"Me quiero ir": Hernán Lorenzino, ministro de Economía de Argentina, cuando le mentan la inflación (VÍDEO)
"Inflación" es para el Gobierno de Argentina lo que "Bárcenas" es para Mariano Rajoy o "crisis" fue para el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. Una palabra tabú, que despierta nervios y provoca sudores fríos.
Pero hay veces en que no hay escapatoria o es incluso peor que afrontar el tabú. El ministro de Economía de Argentina, Hernán Lorenzino, probablemente lo ha asumido ya. Tras ser preguntado en una entrevista televisiva por la inflación y dar una respuesta sobre la que no estaba seguro, el ministro pidió cortar la grabación. "Me quiero ir", dijo a la periodista griega Eleni Varvitsioti, de la cadena Skai TV, que estaba en Argentina para hacer un reportaje sobre las similitudes entre la crisis griega y la argentina.
La entrevista fue grabada en diciembre, pero su contenido íntegro trascendió esta semana, cuando se vio cómo la interrumpía el ministro. "¿Puedo cortar esto?", aseguró. Pero los micrófonos seguían grabando. "Prefiero quedarme con la última respuesta que di y no ahondar en el tema", dijo Lorenzino en unas polémicas declaraciones que han causado escándalo en Argentina.
¿Estaba la periodista poniendo contra la pared al titular de Economía? Nada más lejos. "Tengo una pregunta muy simple para usted, que parece muy complicada en la actualidad. ¿Cuál es la inflación de Argentina en este momento?", dijo. Lorenzino no contestó y se limitó a decir que hay una oficina que la mide. "¿Pero cuánto es en este momento?", insistió Varvitsioti. "El acumulado es 10,2 o algo por el estilo". La gota que colmó el delicado vaso de Lorenzino fue la pregunta de la periodista sobre posibles sanciones por estadísticas erróneas.
Ante eso, la espantada:
"Me quiero ir, sí, me quiero ir", siguió Lorenzino. "La verdad, hablar sobre estadísticas de inflación en Argentina es complejo, ¿ok? Prefiero quedarme con la última respuesta que te di y no ahondar en el tema". Unos segundos después, una asistente del ministro explicó los verdaderos motivos. "Hay un tema que nosotros, el ministro de Economía ... quizá es difícil de entender. La verdad que hablar de la inflación cuando nosotros no hablamos ni con los medios argentinos de la inflación ...", dijo.
La periodista no daba crédito. "Es el primer tema de la economía ahora. No es posible que no pregunte esto", dijo escandalizada. En una entrevista posterior, la periodista defendió la necesidad de hablar de la inflación. "En la calle todos me hablaban de la inflación, de que las cosas están muy caras, de que es una de las principales preocupaciones; no hubo un agente secreto que me mandó a preguntar sobre el tema", lamentó.
LA INFLACIÓN, DOLOR DE CABEZA ARGENTINO
En realidad, la inflación es 'el' tema. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), único organismo reconocido por Lorenzino, la sitúan efectivamente por encima del 10%, como dice él. Pero los datos no se los cree ni la oposición, ni los sindicatos, ni el Fondo Monetario Internacional, que ha advertido al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de la nula fiabilidad de las estadísticas. Cálculos privados la sitúan en el 25%.
En España, según datos del INE, se situó en marzo en el 2,3%. La marca está muy controlada por el Banco Central Europeo, que tiene como principal misión mantenerla por debajo del 3%, pero es en realidad un handicap, según muchos observadores. La institución monetaria debería abrir la mano para favorecer el crecimiento y el empleo, tal y como hacen bancos centrales de otros países, como EEUU o Japón. La reivindicación es compartida por Gobierno y oposición, pero no por la canciller alemana Angela Merkel.
En Argentina la situación es la contraria y llevada al extremo. Las altas subidas de precios llevan a los sindicatos a pactar aumentos salariales superiores al 20%. En las calles el dinero se abarata de tal manera en tan solo cuestión de días que ha cambiado las costumbres de los ciudadanos. Muchos establecimientos no aceptan tarjetas de crédito o imponen un recargo, conscientes de que para cuando el importe de la compra llegue a sus bolsillos ese dinero ya valdrá mucho menos en la práctica.
Los ciudadanos se afanan en comprar a plazos, conscientes de que conseguirlo es en realidad sinónimo de pagar menos. Hasta ahora, la inflación era un mal menor, ya que se compensaba con datos macroeconómicos, en especial un alto crecimiento y consumo, exhibidos por el Ejecutivo como prueba de fortaleza económica. Pero el crecimiento se ha ralentizado mientras los precios siguen subiendo, algo peligroso a medio plazo. Desde 2006, el nivel de vida ha subido un 150%, una tendencia insostenible si se para el motor del crecimiento.
#MEQUIEROIR, TRENDING TOPIC
La marcha de Lorenzino estalló en las redes sociales como Twitter, que casi inmediatamente convirtió en trendig topic la escena.