¿Por qué pasó el 11-M?: El origen y las causas del trágico atentado

¿Por qué pasó el 11-M?: El origen y las causas del trágico atentado

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Hace diez años, entre las 7.37 y las 7.41 horas de la mañana, diez bombas estallaban en Madrid en cuatro trenes de Cercanías. Ha sido el atentado más devastador que ha visto nuestro país. España entera enmudeció ante la masacre, que dejó 191 muertos y más de 1.800 heridos. Entre lágrimas, los ciudadanos se preguntaron: ¿Por qué?

Una década más tarde, a esta pregunta supuestamente sencilla pero que ha sido objeto de múltiples teorías de la conspiración, intenta dar respuesta Fernando Reinares, catedrático de Ciencia Política en al Universidad Rey Juan Carlos en su libro ¡Matadlos!. Años de investigación recopilando sumarios, informes de los servicios secretos y viajes para buscar el origen de aquella masacre en la obra más completa hasta el momento sobre este episodio.

Estos son algunos de los principales interrogantes que despeja este experto antiterrorista en su libro.

¿Dónde surge la idea del 11-M?

A más de 6.600 kilómetros de Madrid, en la portuaria megaurbe de Karachi (Pakistán) el marroquí Amer Azizi ideó el 11-M, según Reinares. Ahí nació el devastador plan de la mente de este inmigrante que llegó a España a finales de los ochenta o principios de los noventa y que, tras una juventud en la que fumaba hachís y escuchaba reggae, en Madrid se radicalizó y se volcó en la faceta más excluyente y rigorista de la religión islámica.

A finales de 2001, Azizi se entrevista con otro correligionario de origen marroquí, conocido como Abdelatif Mourafik (condenado posteriormente por delitos de terrorismo tras los atentados de Marruecos en 2003), con el objetivo de que los españoles sufrieran el mayor atentado de su historia.

¿Por qué?

Azizi había llegado a Karachi procedente de Irán, donde le había sorprendido la operación Dátil, lanzada por el juez Baltasar Garzón para desactivar la célula que Al Qaeda había fundado en España en 1994. La mayoría de sus componentes fueron detenidos en la misma en noviembre de 2001, entre ellos su cabecilla Abu Dahdah.

Uno de los que no fueron cazados por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado fue Azizi, que se encontraba fuera de España. Por ello, sostiene el autor, la decisión inicial de atentar contra España surge del anhelo de venganza de este hombre por la desactivación del grupo de Abu Dahdah.

¿Solo deseo de venganza?

Este deseo de Azizi se ve complementado para que avance la preparación del 11-M con una trascendental reunión que se celebra en febrero de 2002 en Estambul (Turquía) entre una serie de grupos yihadistas, que acordaron que las acciones para la guerra santa no solo tendrían lugar en lugares donde hubiera conflicto armado, sino también en países habitados “principalmente por infieles”.

A partir de ese momento se pone a España en el foco de los objetivos, al participar el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), que formaría parte del entramado del 11-M . En consonancia con la reunión de Estambul, en Madrid recibe órdenes Mustafa Maymouni -también perteneciente al grupo de Dahdah y no encarcelado- de parte de Mourafik y Azizi de crear dos células: una en Marruecos (Kenitra) y otra en España.

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¿Cómo se forma la red terrorista del 11-M?

El conjunto de yihadistas que conforman la red final del 11-M se pueden enmarcar en tres grupos: los miembros no detenidos de la célula de Abu Dahdah, las estructuras con las que contaba el Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM) en Europa occidental -especialmente en Bélgica y que estaban conectados con la reunión de Estambul- y la banda de ‘El Chino’ - un grupo de delincuentes comunes que fueron radicalizándose en su concepción religiosa-.

Asimismo, señala el autor, hay algunos otros miembros que no se pueden inscribir directamente en una de estas tres patas, pero que son anexionados a la causa. Estas tres ramas fueron aglutinándose de manera progresiva durante un año y medio. En un contexto cronológico, el proceso de formación se iniciaría en marzo de 2002 y concluiría en agosto de 2003.

¿Qué nos dicen las fechas?

Si se tienen en cuenta estos plazos, Reinares recuerda que este grupo se forma seis meses después de los atentados del 11 de septiembre, cuatro meses después del inicio de la guerra de Afganistán y de la operación Dátil, más de un año antes de la guerra de Irak y 20 meses antes de anunciarse la convocatoria de elecciones generales en España para el 14 de marzo de 2004.

¿Cómo da su beneplácito la cúpula de Al Qaeda al plan de Madrid?

Al deseo de venganza de Azizi y al criterio de oportunidad de la reorientación de varios grupos yihadistas en Estambul, se suma un tercer componente para llevar a cabo esta operación sangrienta: el sí del núcleo de Al Qaeda.

El visto bueno, sostiene Reinares, se produce a mediados de 2003. Los líderes de la organización dan luz verde al alcanzar el propio Azizi un importante puesto en la estructura global. Nada más y nada menos, el marroquí se llega a convertir en el adjunto del jefe de operaciones externas, Hamza Rabia. Este es la tercer factor que dará marcha al 11-M.

Desde Pakistán, Azizi iba dando órdenes a través de Mourafik a Maymouni, el origen de la célula del 11-M. Tras la detención de este último en Marruecos en 2003, se encargaría de sus funciones en Madrid Driss Chebli y, posteriormente, ‘El Tunecino’.

¿Qué perfil tenían los terroristas del 11-M?

Aunque el número de yihadistas relacionados con el atentado será mayor, Reinares considera que se puede hablar con fundamento de 25. En la radiografía que hace el autor se puede extraer que todos eran varones, el 80% había nacido entre 1970 y 1979 y todos eran extranjeros (21 marroquíes, dos argelinos, uno egipcio y otro tunecino).

Casi todos vivían en Madrid o poblaciones cercanas, la mitad eran inmigrantes regulares y una tercera parte contaba con antecedentes penales. Algunos de los miembros tenía estudios superiores, pero la mayoría no llegó ni a la educación secundaria, lo que denota que eran principalmente inmigrantes de primera generación de carácter económico.

¿Qué pasó con ellos tras el atentado?

Según subraya Reinares en la obra, 15 recibieron alguna condena en procedimientos abiertos por los atentados (once en Madrid, tres en Rabat y uno en Milán), otros siete murieron en el acto suicida en un piso de Leganés el 3 de abril de 2004 y tres consiguieron darse a la fuga.

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Juicio del 11-M

¿Y con Azizi?

Azizi, el cerebro inicial de la operación, falleció junto a Rabia en 2005 -un año después de los atentados- víctima de un ataque de un avión no tripulado de Estados Unidos.

¿Fueron los atentados del 11-M consecuencia de la guerra de Irak?

El autor lo tiene claro y asegura en el libro que “no cabe asociar” ni la decisión inicial de atentar contra España ni la reorientación de Estambul con los acontecimientos que se desarrollarán a partir de marzo de 2003. La mera cronología, señala el experto, “refuta una asociación entre el conflicto de Irak y los atentados de Madrid”.

¿Se puede conectar el origen del 11-M con las elecciones de 2004?

"Tampoco” se pueden enlazar estos dos actos, pues la fecha del 11 de marzo de 2004 ya está señalada desde octubre de 2003 y las elecciones no se convocaron hasta de enero de 2004.

¿Cómo utilizaron los atentados del 11-M los terroristas, la guerra de Irak y las elecciones de 2004?

Aunque no se pueden relacionar en su origen, lo que sí señala Reinares es que los terroristas se sirvieron de la guerra como motivo ocasional para intentar justificar la matanza que comenzó a idear a Azizi en 2001 y para intentar venderlo como un éxito a través de la narrativa de Al Qaeda -por las consecuencias políticas que tuvieron-.

Además, la propia sociedad española se dividió ante lo acaecido el 11-M. Todo ello debido, apunta Reinares, a una cultura proclive a la polarización y a la ausencia de consensos en cuestiones de Estado.

Madrid recuerda este martes aquella trágica matanza que muy pocos sabían hasta publicarse la obra que se comenzó a urdir en un encuentro entre dos mentes sanguinarias en Karachi. Una década que no ha conseguido borrar el dolor de lo que aquel día sucedió.