Gallardón dice que no abdicará en su compromiso de reformar el aborto
VALLADOLID - Al final se ha tenido que pronunciar el PP sobre la reforma del aborto en un escenario oficial de la convención nacional. El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, ha afirmado que no habrá ni gritos ni críticas que le hagan abdicar de su "compromiso" con este proyecto para revisar el derecho de la mujer y los no concebidos.
En el marco de un foro de diálogo sobre justicia que ha mantenido con el líder del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, el ministro de Justicia ha defendido el proyecto y ha insistido en que lo más progresista es defender al más débil. "Ningún grito me hará abdicar de garantizar el derecho de los concebidos y no nacidos", ha asegurado.
Estas palabras del ministro llegan después de que este sábado el 'Tren de la Libertad' llegara a Madrid y las calles se llenaran de miles de personas protestando contra su proyecto de reforma.
"El máximo respeto siempre por cualquier tipo de manifestación, sea coincidente o discrepante de lo que en este caso, y así lo han manifestado en las últimas elecciones, es la opinión mayoritaria de los ciudadanos españoles", ha declarado Gallardón a preguntas de los periodistas.
En este sentido, el titular de Justicia ha recordado que en democracia "lo que marca la acción de Gobierno es el voto en la urna". "Y ese voto en la urna es el que nos marcó a nosotros el trabajo que estamos haciendo", ha aseverado.
"Estamos estudiando, hablando con insistencia, lo vamos a hacer nosotros y entre nosotros acordándolo como siempre hemos hecho las cosas", ha aseverado el ministro, quien ha rechazado etiquetas por parte de "pseudos progresistas". "¿Quiénes son ellos para etiquetar?", se ha preguntado el ministro, consciente de que serán los ciudadanos los que tendrán que juzgar las actuaciones del Gobierno.
Ruiz Gallardón ha aprovechado su presencia en el Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid para recordar una de las afirmaciones del escritor y periodista vallisoletano cuando explicó que lo más progresista era siempre defender al más débil, una corriente que se rompió, a su juicio, cuando se dejó de proteger al no nacido.
"No es un tema de moral ni de conveniencia electoral", ha concluido para explicar que se trata de la defensa de los derechos fundamentales por encima de conveniencias y de intereses particulares.