El escrache en las recomendaciones lingüísticas de la semana
Escrache, al igual que sucedió con corralito, es una palabra que se popularizó en los años noventa en Argentina para referirse a las manifestaciones organizadas frente a los domicilios de procesados por delitos cometidos durante la dictadura que luego habían sido puestos en libertad.
Como hemos visto en otras entradas del blog, la crisis nos está dejando nuevas palabras y expresiones con las que nos referimos a la difícil situación política, económica y social que estamos viviendo.
Pero en esta ocasión, la palabra que tantos debates está suscitando no es una creación, sino que se trata de un término importado.
Nos referimos al sustantivo escrache, que podemos leer últimamente de forma habitual en muchos medios de comunicación españoles: «La PAH anuncia que intensificará su campaña de 'escrache' pese a la presión policial»; «El Gobierno ordena detener a los que hagan escrache a políticos»; «Escrache a la española: califican las protestas por los desahucios de "terrorismo"».
Escrache, al igual que sucedió con corralito, es una palabra que nos ha llegado desde el Río de la Plata.
El término se popularizó en los años noventa en Argentina para referirse a las manifestaciones organizadas frente a los domicilios de procesados por delitos cometidos durante la dictadura que luego habían sido puestos en libertad.
Posteriormente, su uso se ha ido extendiendo a otros países y contextos: en Uruguay también se denomina escrache; en Chile, funa y en Perú, roche.
Pero el Diccionario de la lengua española no recoge este sustantivo. Incluye, sin embargo, el verbo escrachar como un coloquialismo argentino y uruguayo, pero con los significados de 'romper, destruir, aplastar' y 'fotografiar a una persona'.
Puesto que en el diccionario académico no se contempla todavía este uso, en la Fundación del Español hemos recibido consultas sobre cómo debe escribirse: en redonda, en cursiva, entrecomillado...
Por este motivo, esta semana publicamos una recomendación en la que señalamos que lo adecuado es escribirlo en redonda, pues escrache aparece recogido en el Diccionario de americanismos, de la RAE y la Asociación de Academias de la Lengua, como 'manifestación popular de denuncia contra una persona pública a la que se acusa de haber cometido delitos graves o actos de corrupción y que en general se realiza frente a su domicilio o en algún otro lugar público al que deba concurrir la persona denunciada'.
Ilustración: @MoxParadox.
Otra palabra que ha generado cierta confusión estos días en las noticias sobre la Semana Santa es el verbo procesionar, al que dedicamos la nota del martes.
Este verbo suele encontrarse en las informaciones sobre la Semana Santa en frases como las siguientes: «La prohibición de procesionar por la travesía causa una gran indignación» o «Las cofradías de Santa María del Páramo procesionan hoy junto a la Virgen de la Piedad».
Aunque el término procesionar no se encuentra todavía recogido en el diccionario académico, la Academia prevé incluirlo en su próxima edición, y ya aparece en el Diccionario de uso del español, de María Moliner, o el Diccionario del español actual, de Andrés, Seco y Ramos, por lo que su uso se considera adecuado para aludir a la acción de salir en procesión.
Otras recomendaciones de la semana, en breve:
El pronombre relativo que, en las locuciones dar que pensar, dar que hablar, dar que decir..., se escribe sin tilde pues se trata de un relativo, no tiene valor interrogativo o exclamativo, tal como indica el Diccionario panhispánico de dudas.
Sin embargo, en las locuciones dar en qué pensar o dar de qué hablar, donde qué sí tiene valor interrogativo y es palabra tónica, lo apropiado es acentuarlo gráficamente.
El anglicismo aquaplaning, que se refiere al 'deslizamiento incontrolado de un vehículo por existir una capa de agua en el pavimento que impide la adherencia de las ruedas', ha de escribirse en cursiva por no ser una palabra española.
A pesar de que se trata de un término extendido en el español actual, existen equivalentes que no requieren resalte tipográfico, como hidroplaneo y acuaplaneo, términos que ya usan habitualmente algunos profesionales del sector del automóvil.
Según las normas de la última ortografía académica publicada, las locuciones latinas, estén o no asentadas en el uso, deben tratarse como el resto de los extranjerismos y escribirse tal y como se hacía en la lengua original, por tanto sin acentuación gráfica.
Por trartarse de extranjerismos se escriben en cursiva o, si no se puede usar este tipo de letra, entre comillas:
- corpore insepulto, no de corpore insepulto. Significa 'con el cuerpo sin sepultar/de cuerpo presente';
- grosso modo, no a grosso modo. Significa 'aproximadamente o a grandes rasgos';
- ipso facto, no de ipso facto. Significa 'en el acto, inmediatamente';
- modus operandi, no modus operandis. Significa 'modo de obrar';
- modus vivendi, no modus vivendis. Significa 'modo de vivir';
- motu proprio, no de motu propio. Significa 'por propia iniciativa';
- mutatis mutandis, no mutatis mutantis/mutatis mutandi. Significa 'cambiando lo que se deba cambiar';
- peccata minuta, no pecata minuta. Literalmente, 'pecados veniales'; indica una culpa o error menores;
- sub iudice o sub judice, no subiudice/subjudice o subiúdice/subjúdice. Significa 'pendiente de juicio';
- vox populi, no voz populi. Significa 'voz pública/del pueblo'.