La OCDE eleva el crecimiento previsto para España del 1,7% al 2,9%
La OCDE revisó este miércoles sustancialmente al alza sus previsiones de crecimiento económico para España, con un 2,9% para este año y un 2,8% para el próximo, gracias al efecto de unas condiciones monetarias y de tipos de interés muy favorables, al petróleo barato y a una demanda europea más fuerte.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puso sus perspectivas para España prácticamente al mismo nivel que las del Gobierno (que espera un 2,9% este ejercicio y el que viene) y ligeramente por encima de las de la Comisión Europea (2,8% y 2,6%, respectivamente).
Pero sobre todo, mejoró las que la propia organización había presentado en su anterior informe hace seis meses, en las que anticipaba un 1,7% en 2015 y un 1,9% en 2016, de forma que España pasa a estar en cabeza de la zona euro por el ritmo de crecimiento.
SUBIDA EN LA EUROZONA
Los autores del estudio estimaron que el PIB de la eurozona en su conjunto subirá un 1,4% este año y un 2,1% el próximo, con un comportamiento algo mejor que la media para Alemania (1,6% y 2,3%), y por debajo en los casos de Francia (1,1% y 1,7%) e Italia (0,6% y 1,5%).
Por no hablar de Grecia que -siempre a condición de que consiga un acuerdo para un nuevo programa de salvamento que le permita mantenerse en la moneda única-, apenas progresará en 2015 (0,1 %) antes de embarcarse en una verdadera recuperación en 2016 (2,3%).
El caso de Estados Unidos es bien diferente, ya que la caída de la actividad en el primer trimestre ha llevado a la OCDE a disminuir el crecimiento previsto este año al 2% (en lugar del 3,1% estimado en noviembre) y al 2,8% el que viene (en lugar del 3%).
PIDE "REFORMAS ESTRUCTURALES"
La OCDE aventuró que el paro en España va a bajar y se situará en el 21,5% a finales de este año y en el 19,7% al acabar el próximo, pese a lo cual seguirá siendo el segundo nivel más alto de sus 34 Estados miembros, muy por delante del tercero, Eslovenia (12,3% a fines de 2016), y solo por debajo de Grecia.
Para abordar esa "preocupación clave", señaló que hay que hacer "mayores esfuerzos" en la asistencia a los demandantes de empleo, pero también en las opciones de formación que se les ofrecen, ya que "muchos de ellos están poco capacitados".
En términos más generales, recomendó dar un giro hacia una economía basada en el conocimiento que ofrezca "un crecimiento más incluyente y creaciones de empleo", para lo cual ve fundamentales "reformas estructurales para facilitar la apertura y la ampliación de empresas y la mejora de la innovación".