Primarias en Indiana... ¿y ahora qué?
Las primarias en Indiana han supuesto un antes y un después en la carrera hacia la Casa Blanca. Básicamente lo han sido para el partido republicano, que ha visto como se escapaba la última oportunidad real para frenar a Donald Trump antes de que se celebre el comité del partido.
Trump simplemente se encanta, sabe que está a un paso de hacerse con la nominación. Mientras, el resto del partido, más dividido que nunca, tiene que tomar una decisión sobre cómo afrontar lo que los votantes han decidido. Se plantean unos meses cargados de incertidumbre de aquí al 8 de noviembre, día de la cita electoral por la presidencia de EEUU.
¿QUÉ PASA AHORA CON TRUMP?
Tras su abrumadora victoria en Indiana y la retirada de su principal rival, el senador Ted Cruz, Trump sabe que ya es considerado por el presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, como el que "más probablemente" será el nominado presidencial del partido.
Con sus palabras Priebus pone de manifiesto que el escenario de una convención disputada, por la que altos mandos del Partido Republicano además de Cruz y Kasich habían abogado sin tapujos durante las últimas semanas, ha quedado prácticamente descartado, tal y como expresó en Twitter:
"Donald Trump será el probable nominado del Partido Republicano, debemos unirnos y centrarnos en derrotar a (la favorita entre los aspirantes demócratas) Hillary Clinton JamásClinton", indicó Priebus en su cuenta en la red social, asumiendo por vez primera que el magnate será el candidato.
Por eso Trump ya mira más allá y en su primera entrevista tras la victoria de este miércoles, concedida al canal MSNBC, Trump ha reconocido que tiene a varios candidatos a vicepresidente en mente, pero que se inclina por "la ruta política".
"Yo tengo talento en los negocios. Necesito a alguien que me ayude con legislación, que sea amigo de senadores y así evitaremos la vía de la acción ejecutiva", ha explicado el magnate, quien ha confirmado que también había pensando en un general para ser su compañero de fórmula en las elecciones presidenciales de noviembre.
Con la victoria que se ha apuntado este martes -ha conseguido el 53,2%-, Trump ha logrado sumarse los 57 delegados que estaban en juego. De este modo, acumula ya 1.053 de los 1.237 necesarios para asegurarse la nominación. Los ojos los pone ya en el próximo 7 de junio, día en el que se celebran primarias en 10 estados y territorios, donde hay en juego 444 delegados. la clave es California, donde el ganador se lleva la totalidad de los delegados, 172.
¿Y CON CRUZ Y KASICH?
Es una realidad: el magnate ha ido cosechando éxitos por todo Estados Unidos y ha conseguido, pese a que nadie lo esperaba, derrotar a los demás aspirantes republicanos.
Sin Ted Cruz, sólo quedaba John Kasich. El gobernador de Ohio resistía en la carrera aunque con muy pocas opciones -llevaba 153 delegados- e incluso había dicho que no se retiraría. Pero el peso de las victorias de Trump han podido también con él y, pocas horas después de Cruz, también anunciaba su adiós.
Cruz había centrado sus esfuerzos en conseguir un buen resultado en Indiana, incluso aliándose con Kasich para frenar a Trump, pero no le ha servido de nada. Además, la semana pasada y tras las duras derrotas en el noreste, había nombrado a la excandidata Carly Fiorina como su vicepresidenta, pero no ha servido de nada: sólo ha recibido el 36.7% de los votos.
Caracterizado por una lengua afilada y un discurso con tono de púlpito, horas antes de conocerse su derrota en las primarias de Indiana, Cruz volvió a alertar sobre Trump, refiriéndose a él como un "mentiroso patológico", alguien "absolutamente amoral" y "el mayor narcisista que ha visto el país". Eso tampoco sirvió.
Con todo, no hay que olvidar un factor clave en la derrota de Cruz: pese a que se veía como la última oportunidad de los republicanos para frenar a Trump, nunca contó con el respaldo de los conservadores anti-Trump. Prueba de ello son las últimas palabras del ex líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, quien aseguró que es "lucifer".
Todo esto de poco importa ya, puesto que entre lágrimas, abrazos y algún que otro golpe, Cruz se ha retirado, acompañado por su mujer Heidi y sus dos hijas: "Dimos todo lo que teníamos en Indiana, pero esta noche los votantes eligieron otro camino. Por ello, suspendemos nuestra campaña".
Y como internet es como es, los seguidores de Cruz ya tienen claro, en esta web (tedcruz.com), cómo acabarán las cosas...
¿CÓMO ESTÁN LAS COSAS PARA SANDERS?
Los números no le acompañan -hasta el punto de que Hillary Clinton podía permitirse la derrota en Indiana-, pero para quien piense que la campaña de Bernie Sanders estaba acabada, el senador por Vermont tiene un mensaje: "Nada me gustaría más que enfrentarme y derrotar a Donald Trump, alguien que jamás debe ser presidente de EEUU".
De esta manera Sanders ha querido dejar claro que seguirá en la contienda. Ha llegado hasta aquí y, cuanto menos, es una "molestia" para la ex secretaria de Estado, que ha visto cómo ha tenido que luchar por ser la ganadora. Con todo, con los resultados de Indiana, Sanders se ha hecho con 43 delegados más, frente a los 37 de Clinton.
De poco afecta eso sí la derrota a Clinton, que cuenta a estas alturas con 1.700 delegados, frente a 1.410 de Sanders. Este liderazgo es todavía mayor si se cuentan los superdelegados -los que el partido manda a la convención-, los que elevan los 2.220 delegados frente a los 1.449 de Sanders. Para conseguir la nominación se requiere el respaldo de 2.383 delegados.
Así las cosas el veterano senador no se da -para nada- por vencido: "La campaña de Clinton cree que esta campaña está acabada. Están equivocados. Quizá está acabada para los miembros del aparato del partido, pero los votantes en Indiana tenían una idea diferente".
¿Y PARA HILLARY CLINTON?
Para Hillary Clinton las cosas están claras: está a un paso de hacerse con la nominación directa. De ahí que tras las primarias de Indiana la ex secretaria de Estado haya buscado ya el cuerpo a cuerpo con el magnate Donald Trump, al que su campaña ha calificado de ser "un riesgo demasiado grande" para el país.
A falta de saber el resultado final en ambos bandos, algunos medios tienen claro ya algo: el Partido Republicano ha muerto: