12 datos sobre Michelle Obama que harán que la quieras aún más
Las despedidas no son fáciles, pero ha llegado la hora de decir adiós a la época de Michelle Obama como primera dama de Estados Unidos. Hoy, además, está de celebración por su 53 cumpleaños.
Durante estos ocho años, hemos visto la pasión con la que se ha dedicado en cuerpo y alma para que las niñas de todo el mundo puedan tener acceso a una formación adecuada, su determinación a la hora de combatir la obesidad infantil y el apoyo constante que ha supuesto para su marido, el presidente Barack Obama.
Pero quedan muchas cosas por saber de ella. Hasta los detalles más simples (como su segundo nombre) hacen que la vayamos a echar más de menos.
Por eso, la edición estadounidense del HuffPost ha recopilado una lista de 12 datos muy especiales —y adorables— sobre Michelle Obama:
1. Su segundo nombre, LaVaughn.
Lo mejor que he aprendido este año es que el segundo nombre de la primera dama es totalmente de negro: LaVaughn.
Michelle LaVaughn Robinson, del sur de Chicago. Es imposible encontrar un nombre más representativo de la raza negra. Puede que no parezca importante, pero el detalle de que llegue a la Casa Blanca una mujer llamada Michelle LaVaughn —no Laura Lane Welch ni Nancy Reagan (Anne Frances Robbins de nacimiento)— resulta muy revolucionario.
2. Su tatarabuelo era un esclavo.
En 2008, el Washington Post contó que Michelle descubrió la historia de uno de sus antepasados, Jim Robinson, al reunirse con varios familiares en Carolina del Sur durante uno de los viajes de campaña. Robinson nació alrededor de 1850, fue esclavo al menos hasta la Guerra de Secesión y trabajó en una plantación de ese estado. Michelle Obama, descendiente de esclavos, ha vivido en la Casa Blanca, que fue construida por esclavos. Así lo ha mencionado ella misma en varios discursos: en la ceremonia de graduación de la Universidad de la Ciudad de Nueva York y durante la Convención Demócrata Nacional, ambos en 2016.
3. Su infancia fue más humilde de lo que creías.
Fotos adorables de la infancia de la primera dama, Michelle Obama.
Michelle creció en un apartamento de una habitación con sus padres y su hermano mayor, Craig. Los dos hermanos dormían en el salón: colgaban una sábana para separar su dormitorio del resto de la estancia. Su padre trabajaba en una planta de tratamiento de agua y su madre era ama de casa.
4. Aunque sus profesores dudaban de ella, siempre fue una estudiante brillante.
Tanto Michelle como su hermano se saltaron el curso equivalente a primero de primaria en Estados Unidos y aprendieron a leer a los 4 años. Michelle estudió en el primer instituto especializado de Chicago, a una hora de su casa, donde asistió a clases avanzadas. Todos los días se levantaba a las 6 de la mañana. "Y lo hacía porque estaba dispuesta a hacer todo lo posible para ir a la universidad", explicó ella misma en un discurso que dio en 2013. Incluso cuando algunos de sus profesores le dijeron que no podría entran en la Universidad de Princeton, ella utilizó esa negatividad para motivarse y seguir adelante.
5. Siempre ha cuestionado las cosas que creía que podían mejorar.
En su trabajo de fin de carrera, Michelle escribió sobre la división racial en la Universidad de Princeton y sobre cómo afectaba a los alumnos. En su trabajo afirma que en la universidad fue "más consciente que nunca" de ser negra. "Me he dado cuenta de que en Princeton, pese a lo liberales y abiertos que intentan ser conmigo algunos de mis profesores y compañeros blancos, hay veces en las que me siento como una visitante, como si no perteneciera a la universidad", sostiene.
6. Barack Obama tuvo que ganarse su corazón.
Cuando Barack y Michelle empezaron a salir, Michelle le pidió a su hermano que jugara un partido de baloncesto con él para ver si era un novio adecuado. En su autobiografía, el hermano de Michelle afirma que Barack pasó la prueba. "Es muy seguro de sí mismo, pero sin llegar a ser chulo", escribe Robinson. "Sin duda, pasó la prueba, tanto en lo que respecta a su carácter como en lo que respecta a su talento a la hora de jugar al baloncesto".
7. Dejó su trabajo de abogada para trabajar en la administración pública.
Michelle comenzó su carrera en la administración pública como asistente del alcalde y luego como asistente de planificación y desarrollo de Chicago. Más adelante, fue directora ejecutiva de la Oficina de Socios Públicos y se unió a la Universidad de Chicago en calidad de decana adjunta de servicios al estudiante.
8. Se llevó a su hija Sasha a la entrevista de trabajo de la Universidad de Chicago.
Michelle explicó en una entrevista para la cadena ABC News que no tenía un canguro que pudiera cuidad de Sasha (que entonces tenía cuatro años) mientras ella acudía a la entrevista de trabajo de la Universidad de Chicago, así que se la llevó a la entrevista. "Y pensé: 'Mira, esta soy yo; mi marido está fuera y tengo dos niñas que son mi prioridad", cuenta. "Si quieres que haga este trabajo, tienes que pagarme para que lo haga y tienes que darme flexibilidad". Y así consiguió el puesto.
9. Supo lo que tenía que decirle a su marido antes de su discurso en la Convención Demócrata Nacional de 2004.
Para tranquilizar a su marido y conseguir que se relajara justo antes de intervenir en la convención, Michelle le dio el siguiente consejo: "Just don’t screw it up, buddy", que en español sería "no la cagues, colega".
10. Es una de las tres primeras damas con carrera universitaria.
Junto a Hillary Clinton y a Laura Bush, Michelle —que estudió en la Universidad de Princeton y en la Harvard Law School— es una de las tres mujeres de presidentes estadounidenses con educación superior.
11. Eleanor Roosevelt y ella son las primeras damas más altas.
Controla la situación gracias a su altura (1,80 metros) y a su sinceridad.
12. Probablemente haya dado más abrazos que cualquier persona en la historia de la Casa Blanca.
Cualquier día de los últimos ocho años hemos podido ver a Michelle dando sus famosos abrazos. Nunca ha sido tímida a la hora de abrazar: ha mostrado su afecto tanto a niños como a la reina de Inglaterra.
Lo cierto es que ahora nos vendría muy bien uno de esos abrazos. Vamos a echarte mucho de menos, Michelle. 😢
Es tan difícil decir adiós…
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.
QUERRÁS VER ESTO:
Michelle Obama dice "basta" a Donald Trump