Cuando de las elecciones no sale ningún alcalde
Este domingo 24 de mayo, más de 8.100 municipios elegirán a sus representantes para los próximos cuatro años. La mayoría de los vecinos acudirá a las urnas con la esperanza de conocer, al día siguiente, quién será su alcalde o alcaldesa.
Sin embargo, al margen de las incógnitas derivadas de los pactos electorales, en algunas localidades se dan circunstancias extraordinarias y no tan extraordinarias que dejan en el aire el sillón de regidor: pueblos que no votan, pueblos que votan masivamente en blanco o empates entre candidaturas.
Estos son algunos de esos casos que se produjeron en las pasadas elecciones municipales, celebradas en mayo de 2011:
BARGOTA, DONDE NADIE QUIERE SER ALCALDE
Ninguno de los menos de 300 habitantes que pueblan Bargota, un pequeño pueblo situado al oeste de Navarra, quiere ser alcalde. No es algo nuevo, llevan así desde que, hace 16 años, no se presentara ninguna candidatura para la Alcaldía.
Desde entonces, en cada convocatoria municipal, los habitantes de Bargota votan a sus representantes seis meses después, una vez finalizados los plazos legales. Pero lo hacen sin candidaturas ni campaña, sino con una urna y la lista del censo electoral.
Cada vecino escribe en una lista el nombre de cinco personas y los que más votos tienen son los que componen el equipo de gobierno municipal. Si alguien no quiere ser alcalde o concejal, le toca al siguiente más votado.
"Es casi una norma y no me parece mal método, es participativo y democrático", explica a El Huffington Post Pablo Llorens, alcalde de Bargota desde hace tres años, cuando el entonces regidor decidió marcharse del pueblo.
"Yo salí votado hace ocho años y acepté el cargo de concejal", cuenta Llorens, que rechaza la opción de aceptar ser elegido de nuevo. "Ya es suficiente, mi cometido es llegar a noviembre o diciembre porque hay que cambiar y, además, no soy un profesional", indica el regidor, que comparte su tarea política con la de agricultor, su verdadera profesión.
Dice Llorens que, pese a este sistema de votación, la corporación funciona "como un ayuntamiento normal". "Se reparten las parcelas y se hacen sesiones cada mes en las que debates opiniones personales porque cada uno tiene su opinión, pero no hay partidos detrás de las personas", indica.
Este domingo Bargota volverá a no elegir a su alcalde. No será el único pueblo que lo haga, ya que en las pasadas elecciones, 141 municipios también optaron por la misma vía, según informó El País en 2011.
LUKIN, REACCIÓN ANTE LA ULTRADERECHA
En Lukin (Navarra) tampoco querían votar. Pero no porque nadie se presentara, sino porque la única candidatura era de Derecha Navarra Española, un partido de extrema derecha actualmente integrado en VOX.
"Las cosas no se hicieron bien", reconoce Kiko Pardo, presidente de la gestora que ahora dirige el consistorio de Lukin después de que todo el pueblo se quedara en casa para evitar que la candidatura de extrema derecha se impusiera en los comicios. Y lo lograron, porque no obtuvo el 5% necesario para tener representación.
"Después se convocó una reunión viendo lo que había pasado y yo me presenté voluntario para presidir la gestora junto con otras cuatro personas", explica.
Pardo afirma que el trabajo en el Ayuntamiento "es el mismo" que si hubiera salido elegido con normalidad y que este año "ya se ha presentado una candidatura del pueblo" de un partido independiente. ¿Y él? "Ya estoy en proceso de jubilación", responde.
ADUNA, EN BLANCO CONTRA EL PP
Hace cuatro años, en Aduna (Gipuzkoa), prácticamente todo el pueblo se puso de acuerdo para votar en blanco. La razón: evitar que gobernara el PP, único partido que presentaba candidatura para la Alcaldía.
Esto fue así porque la de Acción Nacionalista Vasca (ANV), partido entonces en el gobierno municipal, fue anulada tras la ilegalización del partido en 2008.
"No salió una lista de ningún partido ni plataforma independiente con gente del pueblo y el PP tiene por costumbre presentar candidaturas con gente de fuera", explica Josu Amilibia, actual regidor de Aduna, que antes de la ilegalización era concejal por ANV.
Ahora, como no adscrito, es el alcalde de su localidad porque la movilización social evitó que el PP obtuviera el 5% requerido para tener representación y porque la anterior corporación quedó en funciones hasta estas elecciones. Entonces la alcaldesa era Arantza Aburuza, pero renunció cansada del cargo y actualmente es teniente de alcalde.
"Si no hubiéramos querido seguir, se habría tenido que quedar una gestora", relata Amilibia, quien asegura que, aunque gobernar en funciones tiene sus contras, en general no afecta a la gestión. "Te limita algunas decisiones, como cambiar el escudo del pueblo, la bandera o los límites municipales, pero funciona igual para hacer inversiones o para el gasto corriente", afirma.
Este año volverá a presentarse como candidato a alcalde bajo las siglas de EH Bildu y con buenas expectativas de victoria. "En los pueblos pequeños importa mucho que sea gente del propio municipio. Nosotros lo somos y aquí el PP no saca muchos votos. Lo normal es que ganemos sin problemas, aunque hay que esperar al domingo, claro", asegura.
ALCALDES POR FORTUNA
La 'diosa' fortuna hizo a Juan Manuel Andrade, candidato del PP, alcalde de Os Blancos (Ourense). En este municipio gallego se dio una curiosa circunstancia cuando, del recuento de votos tras las elecciones municipales de 2011, salió un empate a 393 entre PP y Alternativa Popular Galega, cuyo candidato era José Manuel Castro.
Un mes después, en junio, la Junta Electoral decidió deshacer el empate a través de sorteo, como viene recogido en el artículo 184 de la Ley Electoral, tras desestimar los diversos recursos presentados por ambas formaciones.
"Fue un caso inédito y yo quería que se repitieran las elecciones", explica Castro, ahora alcalde de esta localidad gallega que vivió con un alcalde elegido por sorteo hasta, un par de semanas después, el Tribunal Superior de Justicia gallego lo anuló por irregularidades en el recuento de votos y estimó que debían repetirse las elecciones.
"Dio la casualidad de que faltaba por contabilizar un voto, pero fue una frustración total. Estaba de mala hostia y con nervios, porque después de un trabajo de año y medio, que se vaya todo con un papel sacado de una bolsa es un poco defraudante", indica Castro, quien admite que no sabía que la ley preveía la opción del sorteo.
Los comicios se hicieron coincidir con las generales del 20 de noviembre. Fue entonces cuando Castro se impuso con mayoría absoluta a su rival.
"Fue toda una experiencia, como un máster", bromea el regidor recordando el proceso hasta ser elegido. Ahora Castro se presenta en las filas del PP y espera que no se repita otro empate. "Porque en ese caso, cojo mis bártulos y me voy, que yo de esto no voy a hacer carrera", agrega.
Pero Os Blancos no fue el único pueblo donde un sorteo decidió el alcalde, ya que en Lújar (Granada) y en Navaridas (Álava) también se desempató con el mismo método y también ganó el PP. En la localidad granadina, la elección se dirimió lanzando una moneda al aire.
HERVEDEDO, SIN ALCALDE POR UNAS HOJAS
También repitieron comicios locales coincidiendo con las generales en Hervededo (León), donde, junto a las blancas del Congreso y las naranja del Senado, tuvieron que colocar papeletas verdes para elegir a su alcalde después de que un error con el papeleo impidiera que fuera elegido en mayo.
Todo porque, según contaban los diarios El País y El Mundo en noviembre de 2011, "no se metió un acta en el sobre que correspondía". Para cuando se solventó el problema, ya era demasiado tarde. La Junta Electoral anuló la votación y estimó que se repitiera en noviembre, coincidiendo con las elecciones generales.
Entonces, el PSOE, que había ganado los comicios en mayo al ser la única candidatura que se presentaba, se encontró con que el PP presentó una candidatura para hacerse con el Ayuntamiento. "No tenían a nadie que quisiera presentarse y el candidato del PP es de fuera, Hervededo es pequeño, nos conocemos y creo que es mejor para todos que las decisiones para el bien del pueblo las tomemos los que estamos aquí", dijo entonces el candidato socialista, Marcos López.
Desde el PP, sin embargo, alegaban que el candidato que tenían "no se pudo presentar por cuestiones de salud".
Finalmente, fue el candidato socialista el que se impuso con un 66% de los votos frente al candidato del PP.