La nueva financiación y la ausencia de Puigdemont y Urkullu marcan la Conferencia de Presidentes
Una mesa en forma de u tapizada de rojo. Y (casi todo) el poder territorial reunido para hablar del rumbo del país. Este martes, el Salón de Pasos Perdidos del Senado acoge la VI Conferencia de Presidentes, que está marcada principalmente por el inicio de las negociaciones para reformar la ley de financiación autonómica y por las ausencias de los jefes de los Ejecutivos catalán, Carles Puigdemont, y del País Vasco, Iñigo Urkullu.
Una reunión de máximo nivel, que se ha visto descafeinada por la actitud de Generalitat y la Lehendakaritza, a pesar de los intentos de Moncloa para que empiecen a dar los primeros frutos su ‘operación Diálogo’. No obstante, sus dos banderas lucirán y el Gobierno ha dicho a los ciudadanos catalanes y vascos que representará sus intereses en la cita.
Desde 2012 no se había convocado este cónclave, que reúne al presidente del Gobierno con los líderes regionales. Es la segunda vez que Mariano Rajoy ejerce como gran anfitrión, aunque esta vez lo hace con un Gobierno en minoría y con muchos nuevos invitados elegidos tras las elecciones de 2015. Juan Vicente Herrera (Castilla y León), Juan José Imbroda (Melilla) y Juan Jesús Vivas (Ceuta) son los únicos políticos que pueden presumir de haber estado en todas las ediciones del máximo órgano de cooperación multilateral, que se reunió por primera vez en 2004 por impulso de José Luis Rodríguez Zapatero.
¿QUÉ SE ACORDARÁ?
El Gobierno tiene la intención de sacar adelante unos diez acuerdos, de los que muchos ya están cerrados o pendientes de los últimos flecos. El más importante es el cambio en el modelo de financiación autonómico. Es un tema árido, complicado, áspero, pero es la base del Estado del Bienestar al ser la vía principal para sufragar la Educación y la Sanidad -competencias transferidas a los gobiernos regionales-.
El anterior modelo se aprobó en la segunda legislatura de Zapatero y ya se ha quedado desfasado. La Conferencia dará el pistoletazo de salida para la creación de una comisión de expertos en un mes que trabajará en la nueva norma. Después tendrá que pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiera y se tramitará en el Congreso, donde hace falta mayoría absoluta para sacar adelante el cambio de la Lofca. Sobre la mesa también estará la petición de que se reconozcan en esa financiación las necesidades para la ley de Dependencia. Varias autonomías han trasladado su malestar a Moncloa porque abonan un porcentaje mayor del que marca la ley -sería un cincuenta por ciento por parte de la Administración General y otro cincuenta por la administración territorial-.
En la lista de acuerdos previstos también está el compromiso de elaborar una estrategia nacional sobre demografía, un tema solicitado por algunas autonomías muy preocupadas por la despoblación y ante el fenómeno del envejecimiento. El Gobierno también ultima con las comunidades la creación de una tarjeta social para conocer todas las prestaciones que reciben los ciudadanos, evitar duplicidades y detectar fraudes entre los desempleados.
En esta España llena de administraciones asimismo se buscará avanzar en la coordinación en materias como protección civil, la amenaza terrorista, unidad de mercado o movilidad de funcionarios. Y además está previsto que se ratifique un cambio en la tasa de reposición, una medida que anhelan muchas autonomías para poder contratar a más empleados públicos.
En este listado de previsibles acuerdos se incluye potenciar el bono social y avanzar en el pacto alcanzado para que no hayas cortes de luz a las familias más vulnerables. También está previsto que se cuente con las autonomías para un futuro pacto de Estado en materia de Educación.
Todo ello se hará sin Puigdemont y Urkullu, cuyas ausencias han sido criticadas por el resto de territorios. Por ejemplo, a País Vasco no le afecta el tema de la financiación al tener un concierto propio, pero es un tema crucial para Cataluña, que siempre ha denunciado una infrafinanciación y el incumplimiento de su Estatuto en relación al porcentaje de inversión en los presupuestos generales. Las dos autonomías han reclamado a Moncloa un trato “bilateral”.
DESAYUNO CON EL REY Y REUNIÓN HASTA LA TARDE
Documentos, pero también ritual. La Conferencia de Presidentes tiene mucho simbolismo y es uno de los grandes momentazos políticos del país. A partir de las 8.30 horas los presidentes autonómicos llegan al Senado y acceden por la puerta principal, ante la atenta mirada de las cámaras. Según fuentes de la Cámara Alta, a las 8.50 horas hace su aparición la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que se ha encargado personalmente de la organización del evento. Cinco minutos más tarde es el turno de Mariano Rajoy.
El último en llegar es el rey Felipe VI, que no estará acompañado por la reina Letizia. En la puerta saludará a Rajoy, al presidente del Senado, Pío García-Escudero, y a los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces de la Cámara Alta, que estarán allí unos minutos como anfitriones. Después se ha preparado un desayuno informal para el monarca, los miembros del Gobierno y los presidentes autonómicos en la coqueta biblioteca.
A las 9.30 horas será la foto de familia en la explanada de la Plaza de la Marina Española si no llueve y a las 9.45 empezará oficialmente la reunión. Es a puerta cerrada y en ella ya no está Felipe VI. La cita se prolongará hasta las 14.00 horas, momento en el que se hará un parón para servir un “almuerzo frío” también en la biblioteca. Una hora y vuelta al trabajo. Las conversaciones, según las fuentes del Senado, seguirán aproximadamente hasta las 17.30 horas.
Una vez finalice la Conferencia, está previsto que Rajoy ofrezca ante los periodistas una rueda de prensa. Posteriormente comenzará un maratón de comparecencias simultáneas de los 17 presidentes autonómicos presentes.
Moncloa -como organizador-, el Senado -como anfitrión- y Casa Real llevan semanas preparando con mimo y minuciosidad este evento, según fuentes conocedoras. Especialmente han estado en contacto los servicios de protocolo, prensa y seguridad para que todo salga perfecto.
Un día muy grande para la política. Y más de 700 periodistas acreditados con ansias de contar lo que pase entre los muros del Salón de los Pasos Perdidos.