Visita de Rajoy a Obama: De la química entre Bush y Aznar a la brecha atlántica de Zapatero
España era un "nuevo y cercano amigo" en época de Adolfo Suárez que pasó a ser un aliado fiable con Felipe González. Más tarde, llegaba el flechazo entre Bush y Aznar, una relación de amor que se rompía con Zapatero. Ahora es el turno de Rajoy, que viaja este lunes a EEUU para tratar de ganarse la confianza de Obama vendiéndole la recuperación económica.
Rajoy ha tenido que esperar dos años para ver cumplido su sueño americano. Tras varios amagos y anuncios de un "próximo encuentro" entre ambos mandatarios, la visita se concretaba el pasado mes de diciembre en un encuentro 'casual' en el gimnasio de un hotel sudafricano durante el funeral de Nelson Mandela.
La foto de Rajoy en la Casa Blanca escenificará la reactivación de una relación desigual que ha sufrido numerosos altibajos con el paso de los años.
ADOLFO SUÁREZ: EL MEDIADOR
Tras la muerte de Franco, el 29 de abril de 1977 Adolfo Suárez se convertía en el primer jefe de Gobierno español que visitaba la Casa Blanca.
El entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, se refería a Suárez como "mi nuevo y cercano amigo". Sin embargo, el expresidente de UCD "nunca estuvo cómodo con esa relación que consideraba muy asimétrica", explica el director del Real Instituto Elcano, Charles Powell, a El Huffington Post.
La prioridad para EEUU en aquel momento era mantener a toda costa las bases norteamericanas en España y no lo que estaba pasando en el país que estrenaba democracia, por lo que Suárez "volvió muy disgustado de esa primera visita".
El 14 de enero de 1980, ya como presidente electo, Suárez se reunió con Carter en Washington, donde España mostró su apoyo a EEUU en la condena de la invasión soviética de Afganistán y la crisis de los rehenes de Irán.
España comenzaba a ser tenida en cuenta por su papel como mediador. "En esa segunda visita, Suárez vio que por lo menos tomaban en serio sus opiniones sobre Oriente Medio", señala Powell.
Su sucesor tras el golpe del 23-F, Leopoldo Calvo Sotelo, no viajó a EEUU y su breve presidencia estuvo marcada por la entrada de España en la OTAN, una decisión en la que tuvo en la oposición a Felipe González.
La primera de las cinco visitas de González a un presidente de EEUU tuvo lugar el 20 de junio de 1983, poco después de su victoria en las elecciones de octubre de 1982 e invitado por Ronald Reagan.
Con la llegada de González a La Moncloa se produce una "normalización" de las relaciones entre ambos países. Así lo destaca Esther Barbé, Catedrática de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Barcelona, que reconoce que fue un periodo que empezó con ciertas dificultades por la postura de González ante la OTAN, "que hicieron dudar sobre el carácter de España como un socio creíble en el marco de la alianza occidental".
A EEUU no le gustó que González sometiera a referéndum la permanencia de España en la Alianza Atlántica, pero según Barbé, el líder socialista logró un "bis a bis" con EEUU gracias a "una posición fuerte en Europa". Tras el referéndum de 1986, se convirtió en un "aliado fiable".
El autor de El amigo americano coincide en que la relación entre ambos mandatarios se "inició con cierta suspicacia mutua, pero fue mejorando con el paso del tiempo".
Powell señala que González se ganó el respeto de los americanos por varios motivos. Uno de ellos, su cambio de opinión respecto a la OTAN y también por la firmeza con la que renegoció el acuerdo de las bases en España, en el que se desmanteló la de Torrejón. "Se negoció a cara de perro, pero logró un quid pro quo con ellos y los americanos entendieron que González era un socio fiable".
Y entonces surgió la chispa que lo incendió todo. José María Aznar tuvo una buena relación con Bill Clinton, pero fue con George W. Bush, con quien se reunió en siete ocasiones, cuando comenzó el verdadero idilio con EEUU.
Con Aznar se produce "un giro copernicano" en la visión de la política exterior. Así lo define la profesora Barbé, que destaca que "si para Felipe González el objetivo era situar a España como un grande en Europa, para Aznar fue situar a España en el G-7".
El director del Instituto Elcano asegura que "Aznar buscaba forjar una relación especial con EEUU que pudiera ser comparable a la del Reino Unido y no poner todos los huevos en la cesta europea". Powell señala que esta ruptura le valió un mayor protagonismo internacional al situarse con Blair como cabeza de los euroatlánticos en el seno de la UE.
El apoyo ciego de Aznar se materializó en 2003 con su respaldo a la invasión de Irak en contra de la opinión pública española. "Es una opción sin apoyo social y es una opción muy personal", explica Barbé, que destaca que con la foto de las Azores "Aznar quiere reproducir la foto de Yalta: 'Quien ordena el mundo son los británicos, los americanos y nosotros'".
El invierno en las relaciones entre EEUU y España comenzó con la retirada de las tropas de Irak tras la victoria de Zapatero. La ruptura con Bush fue total.
Powell recuerda que la salida de Irak "fue una decisión legítima porque estaba en su programa electoral, pero por la manera rápida en la que se implementó provocó un enorme rechazo y generó una idea excesivamente radical y falsa de que España había dejado de ser un socio fiable y de que no se podía contar con ella para cualquier proyecto".
Barbé coincide en este punto. "La retirada tal y como se hizo provocó que volviera a aparecer en EEUU el estigma español de 'socio irresponsable'. Y en general también en parte de la comunidad internacional", afirma la profesora de la UAB.
Con la llegada de Obama, comienza el deshielo. Zapatero realizó su primera visita a EEUU en octubre de 2009 con motivo del G-20 y visitó la Casa Blanca.
Sin embargo, la relación se restablece "menos de lo que cabría esperar", según Powell. Zapatero había apoyado al candidato demócrata y pensaba que el cambio iba a ser radical, pero no fue así.
La profesora de la UAB destaca un gesto que demuestra que no se llegó a reconocer a Zapatero como un interlocutor importante. Obama no visitó nunca España oficialmente y anuló su viaje a nuestro país en 2010 durante la presidencia de España en la UE de manera unilateral. "Se vivió como un gran choque porque España estaba persiguiendo la foto de Obama en Madrid".
Powell señala que en estos momentos la relación con EEUU es "excelente", paradójicamente no por los esfuerzos de Rajoy, sino gracias a la decisión de Zapatero de participar en el escudo antimisiles con cuatro destructores estadounidenses en Rota. "Quizá no quería pasar a la historia como el presidente español que torpedeó la relación con EEUU, pero me consta que los diplomáticos americanos otorgan una gran importancia a esa decisión", señala el experto.
El historiador destaca que la visita del presidente del Gobierno será "la guinda" que confirme el proceso de normalización de las relaciones y que escenificará una mejora que "ya se ha producido en los últimos años", aunque la brecha no se cerrará totalmente hasta que se produzca la visita simbólica de Obama a nuestro país.
Rajoy tiene por delante el reto de "reconstruir una imagen de socio responsable", según la profesora Barbé. Para ello ha contado con "poco margen de maniobra" dada la situación económica, por lo que en los temas más sensibles "España acepta la visión de EEUU".
Es por ello que es más que previsible que Rajoy evite en el Despacho Oval temas espinosos, como pueden ser el asesinato de José Couso o las escuchas de la NSA.
Habrá que ver si en su visita de 48 horas Rajoy es capaz de que EEUU le llame 'amigo'... y a qué precio.