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La reinvención de Marta Francés: la número 1 del triatlón que quiere "abrir puertas" en el ciclismo adaptado

La reinvención de Marta Francés: la número 1 del triatlón que quiere "abrir puertas" en el ciclismo adaptado

La subcampeona paralímpica y campeona mundial en 2024 estrena este sábado un inmenso reto, hacer también carrera en el ciclismo. "Una llama nueva" con la que quiere soñar en grande y servir de referente a otras mujeres en España.

  Marta Francés celebra su plata en los Juegos Paralímpicos de París 2024Sam Mellish vía getty images

A Marta Francés (Puertollano, Ciudad Real, 1995) no le basta con ser la mejor paratriatleta del mundo. Actual campeona del mundo, subcampeona paralímpica y europea en categoría PTS4, justifica con un "ya sabes cómo soy" su ansia de nuevos retos. Este sábado arranca su camino en el ciclismo adaptado. Busca ganar, como todos, pero admite que esta no es su única ambición; también le empuja la posibilidad de "abrir puertas" en una modalidad que sigue siendo casi una desconocida para la mujer en España.

La polifacética deportista —y estudiante, pues encadena tres masters— atiende a El HuffPost a punto de viajar a Ceutí (Murcia), donde este fin de semana debuta en la Copa de España. Sin saber muy bien qué se encontrará, pide cierta cautela. No esconde, empero, que su reto es "llegar a alcanzar sobre la bici el nivel que he alcanzado en triatlón".

Habla de abrir puertas, no de cerrarlas. Por ello compaginará ambos deportes y calendarios. Eso sí, matiza un "de momento", dejando como posibilidad futura acabar centrándose únicamente en el ciclismo. Dependerá "de muchas cosas". "De mi nivel, la categoría en la que compita, los rivales...". Y suma un factor ajeno a la competición, el futuro laboral que querría compaginar con el deporte de élite "y eso es más asequible haciendo ciclismo que triatlón". 

Cuando se le pregunta qué lleva a una estrella consolidada en un deporte a arriesgarlo todo en una aventura nueva, responde con una mezcla de referencias, emociones y ambiciones. "Siempre me han dicho que muevo buenos números sin especializarme, así que pensé 'si me especializo...'. Más allá de eso, sí te digo que necesitaba una nueva motivación", asevera, enlazando con la experiencia de París 2024.

"Yo llevaba años con el objetivo total de los Juegos. Pasados los de París noté que me faltaba la chispa que tenía hace 2-3 años. Pensar en ese otro deporte me ha abierto una llama nueva. Ya sabes —responde en confianza— que me encantan los retos y que cuando los consigo, busco nuevos".

Los entresijos del proceso de calificación por discapacidad

Marta hará su debut puramente ciclista en la categoría C4, la segunda más leve de los cinco niveles de discapacidad reconocidos en este deporte. No obstante, se trata de una autorización provisional para empezar a competir que requerirá de una compleja ratificación. La manchega aclara que "esta primera categorización la da la Real Federación Española de Ciclismo (RFEC), luego para el Campeonato de España fijan de forma 'oficial' tu categoría nacional y finalmente toca la autorización internacional, que es la definitiva". En este proceso de meses "es raro que cambien el nivel que te dieron al principio, pero a veces pasa".

Sonríe al detallar lo "lioso" que resulta a los ajenos un proceso crucial para comprender cómo funciona el deporte adaptado. En su caso, Marta Francés sufre una hemiparesia, un déficit de equilibrio y coordinación en su lado izquierdo por un problema neurológico del que se recuperó de forma ejemplar. Tanto en triatlón como en ciclismo se integra en el grupo 4 de 5. 

Cuando yo dije que me metía a ciclismo la federacion dijo 'por fin' alguien con nivel', pero yo desde dentro he visto que las chicas tenemos muchos nivel. Se mueven vatios que es una burrada... no entiendo cómo no hay más con lo buenas que somos en triatlón
Marta Francés

"Para que te den esa categorización provisional tienes que mandar tu historial médico, un informe de tus operaciones y una cita con un médico, en mi caso un neurólogo por mi problema específico. Este médico te hace una serie de 'pruebas de camilla', como yo las llamo. Medirte la fuerza de brazos, manos, piernas y pies, luego pruebas de equilibrio como caminar 'a la pata coja', intentar mantener la línea recta...", detalla de su experiencia reciente.

El segundo paso es el reconocimiento nacional, "muy parecido, pero esta vez pasas una "revisión 'de camilla' con dos personas, un médico y un calificador". Tras la consulta "también te valoran compitiendo". "Si consideran que la categoría corresponde a tu nivel y tu desempeño sobre la bici lo mantienen, si no lo cambian".

Queda el último trance, el más complicado y costoso. Porque obtener la valoración internacional definitiva supone rascarse el bolsillo. "A nivel de papeles es lo mismo, sólo hay que traducirlos, lo malo viene después. Tienes que pagarte una Copa del Mundo que haya, por ejemplo, en Francia. Vas allí, te califican uno o dos días antes, compites y ya cierran tu nivel definitivamente". Un trámite que no todos pueden permitirse.

Porque, como explicaba la propia Francés en este medio hace meses, las inscripciones "hay que pagarlas", sea ciclismo o triatlón. "A mí en triatlón me han pagado algunas, pero otras me tocaban a mí. De ciclismo sí me han dicho que cuando alcanzas un ranking determinado te lo paga la RFEC, pero yo apenas estoy debutando", expone. 

La plata en París 2024 sueña con el camino a los próximos Juegos Paralímpicos. En Los Angeles 2028 sopesa un doblete que va a empezar a probar en 2025. Pese a reconocer que va "más despacio" este comienzo de año en triatlón, también explica que sus sensaciones son "muy buenas". Ha pasado de una carga de "25-30 horas semanales" en su pico del verano a las actuales "15 horas", a fin de enfocarse en objetivos más a largo plazo, el Europeo y el Mundial. Ser la número 1 del ranking tiene alguna ventaja, como poder organizarte tu propio calendario de objetivos.

No obstante, su momento viene condicionado por otro asunto más molesto. Hace poco sufrió una "fractura en el peroné y una lesión en los ligamentos del tobillo". Por fortuna es un problema que "no me impide en absoluto pedalear, pero sí nadar y correr bien". Cuenta que ahora mismo sólo puede nadar con brazos —"dar la patada de crol me mata"— y de correr, cero. "He cambiado correr por elíptica, imagínate ahí una hora y pico viendo la misma pared blanca delante de ti", confiesa entre risas.

El 'otro' gran reto sobre la bicicleta

Su constante sonrisa no le quita contundencia a sus palabras. Cuando quiere decir y hacer algo, lo deja claro. Por ello, reconoce sin dudar que con su salto al ciclismo adaptado aspira a "abrir puertas". Las de las mujeres, aún ajenas a una disciplina en la que España es absoluta potencia... entre hombres.

En octubre, Manuela Vos se convertía en la primera mujer en ganar un Mundial para España. Lo hacía en la categoría H1, limitada a deportistas con tetraplejia. La ciclista nacida en Holanda contaba entonces a El HuffPost su ilusión por llamar a más compañeras a hacer ciclismo, especialmente en categorías de menor afectación, como la de Marta Francés. La manchega continúa ese camino. "El objetivo es que salgan y salgan. Cuando avisé de que me metía a ciclismo la federacion dijo 'por fin' alguien con nivel', pero yo desde dentro he visto que las chicas tenemos muchos nivel. Se mueven vatios que es una burrada... no entiendo cómo no hay más con lo buenas que somos en triatlón, por ejemplo", lamenta.

  Marta Francés, en un entrenamiento sobre la biciCEDIDA POR MARTA FRANCÉS

En apenas unas horas, ella ya será parte de esa aventura. Un cambio drástico, sobre todo porque "se compite dos días seguidos, uno en contrarreloj y otro en ruta, algo que es muy raro en paratriatlón". "Y porque no haré pista por mi problema de equilibrio, no me fio del velódromo, que si no...". Los kilómetros son la otra clave del cambio, sobre todo en ruta. "Las cronos suelen rondar los 15-20 kilómetros —en paratriatlón el tramo de ciclismo es de 20 kms.— y la ruta es de una hora y una vuelta extra al circuito. Calcúlale una hora y cuarto o así, o sea unos 45 kilómetros". Esto marca unas medias cercanas a los 40 km/h. "No, no es poco", añade risueña.

Ansiosa por subirse a su reluciente Ridley, un "cañón de bicicleta" como la define, Marta intenta frenar las expectativas inmediatas. "Empiezo ahora, el primer gran objetivo es el nacional ¿y luego? Ya te adelanto que el Mundial ahora mismo no lo miro mucho". Alega "saber bien lo que es un primer año de adaptación a un deporte", así que "no hay prisa, el ciclo olímpico es muy largo". 

Un ciclo que quiere disfrutar en sus dos deportes y con "mi comunidad", porque además de estrella sobre el agua y el asfalto, cada día lo es más en las redes. Fruto de ello, comienza a ser un reclamo para las marcas, a las que se dirigía en este medio hace meses. "Me están saliendo cositas, sobre todo colaboraciones, que si un reel con esto o con lo otro. También ayuda que tengo una comunidad de seguidores detrás y eso me permite crecer", remata agradecida y ya enfocada a los primeros kilómetros de su nueva ilusión.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es