¿Cómo se entiende la liberación de la mujer a los 18 años?
Maldecimos al machismo, pero somos nosotras las que condicionamos nuestra felicidad a la aceptación social por nuestro aspecto físico. Este problema solo lo podemos arreglar nosotras, valorándonos por lo que somos. Porque somos mucho más que un cuerpo, somos el sinfín de historias y experiencias que nos definen.
Vivimos en una sociedad en constante cambio y uno de los principales ha sido en beneficio de las mujeres. El rol de la mujer ha evolucionado, ampliando sus derechos y libertades de forma extraordinaria. Tras años de lucha, la liberación de la mujer ha mostrado que hombres y mujeres están igualmente capacitados y que, en contraste con lo que muchos pensaban, la mujer no es inferior al hombre en ningún sentido.
Sin embargo, tras derramar sangre, sudor y lágrimas para conseguir estos derechos, este nuevo rol se está asentando de forma errónea en las mentes de las nuevas generaciones femeninas. Las niñas de hoy crecen con la convicción de que lo importante es ser aceptadas por su apariencia externa, creen que la liberación de la mujer consiste en tener derecho a llevar una falda más corta, mientras que defienden la igualdad de género.
Ante este paradigma yo me pregunto: ¿no nos estamos subordinando inconscientemente a los hombres al basar nuestra existencia en buscar su aceptación? Exponiéndonos físicamente no hacemos honor a la igualdad que tanto defendemos, porque no mostramos nuestra persona, solo mostramos carne, a la vez que damos a entender a los hombres que son ellos los que eligen, los que tienen el poder. Pero además, al escondernos bajo la ropa destacamos las diferencias físicas con los hombres y nos alejamos de ellos, pues no son las diferencias lo que nos une, sino las cosas que tenemos en común.
Maldecimos al machismo y, sin embargo, somos nosotras las que condicionamos nuestra felicidad a la aceptación social por nuestro aspecto físico. Este problema solo lo podemos arreglar nosotras, valorándonos por lo que somos. Porque somos mucho más que un cuerpo, somos el sinfín de historias, vivencias y experiencias que nos definen. Pero sobre todo, somos lo que queremos ser y el día que creamos en nosotras mismas de verdad, el mundo entero también lo hará.