Imprimir carne: el fundador de PayPal invierte en la creación de carne sin origen animal
"Siempre intento invertir a la contra, ir en contra de la masa, para identificar oportunidades en lugares donde la gente no está mirando". La frase es de Peter Thiel, uno de los inversores más extravagantes de Silicon Valley. Autodefinido políticamente como libertario y lleno de contradicciones, Thiel fue uno de los fundadores de PayPal, donde veía un espacio económicamente libre de la intervención de los estados. Algo que no consiguió, aunque se hizo muy rico por el camino. Su filosofía de invertir de acuerdo con su caracter crítico le llevó a ser uno de los primeros que apostó por Facebook y decenas de exitosas start-ups más. Y también por excéntricos proyectos como el barco-incubadora de proyectos tecnológicos que se saltaría las leyes estadounidenses, o la políticamente incorrecta beca que exige a chavales de menos de 20 años que dejen los estudios y se dediquen a crear.
Así que con estos precedentes, su última inversión, que oscila entre los 250.000 y los 350.000 dólares, ha dejado al mundillo tecnológico sorprendido e intrigado. La fundación Thiel ha becado a una compañía establecida en Columbia llamada Modern Meadow, que está aplicando tecnologías de impresión 3D originalmente pensadas para fines médicos como reemplazar tejidos dañados (bioimpresión)... para crear carne para el consumo humano. La posibilidad de generar alimentos ricos en proteínas sin animales por medio y sin todo lo que implica la ganadería y el procesado de los alimentos suena a ciencia ficción, pero los experimentos de Modern Meadow son bien tangibles. Y también los de investigadores que están trabajando en lo mismo en paralelo en otros lugares del mundo.
Por ejemplo, en la universidad de Cornell en Nueva York, Jeffrey Lipton ha imprimido ya chocolate, queso, hummus, vierais, pavo y apio. Y fuera ya de los fines alimentarios, las impresoras en tres dimensiones han sido utilizadas para crear de la nada desde rifles caseros, instrumentos musicales o experimentar con la creación de riñones.
"En esta tecnología, agregados multicelulares convenientemente preparados (las partículas de bio-tinta) son repartidas en estructuras de soporte biocompatibles de acuerdo con un diseño (compatible con la forma de la construcción biológica deseada) por un dispositivo controlado por ordenador (la bio-impresora)", explica la empresa en información proporcionada por Modern Meadows al gobierno estadounidense.
También son muy tangibles los mercados a los que se dirigiría la carne impresa: por un lado a todos aquellos con objeciones éticas al consumo de productos animales -bien religiosas o bien de inspiración ecológica/sostenible-. Pero también, a largo plazo, a todos esos países emergentes en los que el ansia de carne está creciendo de forma paralela al aumento de su nivel adquisitivo. Habría mercado, incluso, para pequeñas impresoras 3D caseras que convivirían con el resto de pequeños electrodomésticos de la cocina.