La Fiscalía pide un informe psicológico del guardia civil que disparó al batería de los Piratas
La Fiscalía se ha personado en la causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 2 de Ponteareas (Pontevedra) para esclarecer las circunstancias del fallecimiento de Javier Fernández, batería de los Piratas, y entre las diligencias que ha solicitado el Ministerio Público está un informe psicológico del agente de la Guardia Civil que efectuó el disparo mortal contra el músico.
Así lo ha confirmado en declaraciones a los medios el abogado Gerardo Gayoso, representante legal de la viuda, y ha explicado que los testigos que han declarado este miércoles han confirmado que ni la mujer ni su bebé estaban en peligro cuando llegó la Benemérita a la vivienda. Asimismo, los testigos han reconocido que "no había cuchillo por ningún lado" y que el arma que Javier había esgrimido ante los guardias sería un tenedor.
Uno de los testigos ha sido Pablo, amigo del fallecido, quien ha insistido en que el músico era "un buenazo" y que "amaba profundamente a su mujer y a su hijo". Además, se ha ratificado en que estuvo presente cuando se produjo el disparo.
Los hechos ocurrieron el pasado miércoles 26 de agosto. Una patrulla de la Guardia Civil recibió el aviso para desplazarse a la Parroquia de Gulanes, concretamente a la calle Costa Sequeiros, número 36, por un supuesto caso de violencia. Se avisó a los agentes que el presunto agresor se encontraba muy nervioso.
Ante el tipo de aviso recibido, hasta el lugar se desplazó también una ambulancia del 061 con un médico. Al llegar a la zona, los propios vecinos indicaron a los agentes que se trataba de una caso de malos tratos y que la mujer presuntamente agredida había salido a la calle mientras que su pareja, Javier Fernández, seguía dentro del domicilio con el bebé de ambos.
El batería de los Piratas se encontraba muy nervioso y, tras entregarle el bebé a un vecino, los amenazó. Un guardia civil, al ver en peligro la vida de su compañero, efectuó un disparo en el abdomen del agresor, que fue inmovilizado y posteriormente llevado al hospital de Meixoeiro de Vigo, donde finalmente falleció horas después.
