Se moría por los huesos de su cita hasta que le respondió con el gesto más horrible que se ha visto nunca en 'First Dates'
Mariló, ilusionada, intentó dar dos besos de cortesía a José Antonio que, de manera poco caballerosa, se los rechazó en lo que se podría calificar 'cobra máxima'.
José Antonio, un celador granadino de 45 años, tuvo el (posiblemente) gesto más descortés y feo que se recuerda en First Dates. La víctima del desplante se llamaba Mariló, una dependienta de 40 años, también granadina, que se mostró entusiasmada con el hombre desde un primer momento.
A ver, no se puede negar que José Antonio lanzaba señales. Sin embargo, por lo que sea —llamémosle atracción—, la mujer no terminaba de captar el mensaje.
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Para muestra, esta conversación que Mariló intentaba llenar de picante y que José Antonio se encargaba de enfriar a base de jarros de agua fría:
Ante la cámara, el hombre reconocía que intentaba redirigir la conversación hacia otro punto, "y así se evapora un poco la conversación que me desagrada, o que no le veo yo con ella que haya un roce bueno para que llegue a algún lado".
Por contra, Mariló no negaba ante la cámara que José Antonio le gustaba... mucho: "¿Que si lo he visto de pareja? Sí. Yo sí, me lo llevo".
Con estos mimbres llegó el primer feo de la noche. Ambos se vieron en una estrecha cabina rodeados de sugerentes carteles que les invitaban a besarse mientras se hacían una foto. Pero la idea no le pareció precisamente buena a José Antonio: "Los carteles son muy picarones. Son demasiado...".
Mientras, Mariló leía con entusiasmo: "Bésame mucho...".
"Me frena, me frena, me tiene que llamar la atención desde el momento en el que hablo con ella, que me vaya atrayendo cada vez a más", argumentaba José Antonio, quien hizo la primera cobra de la noche, precisamente, en el fotomatón.
Sin embargo, lo peor estaba por llegar. Con la sentencia final llegó uno de los momentos más desagradables que se recuerdan en First Dates.
Mariló, ilusionada, intentó dar dos besos de cortesía a José Antonio que, de manera poco caballerosa, se los rechazó en lo que se podría calificar cobra máxima.
Aún así, la mujer afirmó que a ella no le importaría tener una segunda cita con el hombre que acababa de hacerle un feo que ni la Pirámide de Guiza.
Como era de prever, con José Antonio llegó de nuevo el rechazo: "A mí me cae muy bien pero no tendría una segunda cita".
Sólo en ese momento, Mariló se percató de que la cosa no iba a seguir para adelante: "Pues ya está, perfecto. Nos vemos", se despidió.
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