El PP espera que Rajoy gane peso en la UE tras la dimisión de Renzi y la renuncia de Hollande
Europa siempre en plena reconstrucción. En movimiento. Con sus luces y sombras. Y el proyecto europeo de repente se ha encontrado con nuevas turbulencias: la dimisión de Matteo Renzi al perder el referéndum sobre la reforma de la Constitución y la renuncia de François Hollande a presentarse a las elecciones francesas del año que viene.
Los dos han sido columnas básicas de la actual UE bajo la atenta mirada de la canciller alemana, Angela Merkel, en un momento marcado por el Brexit, la crisis de los refugiados, la débil recuperación económica, la fallida apuesta de Bruselas por Hillary Clinton y el auge de los populismos en todo el continente.
España ha estado mientras casi un año en un segundo plano por la interinidad política. Y en apenas unas semanas los populares creen que se ha dado un giro y comparten la impresión, tanto en público como en privado, de que estos movimientos en Italia y Francia hacen que Mariano Rajoy gane peso en la Unión Europea y España deje de ser una de las grandes preocupaciones de Bruselas, según fuentes populares.
SIEMPRE BUSCANDO LA SOMBRA DE MERKEL
En el PP ya celebraron como la vuelta a la primera línea de la política internacional la participación de Rajoy el pasado 18 de noviembre en la cumbre organizada en Berlín para despedir al presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, junto a Merkel, Renzi, Hollande y Theresa May. "Mariano, en Alemania diríamos que tienes la piel de elefante", le llegó a comentar la canciller al presidente español entre bromas aquellos días.
Pero ahora las cosas han cambiado todavía más y dos de los allí sentados -Renzi y Hollande- están de salida. Esto lleva al PP a pensar que tanto Merkel como la UE mirarán más a España y a Moncloa en este frágil momento. Esa es una de las lecciones que sacan en Génova tras el referéndum italiano, además de que este tipo de consultas las “carga el diablo”. El que más explícitamente se ha expresado ha sido el ‘número tres’ del partido, Fernando Martínez-Maillo, que ha llegado a proclamar esta semana: “Rajoy es el líder con más fuerza después de (la canciller alemana) Angela Merkel".
Rajoy explicó a los periodistas durante la celebración del Día de la Constitución en el Congreso que no ha hablado con Renzi tras perder el referéndum y tampoco con Hollande. Pero sí avisó de que tenía pendiente una conversación con el francés, con el que mantiene una buen relación. En cambio, con el exalcalde de Florencia no ha habido química durante estos años y las dos diplomacias no se han caracterizado precisamente por hacer piña (los dos líderes no convocaron ninguna cumbre bilateral). La presencia en Berlín de Rajoy fue fruto precisamente de laboriosas gestiones con Estados Unidos y Alemania.
LA NUEVA 'TROUPE' DE EXTERIORES
Estos giros europeos llegan en un momento en el que el Gobierno español está ‘rediseñando’ su estrategia en Exteriores vía nombramientos. En la sombra dirige esta política Jorge Moragas, el jefe de gabinete de Rajoy. Pero este nuevo Ejecutivo tiene ahora como cara visible a Alfonso Dastis, tras la decisión de Rajoy de no renovar a José Manuel García-Margallo -quien protagonizó extraños movimientos en torno al liderazgo del presidente durante los meses de interinidad-.
En este cambio de fichas, desde este mes de diciembre ocupa la Secretaría de Estado para la Unión Europea Jorge Toledo, que hasta ahora un asesor cercano a Rajoy y Moragas en Moncloa sobre temas europeos. Además, también se ha designado a Fernando García Casas como secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, que era el embajador en Estonia y que tiene conocimientos profundos sobre este tema al haber trabajado muchos años junto a Enrique Iglesias en la Secretaría General Iberoamericana.
Y no ha pasado tampoco desapercibida la designación de Pablo García-Berdoy como nuevo representante permanente español ante la UE. Era el embajador español en Berlín, lo que hace que tenga buenos contactos en la Cancillería y es un signo de la importancia que da España a la relación con Alemania dentro de la UE.
El nuevo Gobierno de Rajoy también supone una recomposición de apoyos internos. Margallo mantenía una mala relación con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. El exministro de Exteriores chocaba con ella en temas como la relación con Cataluña y mantuvieron una pugna interna durante los últimos años. En cambio, la ‘número dos’ se lleva mejor con Dastis, y también Moragas. Incluso están protagonizando actos conjuntos como la reunión del pasado viernes con el ministro británico para el Brexit, David Davis.
CON UN OJO EN EEUU Y OTRO EN EL CONGRESO
Rajoy va retomando su agenda internacional tras estos meses interinidad y tiene como gran cita en las próximas semanas la reunión del Consejo Europeo de los días 15 y 16 de diciembre. En esa reunión los líderes comunitarios intercambiarán opiniones sobre cómo abordar la idea de un mecanismo de defensa común, la salida de Reino Unido y mostrarán su preocupación por las consecuencias que el Brexit pueda tener. En esa misma cita los jefes de Estado o de Gobierno de la UE analizarán los acuerdos con países africanos para hacer frente a la inmigración ilegal y debatirán la reforma del Sistema Europeo Común de Asilo.
Los populares ven que gana peso Rajoy en la Unión Europea, pero saben también que deben demostrar que controlan la situación interna. Precisamente el día que arranca el Consejo Europeo el Ejecutivo ha pedido al Pleno del Congreso que se vote el techo de gasto para 2017 -el primer paso para la difícil tramitación de los Presupuestos Generales del Estado- y los objetivos de estabilidad presupuestaria. Además, quiere que la Cámara Baja dé su visto bueno al primer paquete de medidas económicas del Gobierno -subida de impuestos especiales y del salario mínimo y la nueva regulación del impuesto de sociedades-. El Ejecutivo pretende que su ratificación sea un mensaje tanto interno -una legislatura que dure más de lo esperado- como externo -control de las cuentas ante Bruselas-.
En la agenda internacional también está marcado en rojo el viaje que hará Mariano Rajoy a Estados Unidos los días 19 y 20 de diciembre para presidir un debate en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre la trata de seres humanos. Lo que no se sabe es si el presidente español hará algún movimiento para intentar verse con Donald Trump, que no será formalmente presidente de Estados Unidos hasta el 20 de enero. Por ahora, la comunicación se ha limitado a una carta de felicitación.
Y Moncloa ya está también preparando algunas de las cumbres más importantes de los próximos meses: la de Lisboa del 28 de enero entre los países mediterráneos de la UE, la de Malta del 3 de febrero sobre el futuro de la UE -sin Reino Unido- y la del 25 de marzo en Roma con motivo del 60 aniversario del Tratado.
Rajoy sigue buscando su sitio.