Llaman "unos señores" al timbre para tasar su casa y les confunde con ladrones: el final es épico
"Cabe decir que después nos echaron del piso..".
La criminalidad en España ha aumentado un 18% en 2022, respecto a 2021, lo que ha provocado que en actualidad mucha gente tienda a desconfiar, también Fran Ramírez, uno de los presentadores del podcast Errar es de sabios, que ha relatado la vez que pensó que le querían robar.
El perfil oficial de TikTok del programa (@erradoaragon) ha publicado el momento en el que este creador de contenido ha contado una divertida historia de cuando unos tasadores de viviendas llamaron a su casa: "Me cagué y pase muchísimo miedo".
Además de las mofas que ha provocado el instante, el vídeo ha recopilado desde su publicación más de 22.500 'me gusta' y 330.000 reproducciones.
"Nos llaman un día al timbre unos señores diciéndonos que venían a tasar el piso. Y nos dicen que están tasando todos los del edificio. Y a nosotros nadie nos había dicho nada. Les dijimos que no, que viniesen otro día y que hablaríamos con la inmobiliaria", ha empezado explicando.
Después de no permitirles el paso a la vivienda, "porque claramente eran ladrones", ha señalado que uno de sus compañeros se fue a trabajar y él se quedó "un rato más" solo en casa: "Cuando se fue, puso por el grupo que estaban en el portal y al rato volvieron a llamar al timbre. Me asomé a la mirilla y no había nadie. Vuelven a llamar, miro y no estaban. Y pienso que se han escondido".
Aquí llegó el momento de pánico: "Empecé a poner por el grupo (de mis compañeros de piso) que viniese alguien rápido, por favor, porque estaban intentando entrar. Vieron a mi compañero salir. Y yo dije... ellos quieren que abra la puerta, me van a meter un empujón y me van a entrar a robar porque saben que estoy solo".
Al escuchar cómo una llave entraba en la cerradura, le entró más miedo todavía: "Eché todos los pestillos de la puerta, que además teníamos muchísimos, y empecé a oír risas. Resulta que era otro compañero de piso intentando entrar. Pero me cagué, pasé muchísimo miedo en esos segundos".
Y así acaba la historia, con un final de lo más surrealista, porque los supuestos ladrones no lo eran para nada: "Cabe decir que después nos echaron del piso y, efectivamente, eran tasadores reales. La inmobiliaria vendió el edificio entero".