Por qué los casos judiciales no afectan a la candidatura de Marine Le Pen
Esta vez va en serio. Catherine Griset, jefa de gabinete e íntima de Marine Le Pen, está imputada por el caso de los empleos ficticios en el Parlamento Europeo. Descrita como "la compañera inseparable" de la presidenta del Frente Nacional (FN), Griset es sospechosa de haberse beneficiado de un puesto como asistente parlamentaria sin cumplir los requisitos, y para tareas que sólo favorecían al partido francés de extrema derecha.
Por su parte, Marine Le Pen denuncia una "conspiración política" y acusa al poder de querer obstaculizar su carrera. Mientras que el caso de Penelope Fillon (el llamado Penelope Gate) ha debilitado fuertemente la candidatura de François Fillon, ni éste ni otros casos concernientes a la financiación de las campañas del FN parecen afectar a la candidatura frentista. Por algún motivo, Le Pen nunca ha sufrido en los sondeos a causa de un escándalo en el que se ha visto salpicada. En una encuesta interactiva de Harris publicada este jueves, Marine Le Pen obtiene el 25% en intención de voto (y los datos van en alza).
Para calificar el procedimiento judicial sobre los asistentes parlamentarios del Frente Nacional en el Parlamento Europeo, el FN tiene un discurso bien ensayado: el "sistema" trata de silenciar a la candidata del pueblo. Marine Le Pen no dijo otra cosa diferente en el plató de TF1 el miércoles 22 de febrero.
"La justicia no es un poder, es una autoridad, no tiene que venir a perturbar por una investigación que podría llevarse a cabo más tarde, y que podría haberse abierto antes de la campaña presidencial, ya que es un momento democrático importante, fundamental en nuestro país", explicó en referencia a la retórica del complot. "Es sorprendente que dos meses antes de las elecciones haya esta fuerte actividad judicial", señaló Le Pen, apuntando a una posible "instrumentalización de la justicia".
Para Thomas Guénolé, doctor en Ciencias Políticas citado por Europe 1, este argumento funciona perfectamente con su electorado, muy desafiante frente a los medios y al sistema. "Los simpatizantes del FN prefieren, más que el resto, informarse en webs no profesionales o en las redes sociales. Así que, cuando les llega la información sobre los casos del Frente Nacional, les llega a través del prisma de las webs de desinformación y complotistas. Eso explica que los casos sobre el partido les resbalen de esa manera", sostiene Guénolé.
Además, los responsables del FN se consideran realmente como víctimas. "No hay que olvidar que muchos de los directivos del Frente Nacional están convencidos de que existe un complot contra su partido", prosigue, precisando que "muchos exponen esta defensa con gran convicción".
"Marine Le Pen se beneficia de un electorado más movilizado que los otros candidatos", explica a la edición francesa del HuffPost Yves-Marie Cann, director de Estudios Políticos del instituto de sondeos Elabe. Este último afirma que sus electores están muy seguros de que van a votarla, según puede desprenderse de los estudios realizados. "Este electorado se inscribe dentro de un sector de oposición al sistema, por lo que estas acusaciones se comprenden como una manifestación del llamado 'sistema", añade.
Otro elemento que puede explicar esta inmunidad es la cierta virginidad política del FN en las más altas funciones del Estado. Al menos eso es lo que señala el experto en ideologías de extrema derecha Jean-Yves Camus en una columna del JDD. "Para su electorado, todo esto sigue siendo mínimo en comparación con todo lo que han acumulado los partidos del gobierno en los últimos años. El hecho de no haber estado nunca en el poder le da como un seguro de vida que no tienen los demás", explica.
También hay que tener en cuenta que estos casos no son fáciles de entender. El investigador toma como ejemplo el caso de la financiación ilegal de las campañas del Frente Nacional. En ese dosier, la casi totalidad de las campañas organizadas por el partido desde que Marine Le Pen tomó el mando en 2011 son objeto de instrucciones judiciales por "fraude", "ocultación de fraude", "apropiación indebida", "ocultación de apropiación indebida" y "blanqueamiento". Como apunta Camus, "la complejidad del montaje hace que a la opinión pública le cueste comprender este dosier".
Por otro lado, el asunto de los asistentes en el Parlamento Europeo va en consonancia con el discurso eurófobo que reitera Marine Le Pen. "Para los electores del Frente Nacional, el Parlamento Europeo es en cualquier caso un 'chisme' inútil. Un tipo de burocracia que prolifera como el conjunto de las instituciones europeas. Al fin y al cabo, si alguien es lo suficientemente astuto como para aprovecharse de ello, tampoco pasa nada", sostenía Camus en una entrevista para Ouest-France.
"El Parlamento Europeo encarna todo lo que el FN rechaza", corrobora Yves-Marie Cann. El experto también ve una diferencia de talla entre el Penelope Gate y el caso de los asistentes parlamentarios frentistas. "Con François Fillon se ha creado la sospecha de un enriquecimiento personal, o de su familia, lo cual no se da con los presuntos empleos ficticios del FN", detalla Cann.
"Para que el Frente Nacional sufra un impacto, tendrá que verse afectado por un caso extraordinariamente grave, que afecte por ejemplo a la seguridad del Estado, o un escándalo sexual muy serio que choque a la población", recalca Thomas Guénolé en Europe 1. Aunque los actos que se le reprochan a Marine Le Pen y a su partido son graves, estamos lejos de todo lo anterior.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del francés por Marina Velasco Serrano
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