Una película logra que se endurezca la ley contra los crímenes de honor
La gala de los Oscar 2016 fue una gran noche para las reivindicaciones: el presentador, Chris Rock, criticó la falta de diversidad en Hollywood, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, animó a denunciar el acoso sexual, y DiCaprio pidió avances en la lucha contra el cambio climático.
Pero uno de los momentos más intensos de la noche llegó con una categoría menos conocida, la de Mejor corto documental, cuando Sharmeen Obaid-Chinoy se llevó el galardón por A Girl in the River, que cuenta la historia de una pakistaní que sobrevivió a un crimen de honor.
La semana pasada, tras ver el documental, el primer ministro pakistaní, Muhammad Nawaz Sharif, se comprometió a cambiar las leyes para castigar a quienes cometen estos asesinatos, dijo Sharmeen Obaid-Chinoy en su discurso.
"Este es el poder del cine", exclamó la directora al recoger su Oscar.
El documental narra la historia de Saba Qaiser, una joven asesinada por su padre y por su tío, que le dispararon y la tiraron al río, sólo por haberse casado con alguien a quien no aceptaban. Por suerte, vivió para contarlo.
Los crímenes de honor ocurren cuando una familia considera que una mujer o una chica ha violado su castidad, supuestamente arruinando el honor de su familia, según describe la ONU. Las mujeres pueden ser asesinadas por ser víctimas de violación, por haber practicado sexo antes del matrimonio, por casarse con alguien que su familia no aprueba o por cometer adulterio.
"La historia es tan importante porque destaca que, todavía hoy, en 2016, se siguen practicando estas barbaridades, y que no hay suficientes leyes que impidan a la gente matar a otras personas", explicó Obaid-Chinoy a la edición estadounidense de The Huffington Post en enero durante el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza).
Anteriormente, los vacíos legales permitían a las familias perpetrar estos crímenes y salir impunes, pese a que la legislación pakistaní lo considera asesinato. Las familias podían esquivar las leyes nombrando a alguien para que cometiera el asesinato y después perdonándolo, de acuerdo con la publicación DAWN.
"Hay un gran vacío en la ley", señaló Wasim Wagha, de la Fundación Aurat, a la web de noticias. "Estamos luchando por que esta cuestión cambie".
En marzo de 2015, el Senado de Pakistán aprobó un proyecto de ley contra los crímenes de honor, pero el Parlamento lo frenó a finales de año, según The New York Times. Obaid-Chinoy lanzó una petición en la que exigía que el primer ministro volviera a presentar la propuesta al Parlamento y se asegure de que los criminales no salgan impunes, independientemente del perdón de la familia.
"Muchos de los hombres que perpetran estos crímenes no reciben ningún castigo", dice la petición. "Firma para acabar con la impunidad de los crímenes de honor en Pakistán. Es urgente".
En enero, cuando se anunció la nominación del documental a los Oscar, el primer ministro publicó un comunicado de prensa en el que felicitaba a Obaid-Chinoy, y anunciaba el "compromiso del Gobierno para librar a Pakistán de este mal por medio de unas leyes adecuadas".
"Ahora que ha dicho públicamente que va a trabajar en ello, creemos que nosotras, las mujeres de Pakistán, tenemos que pedirle que rinda cuentas", afirmó la cineasta en la entrevista que concedió a The Huffington Post en enero.
El primer ministro vio la película en su casa el 22 de febrero y, en su presentación, ante los líderes institucionales y de la sociedad civil, declaró con contundencia: "No hay ningún honor en los crímenes de honor".
Queda por ver si el primer ministro cumple su promesa y presenta la enmienda ante el Congreso para que se incorpore a la ley y se cierren los agujeros legales que permiten la impunidad en los asesinatos de honor.
En Pakistán, cada año se matan a más de 1.000 mujeres en nombre del honor, según informa la Fundación Aurat por los derechos de los pakistaníes. La ONU estima que la cifra a nivel mundial se acerca a los 5.000 asesinatos.
Obaid-Chinoy dedicó su Oscar tanto a los hombres como a las mujeres: a las mujeres, porque "esto es lo que ocurre cuando las mujeres decididas se unen", y a los hombres, por "todos los valientes que animan a las mujeres a ir a la escuela y a trabajar, y quieren una sociedad más justa para las mujeres".
No es la primera vez que Sharmeen Obaid-Chinoy gana una estatuilla: en 2012 se llevó el primer Oscar para Pakistán por Saving Face, un documental sobre las mujeres con la cara desfigurada por los ataques con ácido.
Este artículo fue publicado originalmente en 'The WorldPost' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano