30 horas atrapados en un autobús: "Nuestra desesperación es máxima. No vemos la luz al final del túnel"
Los pasajeros que hacían el trayecto Granada-Madrid han llegado, por fin, a la estación de Cuatro Vientos.
Fran Salas es uno de los casi 60 pasajeros que se subieron el viernes a las cuatro de la tarde en un autobús Alsa en la ciudad de Granada con destino Madrid. El trayecto se ha prolongado más de 24 horas.
Conseguimos hablar con Salas cuando ya están en Cuatro Vientos, a las puertas de la capital, a escasos kilómetros de la Estación Sur, su destino final. “Estamos aquí porque hemos aprovechado que la nevaba paraba, pero no vemos la luz al final del túnel, la verdad. Cuando creemos que ya lo vamos a conseguir, pasa algo. Nuestro nivel de desesperación es tal que hemos propuesto a Alsa que mande otro autobús y nos volvemos a Granada. Necesitamos asearnos y descansar. Nos sentimos solos y abandonados”, cuenta el joven alcalde de la población granadina de Tiena (Moclín).
Ya no tienen agua ni comida. No hay distancia de seguridad ni ventilación. El baño está sucio y los viajeros están muy cansados y hartos. “Una de las pasajeras se ha empezado a encontrar mal porque no tenía su medicación. Le hemos dado un poco de chocolate y alguna fruta que guardábamos de reserva y se encuentra un poco mejor”, cuenta.
El trayecto discurrió con relativa normalidad hasta que a unos 90 kilómetros de Madrid, cerca de la población toledana de La Guardia, el autobús quedó atrapado en la nieve. Al cabo de unas horas, un equipo de la Guardia Civil consiguió sacarlo y trasladaron a todos los pasajeros a una área de servicio donde pudieron comer y descansar.
A las 9 de la mañana decidieron continuar el viaje pero 30 minutos después, de nuevo, se quedaron atrapados en el kilómetro 47 de la A-4, donde estuvieron parados 9 horas.
“La empresa no nos ha facilitado ni comida ni bebida ni ropa seca. De hecho, ni nos atendía. Hasta que no nos hemos empezado a mover por redes sociales, la empresa no se ha puesto en contacto con nosotros. Nos han explicado que ya estaban al tanto de la situación pero que era muy difícil llegar. Hace unas horas tres horas que ellos mismos nos avisaron de que iba a llegar la Cruz Roja con comida, agua y mantas pero aquí no ha venido nadie”, explica Fran.
Horas más tarde, siguiendo indicaciones de la Guardia Civil, han conseguido acercarse a la capital. “Cuanto más nos acercamos a Madrid, más difícil está la cosa”, advierte incrédulo ante un final que parece estar cerca. Finalmente, a las diez de la noche, pisaban tierra en la estación de Cuatro Vientos.