Cristiano Brown, ¿el último líder de UPyD?
De niño, Cristiano Brown “torturaba” a sus compañeros con conversaciones sobre política. Le apasionaba. Pero, a la misma vez que pasaban los años, crecía su desapego por los grandes partidos. Llegó un momento en el que dejó de leer los periódicos y ver los telediarios. Todo cambió cuando un día se enteró de que Rosa Díez fundaba un partido, entró en la web de UPyD, leyó su manifiesto y supo que era su sitio.
En enero de 2008 dio el paso y se afilió. Empezó a colaborar con los magentas, a ‘buzonear’ Las Rozas (Madrid) con propaganda del partido. Y en las elecciones generales de marzo de ese año Rosa Díez logró un escaño. Hoy, casi nueve años después, Brown (Sao Paulo, 1981) ocupa su en el partido. Desde este fin de semana es el líder tras ganar el III Congreso Nacional de UPyD.
Llega a lo más alto del partido en su momento precisamente más bajo. Actualmente hay algo más de mil militantes, que pagan una cuota de diez euros mensuales. En las instituciones tienen una eurodiputada y cerca de 130 concejales. Ninguna representación en las Cortes Generales.
"ESTO LO LEVANTAMOS"
¿Y cómo encara este panorama? Brown responde así a El Huffington Post: “Mucha ilusión, muy motivado y con las pilas cargadas. Los afiliados me han hecho llegar las ganas de que UPyD vuelva al terreno de juego y al tablero político. Estoy convencido de que esto lo levantamos”.
Brown tiene 35 años pero no es para nada nuevo en la política. Desde el año 2011 es concejal en el ayuntamiento de Las Rozas (Madrid). Con 29 años ya era candidato a la alcaldía de esta acomodada localidad cercana a la capital. Y en las elecciones municipales de 2015, con UPyD ya en caída libre, lograron dos concejales -el mejor resultado de los magentas en una ciudad con más de 75.000 habitantes-.
Le gusta hablar en positivo y todavía cree en un “próspero futuro” para UPyD. En su opinión, ahora “está ocurriendo algo similar a lo que pasó en 2007. Antes había dos grandes partidos, ahora son cuatro y están desilusionando a la ciudadanía y a la gente con sus actos y sus hechos”. Por eso, dice que ahora todo su partido debe estar “unido” y transmitirlo a los votantes.
El trabajo institucional en los anteriores años fue de “diez”, dice de manera rotunda. Entonces surge la pregunta de por qué los ciudadanos no cogían su papeleta. Su argumento: “Estamos en un mundo en el que también hay que esforzarse en la comunicación y hay que hacer una labor importante en los platós de televisión y en los medios. Esa labor igual no fue tan buena como la que se hizo en el Congreso y en las instituciones”.
“Hay que transmitir de una forma más cercana nuestro mensaje. No es lo mismo hablar de reformar el título VIII de la Constitución para recuperar competencias para el Estado que decirle a la gente que si la mejor educación de España está en Navarra o en el País Vasco, tiene que ser igual de buena para andaluces, extremeños y murcianos. Es una manera diferente de transmitir la idea. Ahí UPyD quizá no supo esforzarse para salir a los medios”, reflexiona.
Hablar de UPyD es hablar de Rosa Díez. La historia de una ilusión que acabó con ella peleada con parte del partido, con un fallido intento de pactar con Ciudadanos y con envenenados dardos entre los protagonistas de aquel culebrón (Toni Cantó, Irene Lozano, Franscisco Sosa Wagner…). “Yo estoy muy orgulloso del trabajo de Díez. Ella me devolvió la ilusión por la política, A día de hoy hago política por ella. Salí concejal en 2011, tenía un buen programa, pero la imagen de Rosa y de UPyD fue lo que me ayudó. Respeto y orgullo de haberla conocido y trabajado con ella. Ese es mi recuerdo”, comenta Brown.
Pero Díez se marchaba el año pasado dando un portazo y pidiendo la disolución del partido. El nuevo líder da su opinión: “Cada uno tiene sus razones. Entiendo que para ella dejar UPyD no haya sido una decisión fácil. La respeto, habrá sido difícil, pero seguimos trabajando. Maite Pagazaurtundúa me dijo el otro día que si los medios de comunicación vuelven a poner las cámaras sobre nosotros, lo importante es que nos van a pillar trabajando”.
En el debate sobre UPyD siempre aparece aquel pacto frustrado con Ciudadanos, un tema que dividió internamente al partido y que supuso para algunos sectores el principio del fin. Brown, en cambio, cree que “fue una acierto no llegar a ningún tipo de acuerdo”. “Ciudadanos ha demostrado con su comportamiento que un día dice blanco y el otro día dice negro. Está actuando con bastante incoherencia. La postura con C’s es la misma, no cambiamos de discurso”, apostilla Brown con ese acento “mezclado” -como dice- que refleja su vida: un niño nacido en Brasil, cuya familia se mudó a Córdoba cuando tenía nueve años y que lleva viviendo en Las Rozas más de veinte años.
Brown es ingeniero de telecomunicaciones por la Universidad Alfonso X el Sabio. Y todavía sigue trabajando en el sector privado, además de ser concejal. Se dedica a la jefatura de proyectos con un gran operador de telefonía móvil a través de una consultora francesa que tiene delegación en España. Estos días reflexiona sobre si seguirá en su trabajo, que le ayuda a tener los pies en el suelo. Todavía no ha tomado una decisión. Una cosa sí sabe: no cobrará por ser líder de UPyD.
Su vida es un continuo viaje. Se acercó a UPyD con unos posicionamientos ideológicos de centro derecha. “Pero cuatro años chocando con la mayoría absoluta del PP en Las Rozas, viendo cómo gobierna, me han escorado con el tiempo hacia el centro izquierda, donde me siento cómodo, a título personal. En UPyD hemos defendido en este congreso que somos un partido profundamente progresista, siendo personas con influencias de la socialdemocracia y del liberalismo política”, indica este apasionado del teatro, la pintura, el running y el esquí.
¿Será el último líder de UPyD? “No, no lo creo. Espero ser el líder del punto de inflexión, pero el último no. Queda mucho por delante. Los partidos han demostrado a lo largo de la Historia que han tenido momentos buenos y malos. No vamos a ser menos. Vamos a tener que vivir momentos buenos y malos, pero eso no significa que sea el final”, concluye.
El tiempo lo dirá.