El Gobierno receta más hambre a un país que se muere de anemia
Las cuentas que ha confeccionado el Gobierno del Partido Popular sólo servirán para que los pobres sean más pobres y entierra las esperanzas de las miles de personas que cada día buscan un puesto de trabajo. Constatan, además, el fracaso de un Gobierno secuestrado y sin alternativa.
Las recetas que ha plasmado el Gobierno en el proyecto de ley de los Presupuestos Generales del Estado de 2013 -que ahora inician su recorrido en las Cortes Generales- sólo sirven para agravar el estado de salud de un país que se muere de anemia por la oleada de recortes sociales y económicos emprendida por el Gobierno del Partido Popular.
El diagnóstico realizado por el equipo económico del Gobierno, que ha ido más allá de lo que le exigía Bruselas, se sitúa en las antípodas de los remedios que implora un país que se desangra por el imparable aumento de desempleados y por la ausencia de remedios para poner fin al sufrimiento que viven miles de familias sin recursos y sin esperanza.
Los Presupuestos que ha diseñado el departamento que dirige Cristóbal Montoro no generan economía y, por tanto, sólo servirán para generar más pobreza y menos empleo. La principal herramienta política y económica del Gobierno disparará la recesión y condenará a muchas personas a sumarse a la vertiginosa lista del paro por la ausencia de estímulos y el tijeretazo a los recursos destinados a ayudar a los desempleados a encontrar un trabajo.
Certifican la defunción del Estado del Bienestar Social y ponen en serio peligro la sostenibilidad de los servicios públicos fundamentales por el hachazo de más de 3.000 millones de euros a las transferencias que el Estado realizará a las Comunidades Autónomas para la financiación de la Sanidad y la Educación.
La situación es insostenible y las cuentas que ha confeccionado el Gobierno del Partido Popular sólo servirán para que los pobres sean más pobres y entierra las esperanzas de las miles de personas que cada día buscan un puesto de trabajo.
Constatan, además, el fracaso de un Gobierno secuestrado y sin alternativa cuya única obsesión es cumplir con el pago de los intereses de la deuda y atender al sector financiero con ayudas históricas. Intereses que absorben 38.600 millones de euros y ahogan al resto de los presupuestos a unas partidas más que insuficientes para estimular la economía y garantizar las prestaciones sociales más básicas.
En lo que se refiere a Canarias, resulta esperpéntico ver cómo el Partido Popular de las Islas se congratulan por las cuentas presentadas por Rajoy, en una puesta en escena de total entrega y sumisión a Madrid, mientras sus propios compañeros de Baleares y Aragón han alzado la voz para expresar su oposición a los presupuestos elaborados por Hacienda. ¿De qué se alegran, por tanto, los populares canarios? Y ojo, que puede que haya sorpresas durante su tramitación.
El Gobierno del PP prolonga la agonía que sufren miles de familias canarias y condena a muchos al desempleo tras el severo tijeretazo aplicado en lo que respecta a Canarias en planes de empleo, convenios de infraestructuras, subvenciones, etcétera.
Son injustos con las Islas puesto que no tienen en cuenta los esfuerzos económicos que lleva haciendo el Gobierno de Canarias desde 2008, cumpliendo los objetivos de contención del déficit y aplicando ajustes que superan los 2.800 millones de euros en sólo cinco años. Rajoy castiga a las Islas y premia a quienes no han hecho los deberes.
Además, nos aleja más de la Península por los recortes en la subvención al transporte de mercancías y por las dudas que existen en la letra pequeña sobre la bonificación que nos corresponde a los residentes. En definitiva, nos sentencia a ser ciudadanos de segunda.
El PP aboca a Canarias a más pobreza y menos empleo con los peores presupuestos de la democracia, los que comportan un mayor retroceso económico. El plan integral de empleo pasa de 40 millones a 10 millones, mientras que el convenio de carreteras pasa de 207 millones a 54 millones o, por ejemplo, las políticas de viviendas experimentan una reducción del 86%.
Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria serán las tres islas más castigadas por la inexplicable decisión del Gobierno de dejar a 0 euros la partida para la subvención para la desalación de agua en Canarias, una medida que se traducirá en un aumento del recibo del agua. La subvención para el transporte de los deportistas que compiten en el exterior también se queda a 0 y, en estos momentos, existen dudas también sobre la continuidad de una partida tan sensible como la que se destina para financiar el transporte de los enfermos que deben desplazarse a otra Isla o a la Península para recibir tratamiento médico en los hospitales de referencia.
Sonroja la total ausencia de sensibilidad del ministro de Industria, José Manuel Soria, cuando justifica el recorte de la partida para políticas activas de empleo porque, según él, no sirven para nada, obviando que ha sido la única vía de ingreso y trabajo de miles de personas desde que se inició la crisis, en una Comunidad con una tasa de paro del 32%.
Por otra parte, son electoralistas y partidistas ya que hay territorios con tasas de desempleo más bajas que en Canarias donde crece la inversión. Curiosamente, sólo tres comunidades autónomas sortean la caída de la inversión de los ministerios de Fomento, Agricultura y Medio Ambiente y las tres se encuentran en manos del PP. Cantabria (159,5 millones, un 30% más), Murcia (407,5 millones, un 8,7% más) y Comunidad Valenciana (1.587,1 millones, un 0,1% más) se libran de la quema, de las que no se escaparán tampoco las comunidades que en cuestión de semanas se embarcarán en procesos electorales, como es el caso de Galicia.
Otro dato paradójico es que los Presupuestos Generales del Estado contemplan un descenso del 2,2% del número de funcionarios con respecto al ejercicio anterior pero, sin embargo, el número de altos cargos crece un 4,3% y pasa de 436 este año a 455 el próximo. Cifras que distan mucho del discurso de austeridad que pregona el PP.
En definitiva, nos enfrentamos a un escenario en el que el Gobierno, secuestrado por Bruselas, arroja más miseria a un país que languidece por la ausencia de estímulo y de respuestas para quienes viven sin esperanza.
Qué lejos queda el anuncio realizado por Rajoy cuando se comprometió a que el rescate financiero no afectaría al bolsillo de los españoles y hoy observamos atónitos cómo absorbe mucho más que lo que se aporta para las prestaciones por desempleo. Un ejemplo más gráfico que he rescatado de un tuit de la periodista Julia Otero: "Va a costar tanto el rescate de Bankia como lo que gastamos en un año en prestaciones por desempleo. Casi lo mismo que todos los Ministerios".