Gabilondo critica la falta de concreción de Europa contra el yihadismo porque "sobreexcitan sin aportar"
El periodista argumenta que la lucha antiterrorista "debe llevarse al terreno de las concreciones, donde las medidas pueden ser conocidas y debatidas".
"Ya basta. Hemos sido demasiado tolerantes con el extremismo islamista. Hemos de endurecer las medidas antiterroristas. Estamos en guerra con esa ideología demoníaca". Estas palabras de la primera ministra británica, Theresa May, pronunciadas este domingo tras el doble atentado de Londres —que ha dejado siete muertes y medio centenar de heridos— han llamado la atención del periodista Iñaki Gabilondo —en su comentario en la Cadena Ser ¿Cómo debe lucharse contra el yihadismo?—.
Tras escuchar a May, Gabilondo se ha preguntado si "debemos deducir que hasta ahora no se había hecho cuanto se creía necesario, a pesar de lo ocurrido en marzo en el puente de Westminster o hace 15 días en el Manchester Arena": "¿Qué nuevas decisiones hay que tomar? ¿Qué tolerancias son las que hay que revisar? ¿Cómo se ha de librar esa guerra ideológica?".
En este sentido, Gabilondo ha argumentado que si bien "son muchos los que acusan a Europa de condescendencia culpable en este asunto", son pocas las concreciones. Por eso, y siempre según el periodista, la lucha antiterrorista "debe llevarse al terreno de las concreciones, donde las medidas pueden ser conocidas y debatidas".
"Pero las proposiciones épicas si no se sustancian en propuestas y debates concretos no hacen sino sobreexcitar sin aportar", concluye el periodista.
(Lee y escucha el comentario completo a continuación)
"Después del atentado del Puente de Londres Theresa May dijo ayer: "Ya basta. Hemos sido demasiado tolerantes con el extremismo islamista. Hemos de endurecer las medidas antiterroristas. Estamos en guerra con esa ideología demoníaca". Son frases que al mismo tiempo se entienden y no se entienden. Se entienden por la brutalidad de los hechos pero no es fácil saber cómo interpretar. ¿Debemos deducir que hasta ahora no se había hecho cuanto se creía necesario, a pesar de lo ocurrido en marzo en el puente de Westminster o hace 15 días en el Manchester Arena? ¿Qué nuevas decisiones hay que tomar? ¿Qué tolerancias son las que hay que revisar? ¿Cómo se ha de librar esa guerra ideológica?
Son muchos los que acusan a Europa de condescendencia culpable en este asunto. En España esas voces abundan pero, aunque sus críticas son muy fuertes, nunca se atreven o aciertan a precisar qué hay que hacer exactamente y qué no hay que hacer. La magnitud de la amenaza necesita y merece una relectura permanente de todos los frentes de batalla: el político, el financiero, el policial, en las calles, en las redes sociales. Pero debe llevarse al terreno de las concreciones, donde las medidas pueden ser conocidas y debatidas. La ciudadanía es consciente de la gravedad del fenómeno, es consciente también de que es muy difícil combatir cuando el enemigo es una sombra. La voluntad de la colaboración ciudadana con las autoridades es máxima. Pero las proposiciones épicas si no se sustancian en propuestas y debates concretos no hacen sino sobreexcitar sin aportar, y pueden conducir a procedimientos que debilitan menos al terrorismo que a las democracias que los practican".