Morón revalida su apuesta por el municipalismo asambleario de AMA
Antes de que los indignados del 15M tomaran las plazas de toda España en 2011, los moroneros llevaban indignados más de una década y habían pasado ya a la acción: las urnas daban ese año tres de los 21 escaños del ayuntamiento a la Asamblea Moronera Alternativa (AMA), una nueva formación política pionera en el asamblearismo, la participación directa y los métodos de gestión y control municipal.
Estas cosas no pasan porque sí. Pasan cuando a los 28.000 habitantes de Morón de la Frontera les convierten en cómplices de los ataques contra Irak por el simple hecho de haberles endosado una base norteamericana a diez kilómetros. Pasan cuando les arrasan literalmente los lomos de su Sierra de Esparteros para extraer a cielo abierto millones de toneladas de caliza. Pasan cuando transcurren las décadas y el hospital más cercano sigue estando a 70 kilómetros, pese a la demagogia y las promesas políticas del PSOE de Sevilla. Pasan cuando alcaldes socialistas como José Párraga se hacen ricos con el negocio de explosivos con los que reventar la Sierra.
Pasan cuando otro alcalde como Manuel Morilla, del PP y también condenado, como Párraga, a siete años de inhabilitación por prevaricación) se preocupa más de su fortuna como apoderado de Jesulín de Ubrique que de la salud de sus vecinos, a los que intentó asfixiar con el humo contaminante de un flamante crematorio en el centro del pueblo.
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El candidato a la alcaldía por AMA Morón, el profesor universitario Isidoro Albarreal, posa en el salón de plenos con una urna y la llave del municipio.
Y cuando estas cosas pasan en los órganos más puros y directos de la democracia —los ayuntamientos—, ya no hay vuelta atrás. Ni la prisión de los bárbaros ni el confinamiento de sus cómplices a los banquillos de la oposición redimen a los indignadores ni calman a los indignados. Y en el caso de un Morón minero y aceitunero, el límite de la paciencia lo puso y lo pone siempre la leyenda renacentista de la estatua de su gallo: "Nadie nos va a dejar como al gallo de Morón, sin plumas y cacareando", dice uno de los de mayor edad de AMA, Alejandro Romero, de 68 años.
AMA y sus 60 militantes son un fenómeno pendiente de estudiar por sociólogos y politólogos, y pendiente de la atención de la prensa, a la que como reconocen ellos mismos nunca han sabido llegar eficazmente. Oficialmente nació en 2009 en la trastienda de un bar. Su germen orgánico, sin embargo, hay que situarlo en 2002, con la constitución del Colectivo de Acción Local (CAL) de Morón.
El actual candidato a la alcaldía por AMA, Isidoro Albarreal, un matemático que hoy tiene 49 años, era en aquellos días uno de los segmentos de confluencia en el CAL. Albarreal y otros jóvenes representaban a un movimiento ecologista tremendamente activo, empeñado por entonces en proteger la destrozada salud de la Sierra de Esparteros. De otro lado convergieron los movimientos antibélicos, especialmente movilizados tras el referéndum de la OTAN y por el uso posterior de la base de Morón en las guerras contra Irak. Y por último, los movimientos culturales de la localidad agrupados en torno al Centro Social Okupado Julio Vélez, empeñados en la remodelación y reapertura del TeatroCine Oriente.
"Éramos un poderoso movimiento social asambleario —recuerda Albarreal—. Todos los sábados cortábamos las calles para hacer representaciones teatrales ecologistas y antimilitaristas, pero no teníamos interés alguno por meternos en política".
LOS DECISIVOS VOTOS DE COLOR NARANJA
El CAL hubiera muerto de agonía natural si en 2007 el popular Morilla no hubiera repetido con mayoría absoluta en Morón y si no se hubiera celebrado en Andalucía un referéndum sobre la conveniencia de reformar el Estatuto de Autonomía. Una tercera parte de los 21.000 votos nulos contabilizados en aquella consulta fueron votos de color naranja, papeletas nulas de este color fabricadas expresamente en el entorno del activismo de Morón para dar testimonio de la existencia en la región de una revuelta emergente. Dos años después, en marzo de 2009, se fundaba oficialmente AMA Morón. "Había llegado la hora —explica su militante Pedro Parreño—; tal vez habíamos dejado pasar demasiado tiempo".
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AMA Morón celebra uno de sus tres mítines semanales en las calles de Morón. En este caso es Pilar Coronado quien arenga a los vecinos del barrio de Santa María, el más popular del municipio.
El gran secreto en el pueblo es el nombre del que tuvo la ocurrencia de aquel "voto naranja". Nadie se atreve a asumir como propia aquella desafiante y decisiva "gamberrada política" que marcó el momento fundacional de AMA Morón. Nadie se hace responsable, en consecuencia, de que AMA se convirtiera en el modelo a seguir para la creación, en toda la autonomía, de la incipiente Asamblea de Andalucía, el órgano intelectual táctico de dirección colegiada que trata de articular en la región las propuestas de cambio que emanan desde abajo hacia arriba.
En las municipales de 2011, AMA era ya una realidad frente a la irrelevancia política progresiva de Izquierda Unida (IU), manejada por la familia Segura. AMA, que por primera vez en Morón logró movilizar los votos y la ayuda de ácratas que jamás habían votado, se hizo con tres asientos en la oposición, logró que el PP pasara de 13 a seis concejales y que la alcaldía de Morón quedara en minoría en manos del actual alcalde, Juanma Rodríguez, del PSOE. En AMA se habían dado la mano las tres patas del banco: la sindical (agraria e industrial); la corriente ecologista; y la pata política, procedente fundamentalmente de las discrepancias dentro de IU. "De AMA hemos aprendido mucho, de sus propuestas frescas —reconoce el actual alcalde socialista, Juan Manuel Rodríguez—. Entre otras cosas, hemos adoptado reglamentariamente sus fórmulas de participación ciudadana. Y es cierto que en muchos casos sus aportaciones a nuestra gestión han sumado en positivo, eso hay que reconocerlo".
LOS RETOS DE ESTE AÑO
Hoy, en 2015, continúa la progresión de captación de votos de AMA, según sus propios adversarios políticos. "A AMA le beneficia no tener rémoras en el ámbito nacional y el hecho de que el PSOE no ha hecho nada en los cuatro años que lleva en el Ayuntamiento", reconoce el actual candidato del PP a la alcaldía, Toni Ramírez. "Desde la oposición, desde el primer momento, AMA basó su política en las denuncias y ofensivas judiciales", añade sin ocultar su molestia. Y no es para menos. Ramírez lleva ya varios años zascandileando por los juzgados en calidad de imputado por una denuncia por prevaricación interpuesta por AMA a raíz de una venta irregular de terrenos municipales en la que también está acusado el ex alcalde Manuel Morilla.
Lo primero que hizo AMA al llegar al ayuntamiento fue llevar ante el Tribunal de Cuentas de Madrid documentación presumiblemente probatoria de las irregularidades perpetradas por los gobiernos previos del popular Morilla. Pero el nuevo gobierno municipal del PSOE, contra todo pronóstico, avaló aquella controvertida gestión popular y ante el propio Tribunal de Cuentas ratificó como legales toneladas de facturas de más que dudoso cuño.
"Se inicia así la actual mayoría absoluta de facto del PSOEPP", dice Albarreal, el candidato de AMA. "Después del 24 de mayo las cosas van a seguir igual, gobernando esos dos en coalición no declarada, pero no importa. No tenemos prisa. Nosotros confiamos en que subiremos un poquito y seguiremos con nuestro principio político de ser pesados, muy pesados, pesadísimos. Seguiremos reclamando justicia todos los días en todos los plenos, en todos los tribunales. Estar en la oposición nos ha enseñado mucho, sobre todo a tener calma con los procedimientos institucionales."
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Los candidatos de los cuatro partidos con representación municipal debaten en la radio local. De izquierda a derecha el moderador, Jesús Sánchez; Marina Segura, de IU; el actual alcalde, Juanma Rodríguez, del PSOE; Toni Ramírez, del PP; y de espaldas Isidoro Albarreal, de AMA Morón.
PASO A PASO, POCO A POCO
Calma y recursos limitados. Recogiendo firmas tumbaron la subida de impuestos propuesta por el grupo socialista el pasado año y Lograron que la declarara ilegal el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Para la actual campaña electoral sólo han tenido dinero para desplegar diez grandes pancartas en el casco urbano de Morón. No se han hecho carteles para pegar en las paredes, sólo unas pegatinas del tamaño de un DNI que se reparten por las calles y unas papeletas de voto que se entregan en mano, puerta por puerta. También han comprado una furgoneta con la que trasladan los bártulos y la megafonía a cualquier lugar del pueblo para dar tres mítines semanales.
La falta de recursos la sustituye el trabajo voluntario de gente que simpatiza con candidatos a los que han visto jugar por las calles del pueblo cuando eran adolescentes. "A los paisanos les hemos explicado claramente que AMA es una formación municipalista, que no aspira al poder en Andalucía y menos aún en La Moncloa —dice la filóloga Julia Escobar—. Lo que queremos sólo es lo mejor para Morón".
RENUNCIA AL SALARIO
Las tácticas de participación directa ciudadana y algunas de sus principales propuestas políticas fueron pioneras en su día y hoy forman parte de los programas de otros partidos emergentes, como Podemos. Desde su constitución en 2009, los cargos electos de AMA renunciaron a todos sus privilegios oficiales y a su salario municipal, que han logrado por acuerdo del Pleno destinar a becas para chavales estudiantes. Y no porque les sobre el dinero: algunos viven de los subsidios y otros de su trabajo; y los hay también que viven de las ayudas familiares. "El capital social de AMA es la gente, es decir, lo que otros partidos desprecian", dice Romero.
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Antes de ser famoso por la base norteamericana, Morón ya lo era por su legendario gallo, que quedó para la posteridad "cacareando y sin plumas".
Hasta el sistema de confección de listas es absolutamente revolucionario. En una primera vuelta, militantes y simpatizantes votan a los 21 que quieren que les representen, y a su vez son votados por los otros. Así, todos son elegibles y electores, hasta los que no habían previsto dedicarse a la política. Por supuesto que cabe la opción a renunciar, pero también cabe la de aceptar, como el caso de Isabel Zamudio, una profesora de secundaria que considera que es su deber "devolver a Morón el privilegio de tener estudios y formación".
Con los 21 más votados se confecciona una segunda vuelta, separando listas de hombres y mujeres para cumplir con los requisitos de paridad. Los que más votos reciben obtienen también una puntuación extra. El modelo está sacado de la forma en la que se configuran las parrillas de salida en la Fórmula 1. El más votado, 5.000 puntos; el segundo, 4.000... y así, alternando hombres y mujeres, se confecciona la lista electoral definitiva.
El sistema de pulcritudes es aún más refinado. "Mientras estemos en la oposición pretendemos que nuestros cargos electos sean rotatorios, que ninguno permanezca toda la legislatura. Eso nos permite formar y bregar a toda nuestra lista y nos permite también, de cara a los ciudadanos, mostrar que no tenemos ambiciones individuales de poder, que somos una propuesta colectiva, que la responsabilidad es de toda AMA", explica Albarreal.
"Votar AMA no es tirar el voto —aclara el candidato asambleario—. Pero tampoco significa darle a AMA un cheque en blanco. Porque vamos a imponer mecanismos de consulta popular para las medidas a tomar, vamos a instaurar un sistema que permita al votante controlar la gestión del voto depositado".
Como buen moronero, Albarreal también presume de su humor andaluz. "Ya tenemos el discurso para cuando ganemos la alcaldía", dice. "Nuestro lema de campaña es: Con AMA gobiernas tú. Pues bien, cuando tengamos el ayuntamiento le diremos a la gente: ¡Hala, gobierna tú!."
