Ni Papá Noel ni los Reyes Magos: el inesperado adorno navideño que arrasa en España desata el asombro internacional
Un retorno a lo grande.
En España hay unas cuantas tradiciones que ayudan bien a pulsar la actualidad del momento, la nacional y la internacional. Una son las Fallas, implacables cada marzo, que no deja títere con cabeza. Otra, ahora más cercana en el tiempo, son los caganers catalanes, con los que se decoran las casas y árboles en Navidad con los rostros (y culos) de los personajes que copan los titulares.
Para nosotros es una curiosidas clásica ya, pero fuera de nuestras fronteras aún se asombran al conocerla. Este año, cuando Donald Trump ha vuelto a ganar las elecciones en EEUU y jurará su cargo como presidente en enero, es lógico que las figuritas hayan recuperado al republicano, que fue un súper ventas desde su irrupción en la política, en 2016.
El magnate vuelve a ser la estrella de este ejército de figuras de barro pilladas con los pantalones bajados y defecando, producidas por artesanos españoles desde antiguo, tanto como el siglo XVIII. Aunque fueron diseñadas originalmente como pastores cómicos escondidos entre escenas de la Natividad para que los visitantes con vista aguda las vieran, ahora la tradición se ha expandido y también vale un inquilino de la Casa Blanca. No hay clemencia con nadie.
A la prensa internacional le ha llamado la atención, gracias a un reportaje de Reuters, la presencia de Trump en ese selecto club, con eco en medios como el británico The Independent. Este diario explica que, incluso si se pone un Trump en casa, la idea es que puede traer "buena suerte y una buena cosecha".
El caganer original, que traducido literalmente del catalán significa "el fertilizante", era un hombre que vestía un sombrero rojo y negro y un traje de campesino y que se mostraba realizando sus funciones biológicas. Se creía que sus depósitos fértiles en la tierra del belén traerían una rica cosecha.
Sergi Alos, director general de la tienda online Caganer.com, afirma a la citada agencia que las ventas de caca de los candidatos presidenciales de Estados Unidos reflejaban el resultado de las recientes elecciones del país. "Trump ha sido masivo, abrumador, igual que en las elecciones", afirma. Las figuras del multimillonario también resultaron populares en 2016, cuando ganó su primer mandato presidencial, y en 2020, cuando perdió las elecciones.
Como en años anteriores, las personalidades con mayor presencia mediática suelen ser las que más venden. Del fútbol al cine. Junto a Trump, en la lista de este año aparecen las estatuillas del presidente francés, Emmanuel Macron, que actualmente está lidiando con una crisis gubernamental, y de la líder de extrema derecha Marine Le Pen, que ayudó a generarla. También aparecen el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, el de Rusia, Vladimir Putin, el de Venezuela, Nicolás Maduro, y el de Argentina, Javier Milei. En el pasado, Isabel II, Barack Obama y Elon Musk han sido top ventas. Está por ver si el papel en el Gobierno de Trump del hombre más rico del mundo también lo devuelve a los estantes catalanes.
En 2005, el Ayuntamiento de Barcelona provocó un escándalo público tras encargar un belén en el que no aparecía ninguno de los caganers. En una carta enviada al periódico local se añadía: "Un belén sin caganer no es un belén". Hasta ese punto ha calado la tradición.