Los océanos y los vertederos están a rebosar de plástico. Se estima que cada año acaban en el mar 8.620 millones de kilos de desperdicios de este material. Solamente en Estados Unidos, cada año se tiran 25.400 millones de kilos de plástico a los vertederos.
Por desgracia, sigue sin saberse cómo podría afectar este plástico —que no es biodegradable y que podría durar siglos en el entorno— a la salud humana y al medio ambiente. Pero todos podemos hacer algo para mitigar esta crisis del plástico que cada vez se acrecienta más. Sí, todos. Desde los emprendedores y las empresas, que necesitan darle una vuelta a la forma de diseñar y fabricar productos de plástico; hasta los legisladores, que pueden promulgar leyes para proteger a los entornos frágiles de la contaminación de residuos plásticos; pasando por los ciudadanos (como tú), cuyas acciones cotidianas pueden contribuir a algo más grande. Todos tenemos un papel.
"Lo que he aprendido investigando es que la densidad de población es directamente proporcional a la contaminación de los océanos; así que nuestras decisiones individuales tienen repercusión, especialmente en lugares con alta densidad de población", explica Jenna Jambeck, ingeniera ambiental experta en plástico. "Hay ciertos gestos que pueden parecer mundanos —como usar una botella o una bolsa reutilizables—, pero que marcan la diferencia si se llevan a cabo colectivamente".
A continuación desgranamos lo que puedes empezar a hacer para reducir el consumo y el desperdicio de plástico:
- 1. Utiliza menos productos de plástico, especialmente si son de usar y tirar Getty Images El plástico es un material de valor incalculable, se utiliza para fabricar de todo: desde material médico hasta material de construcción; por lo tanto, prohibirlo por completo sería prácticamente imposible. "El plástico es un material increíblemente útil para nosotros como sociedad y por eso tiene un lugar en ella", aclara Nick Mallos, de la organización sin ánimo de lucro Ocean Conservancy. Lo que tenemos que hacer es acordarnos de utilizar menos plástico (y reducir el consumo en general); eso incluye también el plástico reciclable y los plásticos compostables y biodegradables. "A lo mejor alguien se compra un iPhone nuevo y piensa: 'Bueno, como he reciclado mi teléfono viejo a través de Apple, estoy haciendo las cosas bien', pero Apple no nos dice qué porcentaje de ese teléfono se va a reciclar de verdad", comenta Adam Minter, autor del libro Junkyard Planet: Travels in The Billion-Dollar Trash Trade. "La gente tiene que dejar de concebir el reciclaje como la buena acción del día. Lo único que se consigue al reciclar es hacer que la situación sea menos mala". "Si de verdad queremos hacer algo con el problema al que nos enfrentamos, tenemos que reflexionar más sobre la naturaleza del consumo en sí mismo", añade Minter. La clave está en el uso de productos de plástico de usar y tirar, como bolsas de plástico, botellas, contenedores, pajitas y cubertería. Según Mallos, los objetos de plástico de un solo uso son los que se encuentran en mayor proporción en las masas de agua de todo el mundo. Empieza a llevarte una bolsa reutilizable al supermercado y a usar botellas de agua reutilizables; no pidas pajita cuando tomes un refresco en un restaurante y llévate cubiertos reutilizables para comer en el trabajo.
- 2. No tires basura al suelo Reuters Puede parecer evidente, pero dejar de tirar basura al suelo es crucial para asegurarnos de que los desechos de plástico se eliminan de la manera adecuada y no acaban en el mar o en otros entornos naturales. Según Jambeck, este tipo de conductas son la principal causa de que se acumule plástico en los océanos del mundo. Una bolsa de plástico que queda atrapada en una racha de viento puede terminar en el alcantarillado; una botella de plástico vacía olvidada en la playa puede acabar en el mar cuando suba la marea. Ocean Conservancy recomienda dedicar cinco minutos para asegurarnos de que hemos recogido todos los desperdicios antes de irnos de un sitio. Las bolsas de plástico son especialmente propensas a no acabar reciclándose correctamente, ya que el viento se las lleva con mucha facilidad. Si vas a tirar una bolsa de plástico, asegúrate de que está enrollada para que no flote tan fácilmente.
- 3. Recicla cuando puedas y hazlo bien Getty Images Resulta que reciclar el plástico es mucho más difícil de lo que puede parecer; de hecho, es tan complicado que una cantidad notable del plástico que se desecha (incluso del que se deja en el contenedor de reciclaje) acaba sin reciclarse. En Estados Unidos, se recicla menos del 7% del plástico que se tira y alrededor del 8% se quema para producir energía a partir de la combustión de los residuos. Según Darby Hoover, especialista en tratamiento de desperdicios del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales, las razones por las que estas cifras son tan bajas son variadas. Pero, en general, todo puede reducirse a dos problemas principales: en primer lugar, hay muchos tipos de plástico y no todos ellos pueden reciclarse con facilidad; en segundo lugar, los consumidores no siempre son conscientes de esas diferencias y, por lo tanto, no se deshacen del plástico de la manera adecuada. "¿Os habéis fijado en el pequeño triángulo que tienen algunos productos de plástico? No indica que se trate de un envase reciclable, sino que es una nomenclatura —que incluye además un número del 1 al 7— que especifica de qué tipo de plástico se trata, de qué polímero es", explica Hoover. El número 1, por ejemplo, indica que el envase está hecho de polietilentereftalato (o PET, para abreviar), que se suele utilizar para fabricar botellas o recipientes que se puedan meter en el microondas. Los encargados del reciclaje se fijan en esos números para determinar qué envases se pueden reciclar y cuáles no. No se pueden reciclar a la vez diferentes tipos de plástico, y muchas plantas de reciclaje ni siquiera aceptan ciertos tipos de plástico, como el poliestireno extruido, el vinilo o productos como las bolsas de plástico o el film transparente porque atascan la maquinaria encargada del proceso de reciclaje. Para añadirle un poco más de confusión al asunto, muchos municipios de Estados Unidos tienen diferentes reglas en cuanto al reciclaje de plástico. Algunas aceptan plástico de tipo 7, por ejemplo, pero otras no lo hacen. "Independientemente de dónde vivas, comprueba las reglas de tu municipio", aconseja Hoover, que recomienda buscar información al respecto en la página web de la ciudad o el pueblo de residencia. También recuerda que se debe comprobar la información con cierta frecuencia, ya que no se da mucha visibilidad a los cambios de las normas.
- 4. Compra prendas de tejido no sintético siempre que sea posible Getty Images Según varias investigaciones, los microplásticos —es decir, los fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros de longitud— pueden desprenderse de las prendas sintéticas, como las acrílicas o las de poliéster, al lavarlas. En un solo ciclo de lavado a máquina pueden liberarse más de 700.000 fibras de microplástico al medio ambiente, según revela un estudio realizado en 2016. Considera la posibilidad de comprar prendas de tejidos orgánicos como el algodón, la lana, el lino o el cáñamo.
- 5. Di no a las microperlas Getty Images Las microperlas de plástico se añaden muchas veces como exfoliante en productos cosméticos como jabones, dentífricos y exfoliantes faciales. Estas pequeñas esferas de plástico pueden no filtrarse con los sistemas de tratamiento de aguas residuales y acabar en canales o ríos y, finalmente, en el mar. Varios países, entre ellos Estados Unidos y Reino Unido, han empezado a prohibir las microperlas tras reconocer el riesgo que suponen para los ecosistemas marinos y para la salud humana. Sin embargo, muchas de estas prohibiciones tienen que imponerse todavía y su alcance es limitado, así que hay que estar atento para no comprar productos que contengan microperlas. Cuidado con los exfoliantes. Visita Beat the Microbead para más información.
- 6. Colabora limpiando Getty Images Cada año, Ocean Conservancy organiza un evento internacional para limpiar las costas en el que piden voluntarios para recoger plástico y otros desperdicios de las zonas costeras y los ríos y canales. El año pasado, participaron en él más de 700.000 personas de 100 países distintos y recogieron más de 8 millones de kilos de basura en un solo día. Está previsto que el evento se repita este año el próximo 16 de septiembre, pero no hay por qué esperar hasta entonces para ayudar. En la página web de Ocean Conservacy incluyen un kit de herramientas que puedes hacer tú mismo para organizar una recogida de desperdicios en tu localidad.
- 7. No utilices bolsas de plástico Spencer Platt/Getty Images Las bolsas de plástico pueden resultar muy prácticas para hacer la compra, pero son uno de los productos que más desperdicios generan. En Estados Unidos, por ejemplo, una familia promedio de cuatro miembros consume más de 1.500 bolsas de plástico al año, según el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales. Cada bolsa se usa una media de 12 minutos; por lo tanto, como las bolsas de plástico se reciclan pocas veces, la mayoría acaban en los vertederos, donde pueden durar cientos de años. Según Jennie Romer, abogada y fundadora de la página web Plastic Bag Laws, también es importante apoyar leyes y medidas de reducción del consumo de bolsas de un solo uso, tanto de papel como de plástico. Existen datos preliminares que sugieren que las leyes que regulan el consumo de las bolsas de un solo uso pueden ser muy eficaces a la hora de reducir la cantidad de desperdicios. En muchos puntos de Estados Unidos ya se aplican estas leyes. El año pasado, California se convirtió en el primer estado en prohibir las bolsas de un solo uso en todos los puntos de venta. Por su parte, en España los supermercados aplican una tasa de varios céntimos a las bolsas de plástico, pero esto no se lleva a cabo en todos los establecimientos.
- 8. Apoya a las empresas con ideas innovadoras para reducir, reutilizar y reciclar el plástico Bloomberg/Getty Images Apoya a empresas y a emprendedores que están poniendo de su parte para reducir los desechos de plástico en sus compañías. Puede que estén dándole vueltas al rediseño del producto —como esta marca de desodorantes, cuyos envases son recargables y reutilizables— o que estén incorporando materiales reciclados en sus productos, como varias marcas de ropa de deporte, que fabrican prendas a partir de botellas recicladas, o las empresas sociales como Greensole, que recicla zapatos viejos para fabricar nuevos. También hay otras empresas que están intentando reducir los desperdicios que generan a lo largo de toda la cadena de valor. Parte de la iniciativa de reciclaje de Dell, por ejemplo, consiste en reciclar ordenadores viejos para fabricar nuevos. Además, la empresa ha empezado a recoger desechos de plástico de ríos, canales navegables y playas para convertirlos en material de embalaje. Plantéate la posibilidad de unirte a grupos ecologistas como 5Gyres, Ocean Conservancy o The Ocean Cleanup, que lideran los esfuerzos por limpiar los océanos del mundo.
- 9. Conciencia a tus familiares y amigos Getty Images No se suele hablar mucho sobre contaminación y desperdicios, pero, para que las cosas cambien, hay que empezar a plantear el tema. "Es un asunto crucial que está relacionado con muchos problemas medioambientales", asegura Minter. "Aunque la gente parece tener una cierta aversión por él. Es un tema que no suele generar mucho interés. ¿Dónde está la conferencia sobre vertederos de París? No es lo habitual ver a famosos recorrer el mundo para hablar sobre desechos". El diálogo puede comenzar en tu propia casa o en tu grupo de amigos. Empieza a concienciar a tus seres queridos y a los miembros de tu comunidad sobre este asunto tan importante.
- 10. Registra tus progresos Getty Images Empieza a fijarte en la cantidad de plástico que utilizas y que tiras a diario. Y, a medida que vayas disminuyendo el consumo, anota el plástico que vas ahorrando. Seguro que te sorprende. Ocean Conservancy también cuenta con una aplicación para móvil llamada Clean Swell, que permite registrar las actividades de limpieza realizadas en la playa, compartir los progresos en las redes sociales y subir los datos directamente a una base de datos de contaminación en los océanos a nivel mundial.
Este artículo, que forma parte de una serie sobre plástico en los océanos, fue publicado originalmente en la edición estadounidense del 'HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.