Rupturas e inestabilidad
La política nacional es una sucesión de acuerdos y desacuerdos; de especulaciones sobre los cambios que Mariano Rajoy parece dispuesto a realizar. Y con tantos vaivenes, la prensa opta por la ironía...
"Como decía Woody Allen, algunos matrimonios terminan bien y otros duran toda la vida. No puede decirse que el matrimonio de Convergencia i Unió haya terminado bien, pero se parece bastante a los divorcios de mutuo acuerdo porque unos y otros sabían que estaban al final del camino".
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Esta es la conclusión de Marius Caroll, el director de La Vanguardia que en su editorial se pone más trascendente al reconocer que el sueño de la causa nacional "está dando paso a la pesadilla de la desunión. Y, al tiempo, a la implosión de los partidos que antes admitían pluralidad y matices".
El responsable de que CiU se llame ahora "Convergencia o Unió", como titula El Periódico, es Artur Mas. "La trituradora", como le califica El País en un editorial en el que, no obstante, ve "virtudes clarificadoras" en la crisis porque "Mas podrá componer ahora un gabinete volcado al activismo independentista y Unió, levantar la bandera del catalanismo moderado, integrador y dialogante". David González considera que este "final en diferido" puede suponer que el gobierno catalán sea ahora más estable porque Unió garantiza el apoyo parlamentario y Esquerra, también.
Otra paradoja se perfila en la Moncloa porque Mariano Rajoy puede conseguir hacer una crisis de Gobierno sin cambios...
Peridis, en su viñeta de El País, dibuja a un Rajoy embarazado, envuelto con la bandera de España en una columna que hace las veces de paritorio. Le asiste otro Rajoy en bata verde que le anima: "Empuja, Mariano que a lo mejor viene de nalgas". "Uf, a mi estas cosas me dan mucha pereza", responde el parturiente. A lo que el ayudante responde: "Mientras no te dé vergüenza".
"El suspense de Rajoy con la crisis de Gobierno aviva las críticas internas", titula Javier Casqueiro en El País que, en esta tesitura, no descarta incluso que la remodelación se quede para la semana que viene. O incluso que no tenga lugar, según Carmen del Riego, que en La Vanguardia vaticina: "Rajoy limitará los cambios a la dirección del PP" y el "Gobierno podría verse afectado (sólo) de manera colateral".
Ignacio Camacho, que califica a Pedro Sanz como el Jordi Hurtado de La Rioja, ironiza en ABC: "Al presidente se le pudren las crisis en las manos, entre dudas, cabildeos y misterios".
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Lo que está a punto de estallar es la crisis griega, aunque nadie espera una salida hoy en la reunión de ministros de la zona euro...
"Las negociaciones están en punto muerto y poco se espera de la reunión del Eurogrupo, que no será decisiva, aunque sí útil", señala una fuente comunitaria al Frankfurter Allgemaine. "¿Y ahora qué, señor Tsipras?", se pregunta en primera el económico Handelsblatt.
Pues, según Kathimerini, el primer ministro griego está dispuesto a asumir la responsabilidad de rechazar un compromiso. Es decir, en palabras del ministro griego de Interior a Die Welt: "Si es necesario, Grecia abandonará el euro". En las capitales europeas, hasta los más moderados empiezan a perder la paciencia.
Arnaud Leparmetier, director adjunto de Le Monde, sugiere que los europeos digan no y fuercen así una crisis de gobierno en Grecia que se solventaría con un gobierno de unidad que volvería a la mesa de negociación, como ya sucedió en Italia tras la salida de Berlusconi, o en la propia Grecia después de Papandreu. "Europa -escribe- no puede permitirse tener una Grecia sumisa a los problemas e incluso a tentativas autoritarias", en referencia a Rusia.
En cualquier caso, no todo son dudas, rupturas e inestabilidad esta mañana, también hay buenas noticias...
"El gasto de las familias españolas sube por primera vez en siete años", constata El País a raíz de los datos del INE, y en un editorial saluda "la vuelta del consumo", aunque insiste en que la economía española "necesita ahora programas de estímulo que incorporen más inversión y una recuperación paulatina y selectiva de los salarios".
Ente otras cosas, como apunta el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, en El Mundo, porque "España no es Grecia porque la gente afronta los problemas".
Y el tuit de esta mañana habla de otra batalla europea que tuvo lugar hoy hace 200 años...
Waterloo: "Un triunfo antiliberal de los reaccionarios", analiza Martin Kettle en The Guardian.