Rusia prepara su ofensiva final contra Ucrania con una alianza que desestabilizaría Occidente
Putin se hace con todo: misiles de Corea del Norte, drones de Irán y asistencia técnica de China.
Rusia se rearma por todos los flancos posibles. Con misiles de Corea del Norte, con drones de Irán y una enorme cantidad de asistencia técnica de China. Un análisis del diario británico The Telegraph deja claro cómo el apoyo a Moscú se ha vuelto masivo y podría determinar el destino de la guerra de invasión en Ucrania.
"El presidente ruso, Vladimir Putin, puede quejarse del apoyo que Ucrania está recibiendo de sus aliados de la OTAN, pero es dudoso que Rusia pueda mantener su ofensiva militar sin la ayuda que está recibiendo de su diverso grupo de amigos autocráticos. En el último indicio del apoyo que está recibiendo Moscú por su esfuerzo bélico en Ucrania, un equipo de investigadores de las Naciones Unidas concluyó que los restos de un misil que aterrizó en la ciudad ucraniana de Kharkiv el 2 de enero procedían de un misil balístico norcoreano Hwasong"; recuerda el texto.
Este armamento fue suministrado al Kremlin por Pyongyang, a pesar de que Corea del Norte se encuentra bajo una amplia gama de sanciones impuestas en 2006 debido a sus programas balísticos y nucleares. El misil encuestión también sería parte del envío masivo de armas que Corea del Norte ha enviado a Rusia en los últimos meses; los funcionarios de seguridad de Corea del Sur, su adversario, estiman que desde diciembre se han enviado casi 7.000 contenedores llenos de misiles, proyectiles de artillería y otras municiones.
Los drones iraníes, por su parte, también se han convertido en una característica familiar del campo de batalla ucraniano, ya que las fuerzas rusas los utilizan regularmente para llevar a cabo ataques enjambre contra infraestructura clave de Ucrania.
"Por el contrario, el apoyo de China al esfuerzo bélico de Putin se centra más en ayudar a Rusia a reconstruir su base industrial militar a un nivel no visto desde la era soviética", continúa el análisis de The Telegraph. Está claro que no va a mandar palés con armas como Corea del Norte, porque automáticamente estaría en la lista de sanciones occidentales por colaboracionismo con Putin y ya bastante presión están notando sus bancos, sin ir más lejos.
La última evaluación realizada por la administración de Joe Biden antes de la visita del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a Pekín el mes pasado encontró que China estaba suministrando cantidades significativas de "máquinas herramienta, motores de drones y turborreactores, más tecnología de misiles de crucero, además de ayudar a los rusos a expandir su capacidades satelitales en el campo de batalla ucraniano".
Organizaciones chinas y rusas también están coordinando esfuerzos para desarrollar la producción de drones en Rusia. Como comentó Blinken después de su infructuosa visita, China está "suministrando componentes que están alimentando la brutal guerra de agresión de Rusia contra Ucrania", sin los cuales era dudoso que el Kremlin hubiera podido mantener las operaciones militares al nivel actual.
El impacto en el campo de batalla
La ayuda que Rusia está recibiendo ciertamente está teniendo un impacto "tangible" en el campo de batalla, donde altos funcionarios de seguridad ucranianos describieron recientemente la difícil situación de Ucrania como "desesperada". De hecho, según el análisis, "esta precaria situación tampoco parece haber mejorado significativamente, a pesar de que Estados Unidos y sus aliados europeos (...) han reafirmado recientemente su compromiso de abordar la desesperada necesidad de Kiev de munición adicional".
Las fuerzas ucranianas que defienden el bastión estratégico oriental de Khasiv Yar, por ejemplo, "están luchando para contrarrestar el creciente número de ataques que enfrentan por parte de fuerzas y drones rusos, a pesar de las promesas de nuevas municiones hechas por Estados Unidos y sus aliados". Los rusos han identificado a Chasiv Yar como su próximo objetivo estratégico en el este de Ucrania tras la captura de Avdiivka en febrero. "Creen que su captura les permitiría controlar terrenos más altos y atacar pueblos y ciudades más al oeste", estima el analista David Axe.
Los comandantes ucranianos sobre el terreno subrayan que "lograron repeler un ataque anterior en la región por parte de los mercenarios rusos Wagner porque tenían suficientes provisiones de proyectiles de artillería y misiles de largo alcance" pero asumen que su capacidad para contener otra ofensiva rusa "se verá gravemente comprometida si no llegan pronto suministros de armas adicionales".
Las deficiencias que enfrentan las fuerzas de los de Volodimir Zelenski en el este son aún más preocupantes ya que los rusos están reuniendo una fuerza de 150.000 efectivos para lanzar una nueva ofensiva en los próximos meses, indican distintas inteligencias occidentales.
Además, la perspectiva de mayores avances rusos se verá reforzada en gran medida por el hecho de que los rusos continúan disfrutando de superioridad aérea, sin señales todavía de los cazas F-16 largamente prometidos, que los ucranianos habían solicitado por primera vez hace 18 meses. En momentos en que los líderes occidentales creen que ayudar a Ucrania a lograr la victoria es vital para asegurar sus propias perspectivas a largo plazo, la situación actual de las fuerzas ucranianas no es sólo motivo de preocupación. "Debería servir para impulsarlos a actuar, garantizando urgentemente que Kiev tenga la potencia de fuego que necesita para defenderse", añade el diario.
"Como lo demuestra la alianza que Moscú ha formado para apoyar su esfuerzo bélico en Ucrania, el conflicto, desde el punto de vista de Occidente, ya no es una guerra contra Rusia: es una guerra contra una poderosa combinación de regímenes autocráticos que, en sus diferentes formas, son totalmente contrarias al concepto de democracia liberal occidental", ahonda el análisis.
"Garantizar que Rusia sea derrotada rotundamente en Ucrania es vital no sólo para disuadir a Putin de lanzar futuros actos de agresión en Europa: es esencial para que países como China, Irán y Corea del Norte también comprendan que su postura antagónica hacia Occidente se encontrará la misma respuesta decidida que la invasión no provocada de Rusia a Ucrania. Así como a Rusia se le debe negar la victoria en Ucrania, también se le deben negar los intentos de Irán de desestabilizar el Medio Oriente y negar el plan de China de conquistar Taiwán", concluye.