¿Quejarse o hacer algo? La acción colectiva y la lucha por la reforma migratoria en EEUU
Obama dará el discurso del Estado de la nación y esperamos palabras resolutas sobre la reforma migratoria. Es el resultado de más de 10 años de activismo organizado, persistente y efectivo. El movimiento de los soñadores nos muestra adónde podemos llegar a través de la acción colectiva y no hay ninguna razón por la que activistas españoles no puedan efectuar los cambios que desean.
Al final de una reunión con Harry Reid, el líder de la mayoría en el Senado estadounidense, Gaby Pacheco, le cogió y le susurró al oído: "Sabes que el presidente tiene el poder de parar las deportaciones. Sabes que podrías decirle que lo hiciese". Pacheco, la activista del movimiento de inmigrantes jóvenes llamado los dreamers o soñadores, contó al New York Times que Reid se mostró sorprendido, le dio un abrazo y se fue.
Eso pasó en 2010, cuando el Dream Act, la ley estadounidense que daría un camino hacia la ciudadanía a jóvenes indocumentados que hubiesen llegado a Estados Unidos siendo menores de edad, acabó de perder el voto en el Senado. Fue un momento de gran decepción entre los activistas, pero también un momento clave para utilizar el enfado para volver a la lucha con una estrategia renovada.
Sin estos activistas no estaríamos siguiendo las declaraciones de Obama sobre la reforma migratoria ni sus negociaciones con los republicanos. Hay muchos temas que compiten por estar en la agenda de Obama y la acción colectiva de los soñadores ha colocado la situación de los jóvenes inmigrantes entre los temas más importantes de las elecciones de 2012. El movimiento de los soñadores está cambiando el mundo.
En junio de 2012, Obama anunció su orden ejecutiva de paralización de las deportaciones de inmigrantes jóvenes, un gran logro para el movimiento que además señaló la importancia del voto latino en las elecciones de 2012. Sus críticos dijeron que fue un ejemplo de la política transaccional para ganar el voto latino que está logrando cada vez más importancia en EEUU. Los partidarios del Dream Act observaron que la acción colectiva concienció a los ciudadanos estadounidenses y entonces, creó un ambiente en el que Obama podría tomar tal decisión en un año electoral. Da igual el motivo de Obama, el movimiento soñador hizo buen uso de una gran fuente de poder colectiva: los votos.
Al final, Obama, como cualquier político, quería ganar las elecciones y el 71% de los latinos le votó, una cifra imprescindible para su victoria. Desde entonces, el partido republicano ha dado muchas vueltas sobre su futuro cortejo de los latinos, incluso una lista de lo que deben y no deben decir sobre la inmigración, declaraciones a favor de una reforma migratoria y por supuesto, destacar a su estrella hispano Marco Rubio lo máximo posible.
Este martes, Obama dará el discurso del Estado de la nación y esperamos palabras resolutas sobre la reforma migratoria. Rubio dará la respuesta oficial de la oposición. Llegar tan lejos con el reforma que Bush quería pero no podía hacer, incluso con un congreso republicano, no es ningún accidente ni es algo que se haya logrado en el ultimo año. Es el resultado de más de 10 años de activismo organizado, persistente y efectivo, de hecho, es un movimiento de justicia social ejemplar.
Contar historias personales es una práctica muy poderosa de la campaña de Obama y cualquier movimiento de justicia social. Ha sido especialmente importante para el movimiento soñador porque los inmigrantes ilegales son invisibles precisamente porque contar su historia es correr el riesgo de ser deportado. Antes de que el periodista e inmigrante ilegal Jose Antonio Vargos contase su historia en el New York Times, United We Dream organizaba sesiones de formación para sus activistas en el arte de contar historias. La institucionalización del storytelling en el movimiento unió a los activistas por sus experiencias comunes y puso una cara familiar en la inmigración ilegal para el resto del país. No son gente distinta, son nuestros compañeros de clase, nuestros amigos.
Hace falta una organización estructurada. United We Dream es una red de organizaciones cuyo reto es el Dream Act y que no ha caído en la visión utópica de una organización horizontal y sin líderes. De hecho, desde de 2010 se enfocaron en fortalecer su estructura nacional para proporcionar formación, herramientas y estrategia a los líderes locales.
El movimiento soñador tiene un reto muy claro y ha desarrollado estrategias para lograrlo que incluye lobbying, la desobediencia civil, relaciones con los medios y la movilización de votos. La estrategia de centrarse en Obama nació con el susurro de Gaby Pacheco y sus llamadas, emails, presión a través de los medios y sobre todo, su habilidad para movilizar el voto hispano, contribuyó a la orden ejecutiva de Obama. Pero no van a descansar hasta que tengan una ley.
El movimiento de los soñadores nos muestra adónde podemos llegar a través de la acción colectiva y no hay ninguna razón por la que activistas españoles no puedan efectuar los cambios que desean. Aunque la estructura del sistema español concentra mucho poder en manos de pocos líderes de los partidos, estos igualmente tienen que ganar elecciones. Es una cuestión de organizarse en vez de quejarse.
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