Sorprendente pregunta de camareros a los últimos clientes antes de cerrar el restaurante
El pago con tarjeta hace que, cada vez, se dejen menos propinas en bares y restaurantes.
Según un estudio del Banco de España, el dinero en efectivo continúa siendo la principal forma de pago para un 60 % de los españoles. A pesar de que la pandemia de la covid disparó el uso del pago digital por la recomendación de evitar el dinero en efectivo, las monedas y los billetes han vuelto a ganar terreno. Ahora bien, cuando el importe que se tiene que pagar es elevado, la gente mayor sí que opta por la tarjeta.
En bares y restaurantes, sobre todo en lo que se refiere a pagar comidas y cenas, se suele optar por la tarjeta de crédito como vía de pago para disgusto de los trabajadores de restauración. ¿La razón? Contabilidad molesta o retrasos en la recepción de dinero (especialmente en el caso de tarjetas de crédito). Sin embargo, la aparición de la tarjeta también conlleva que los clientes dejen menos propinas.
"Los estudios demuestran que, en general, se dan menos propinas al pagar con tarjeta", afirma a focus.de Sascha Hoffmann de la Universidad de Hamburgo. “Esto tiene un impacto negativo directo en el potencial de ingresos de los empleados del sector de la restauración y de otras profesiones del sector servicios. Los salarios por hora no son especialmente elevados y los empleados dependen especialmente de las propinas como fuente adicional de ingresos”, asegura.
A medida que más y más personas pagan con tarjeta, el personal no dispone casi de propinas en efectivo al final del día. De ahí que a los últimos clientes se les suele preguntar cortesmente si pueden pagar su factura en efectivo. "De lo contrario, tendremos que esperar unos días para recibir las propinas, y eso es un poco molesto", dice una camarera en un popular bar de Múnich.
Para intentar que los clientes dejen propinas si pagan con tarjeta de crédito, los restaurantes empiezan a incorporar a los lectores de tarjeta la opción previa de añadir ese extra antes de pagar la factura. La pregunta es: ¿llega realmente esa propina al camarero o se la queda el empresario? Pues depende de la buena voluntad del responsable de contabilidad del establecimiento.
