Las regiones e industrias rusas que se benefician de la invasión de Ucrania
Unos territorios de la Federación sufren los ataques de Kiev y el rigor de las sanciones, pero su territorio es grande y en otras áreas hay quien se hace de oro con las necesidades de la contienda y el aumento del consumo interno.
La economía rusa tira. Las sanciones internacionales de Occidente impuestas por su invasión de Ucrania aún no hacen un daño profundo, aunque los países que las han impuesto insisten en ese aún y defienden que es cuestión de tiempo que acabe colapsando. Hay sectores como el de la defensa y el petróleo que mantienen sus cuentas y hasta hacen que crezcan, aunque empiezan a saltar las alarmas por lo poco variado de sus posibilidades y por bajadas sensibles, ahora sí, en mercados determinantes como el del gas.
La Federación es enorme y, en su territorio, hay de todo: zonas donde la guerra hace mella, porque reciben los bombardeos o los drones y hasta ciertas incursiones aisladas por parte del Ejército de Kiev y o donde sus industrias están tocadas por el castigo internacional, pero también hay zonas donde se frotan las manos porque se aferran al cortoplacismo, a las necesidades y exigencias de la contienda, que sí les está dando buenos resultados, reclamando lo que sólo algunas áreas les pueden dar.
El Fondo Carnegie para la Paz Internacional (Carnegie Endowment for International Peace) ha publicado un análisis en el que detecta las zonas más beneficiadas por la guerra de agresión al país vecino. "La situación macroeconómica actualmente favorable de Rusia está bien documentada, pero incluso un crecimiento del PIB del 3,6% en 2023 no proporciona una imagen completa del aumento de los ingresos que la guerra ha traído a regiones e industrias individuales", contextualiza. En el informe del año pasado del Servicio Federal de Impuestos de Rusia, una "característica llamativa" es el "fuerte aumento de las contribuciones regionales al presupuesto consolidado del país en 2023 en comparación con 2021". Estas contribuciones (y, en consecuencia, los ingresos regionales) aumentaron colectivamente en un "récord del 36%", indica la especialista Ekaterina Kurbangal, especializada en el mundo ruso.
Ese es el marco. Luego vienen los detalles. Las tres regiones que muestran el mayor crecimiento "son bastante inesperadas", sostiene: se trata de la región de Amur (+176%, fronterizo con China), la región de Tula (+103%, a 160 kilómetros al sur de Moscú) y San Petersburgo, patria chica del presidente Vladimir Putin (+87%, a las puertas de Estonia y Finlandia). "Las regiones ricas en recursos minerales ni siquiera se encuentran entre las 20 primeras, a excepción de la región de Sajalín", constata. "En otras palabras, las sanciones se están haciendo sentir: los ingresos de regiones tradicionalmente ricas y contribuyentes netas, como Khanty-Mansi, Yamalo-Nenets, Moscú y Tartaristán, también han aumentado, pero de manera muy modesta en comparación con otras", incide.
Esas citadas 20 regiones principales aumentaron sus contribuciones en al menos un 50% en comparación con 2021. Incluyen aquellas que anteriormente estaban por debajo del promedio incluso en los años de más bonanza, como Chuvashia (+72%), Smolensk (+72%) , Kurgan (+69%), Transbaikal (+66%), Mari El (+64%), Bryansk (+58%), Pskov (+53%) e incluso Tuva (+57%) y la Región Autónoma Judía (+49%). "Casi todas las regiones mencionadas, con la excepción de Transbaikal, revelan el mismo patrón de cambios: sus declaraciones de impuestos (y por lo tanto los ingresos regionales) se mantuvieron aproximadamente en el mismo nivel en 2022, y luego comenzaron a dispararse en 2023", señala el Carnegie, un tanque de pensamiento con sede en Washington (Estados Unidos).
Si Chuvashia, Bryansk, Kurgan y Smolensk encabezan las regiones que más aportan en el impuesto de la renta nacional, a la cola están, en cambio, Lipetsk, Kursk y Belgorod, que han sufrido una caída en las contribuciones fiscales (y por lo tanto en los ingresos) en los dos años de guerra que llevamos. A finales del año pasado y principios de 2024, a ellas se han sumado Chukotka, Altai y Kaliningrado. Belgorod está siendo, sobre todo, el escenario de los principales ataques ucranianos al otro lado de la frontera enemiga.
Qué salva a estas zonas
"El análisis de los datos de Rosstat, el servicio estatal de estadísticas (...) muestra que los principales beneficiarios son regiones que alguna vez estuvieron subsidiadas, principalmente ubicadas en Rusia central, la región del Volga y los Urales, así como algunas regiones del Lejano Oriente que alguna vez fueron las más pobres del país. Sin embargo, también es cierto que la situación en las regiones más pobres del Cáucaso Norte (Ingushetia y Daguestán) apenas ha cambiado", destaca.
Incluso un vistazo superficial a la lista de regiones que se han beneficiado de la guerra revela que se trata de "territorios con importantes activos de construcción de maquinaria", que han visto "una avalancha de fondos presupuestarios provenientes de órdenes de defensa estatales". Las industrias relacionadas, como la producción de alimentos, la confección y el calzado, también "se han beneficiado enormemente", dice Kurbangal.
A juzgar por sus contribuciones al presupuesto consolidado, así como por los datos de Rosstat, los ingresos de la industria del calzado y la producción textil se han duplicado, mientras que los de la confección de ropa se han más que triplicado. "Estas industrias deben su crecimiento no sólo a los pedidos de la industria de defensa, sino también a la sustitución de importaciones, que finalmente se hizo realidad tras el éxodo de los fabricantes extranjeros y la reducción de las exportaciones", se explica.
Dada la falta de vuelos directos a muchos países desde la Federación ahora y las dificultades que tienen los rusos para obtener visas para otros países, "los beneficiarios de la guerra también incluyen la propia industria hotelera del país, cuyos ingresos se han duplicado en los últimos dos años, con diferencia el principal crecimiento observado en 2023", además.
Lo que tienen los que pierden
Mientras tanto, las industrias que se han visto afectadas incluyen la metalurgia y más específicamente la producción de hierro fundido, acero y acero laminado, como lo refleja la caída de los impuestos pagados por las regiones con industrias metalúrgicas fuertes. Esta bajada está relacionada con la "reducción de las oportunidades de exportación", toda vez que el consumo interno por sí solo simplemente no necesita tanto metal, incluso teniendo en cuenta los pedidos multiplicados de defensa.
Otros "claros perdedores" son el procesamiento de madera (lo que explica en cierto modo las pérdidas de regiones que desempeñan un papel importante en esta industria, como Karelia y Komi) y las transacciones inmobiliarias. Hubo una caída de alrededor del 25% en la producción de medicamentos y productos médicos en general, así como una reducción de casi el 30% en las firmas de servicios médicos. "Parecería que la sustitución de importaciones en este ámbito no va bien", señala el informe.
Para algunas regiones rusas, la invasión de Ucrania por parte del país significa que enfrentan bombardeos y menores ingresos por exportaciones debido a las crecientes sanciones. Para otros, significa una afluencia sin precedentes de dinero en efectivo a medida que se benefician del volante de la guerra y del creciente consumo interno. A finales de 2023, no había duda de que los ingresos de las regiones, las empresas y las personas que habían luchado durante décadas para llegar a fin de mes habían aumentado drásticamente.
Para la autora del análisis, hay una conclusión clara: "Estas personas son capaces de proporcionar al régimen de Putin un apoyo significativo y sostenible: no sólo por su 'mentalidad imperial' o bajo la influencia hipnótica de la propaganda, sino por las razones más pragmáticas. Sencillamente, les conviene hacerlo", finaliza.