Nadie superará el regalo que ha hecho Amy Schumer a su padre por Navidad

Nadie superará el regalo que ha hecho Amy Schumer a su padre por Navidad

Comedian Amy Schumer poses during the GQ Men of the Year party in West Hollywood, California December 3, 2015. Picture taken December 3, 2015. REUTERS/Kevork DjansezianKevork Djansezian / Reuters

Una de las mejores cosas que ha hecho Amy Schumer gracias a la fama y el dinero ha sido comprar la granja que su familia tuvo que vender por falta de dinero cuando ella era pequeña.

Cuando Schumer era sólo una niña, el negocio de su padre —que vendía mobiliario para bebés— quebró al mismo tiempo que le diagnosticaron esclerosis múltiple. La granja de la familia, situada en el estado de Nueva York, donde Schumer pasó sus veranos en la infancia, fue una de las primeras cosas que vendieron para reducir costes.

Con motivo del comienzo de la época navideña, Schumer ha anunciado en las redes sociales que ha recomprado la granja de la familia para regalársela a su padre: compartió en Instagram una captura de pantalla de una videollamada que realizó con su padre el martes.

Today I bought my father's farm back.

A photo posted by @amyschumer on

Más tarde, Schumer publicó un vídeo de cuando era pequeña en el que puede verse cómo pasea entre los maizales y cómo su padre la observa. En la grabación "se burla de mí porque yo quería que viniese conmigo", explica en la publicación de Instagram.

"Perdimos la granja y perdimos todo lo demás, pero hoy he podido recomprarla para regalársela", añade.

A video posted by @amyschumer on

En su biografía, The Girl with the Lower Back Tattoo [La chica con el tatuaje en la parte baja de la espalda], Schumer habla de las dificultades económicas por las que pasó su familia y de cómo esto la motivó a ganar dinero por sí misma.

"No recuerdo lo que sentí al perder todo, pero sí recuerdo cuando unos hombres vinieron a llevarse el coche de mi padre cuando tenía 10 años: él observaba inexpresivo cómo se alejaba el coche", escribe. "Después de que mis padres perdieran todo el dinero, la situación no hizo más que empeorar. Nos mudábamos a casas cada vez más pequeñas hasta que llegó un punto en el que me daba la sensación de que dormíamos todos juntos como una piña, pero no era tan divertido como en Donde viven los monstruos".

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.

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