaz Ayuso mientras el líder del PP acariciaba de nuevo la posibilidad de llegar a La Moncloa. Y es que, como ha dicho Martínez Almeida que le enseñó el exalcalde Álvarez del Manzano -hoy presente en la sede popular-, al Gobierno se llega desde Madrid.
El PP tendrá que compartir el poder con Ciudadanos y Vox, pero al final Albert Rivera no ha hecho un Dracarys a Pablo Casado, lo que le permite afianzarse como líder de la oposición. Uno de los miedos que tenían estos días era precisamente el anunciado sorpasso por parte de Ciudadanos, que no se ha materializado en las elecciones autonómicas, municipales y europeas. La nueva dirección del PP era consciente de qué si la formación naranja le aventajaba y se situaba como líder de la derecha, sería su propio partido el que se subiría al dragón de Daenerys para acabar con él. Por eso esta noche Génova era una fiesta imprevista, tanto que han tenido que montar un escenario sobre la marcha a la una de la madrugada. Los ojos les brillaban de alegría y emoción a Martínez Almeida, Díaz Ayuso y Pablo Casado, que logran un balón de oxígeno.
PSOE y Más Madrid no han logrado imponerse en la Comunidad de Madrid. A pesar de que los populares han visto cómo una parte considerable de los votos de los comicios de 2015 pasaban a Ciudadanos y a la extrema derecha de Vox, reeditando el pacto andaluz podrán conservar parte de su estatus. La pérdida de diputados en las europeas no les resulta tan dramático. En su discurso, los populares europeos han ganado y ellos, al fin y al cabo, están dentro del grupo.
En la noche del 26M no se había montado balcón en el que salir a celebrar en la sede del PP en la calle de Génova. Después de que en las generales de hace solo un mes quedará la desoladora imagen del enorme andamiaje vacío, prefirieron ser prudentes. Aún sin creérselo, el próximo alcalde de la capital y la presidenta de la comunidad con más presupuesto del país se han subido a la tarima exprés en plena calle junto a Casado, García Egea, Dolors Montserrat y Pío García Escudero. En solo cuatro horas habían pasado del pavor a que se repitiera la noche en la que Pedro Sánchez ganó las elecciones, a los espasmos del placer.
La tarde comenzó tímida. Solo el torero Miguel Abellán que salía cada rato a fumar a la calle parecía meditar si sería el día en que los votantes les darían la puntilla o lograrían salvar el pellejo. Nadie más del nuevo PP se mezclaba con los periodistas a las puertas de Génova a las 20.30 horas, tras el cierre de los colegios y la publicación de los primeros sondeos a pie de urna. Muy atrás quedaban otras citas electorales pasadas en las que los dirigentes charlaban con los periodistas en plena calle, seguros de su éxito en esos feudos que parecían imposibles de perder.
En Génova pensaban que ya nada podía ser peor que las generales del 28 de abril. Ganar ya no significa ganar en solitario, sino sumar con los otros dos partidos de derechas para poder gobernar. Y ese ha sido su logro. “Para como ha empezado la tarde, ahora nos podemos dar con un canto en los dientes. Al final, nuestros votantes han regresado; no todos, pero muchos se lo han pensado y nos han apoyado”, aseguraba un dirigente popular durante la larga noche electoral.
Carlos Aragonés -ex jefe de gabinete de Aznar y uno de los presidentes en la sombra de este país- no lo tenía claro al entrar en la sede: “Vengo a vivir el duelo en directo, va a estar reñido. Todo puede pasar”. Y lo que no estaba previsto que sucediera, pasó.