Un Centro de Seguridad del Agua echa por tierra todo lo que creíamos saber sobre el agua del grifo
Un informe desmiente las falsas creencias sobre su mala calidad.
La creencia de que no es bueno beber agua del grifo está realmente extendida en algunas regiones y países. Pero, especialmente en las ciudades y poblaciones que tienen la fortuna de recibirla de manantiales de aguas cristalinas y puras, es un error no hacerlo, tal y como señala un informe del Centro Nacional para la Seguridad del Agua (CeNSiA), que pertenece al Instituto Superior de Sanidad de Italia.
Los detractores de esta práctica hablan desde del riesgo de padecer cálculos renales a la ausencia de controles y la necesidad de incrementar los dispositivos de tratamiento del agua. Pero este instituto desmiente lo que llama “las falsas creencias sobre el agua del grifo, que son muchas y, en algunos territorios, están muy arraigadas”, afirma.
Una de las más extendidas es que para que el agua del grifo sea buena debe estar libre de toda sustancia química. “Es justo lo contrario”, señala este instituto. “El agua contiene muchas sustancias químicas beneficiosas para la salud; eliminarlas supondría reducir la ingesta de elementos esenciales”.
La creencia de que el agua del grifo provoca cálculos también es falsa, prosigue el informe. "La formación de cálculos depende, en muchos casos, de una predisposición individual o familiar. El calcio es esencial para nuestra salud y su ingesta debe reducirse si lo prescribe un médico", explica.
También hay que disipar la creencia de que el agua del grifo no es segura. “Es tan segura para la salud como lo es beber agua mineral natural, porque en todos los casos la ausencia de riesgo para los consumidores está garantizada por los controles previstos que establecen las normativas”.
Por este motivo, pueden consumirla tanto las mujeres embarazadas como los niños pequeños. “Además, en el caso de los niños en la fase de destete, el agua del grifo también puede utilizarse para la preparación de leche de fórmula, papillas y para hidratar al bebé”, aclara el informe.
Finalmente, destaca que también es errónea la idea de que para que el agua del grifo sea segura hay que instalar un dispositivo de tratamiento en casa y que la gente debe evitar pedir agua del grifo en los restaurantes: al contrario, la legislación fomenta esta práctica en las zonas en las que el agua que llega es de calidad, dado que ha pasado los controles precisos.