La guerra por una plaza de parking en un restaurante tailandés de Menorca acaba con pinchazos y manifestación

La guerra por una plaza de parking en un restaurante tailandés de Menorca acaba con pinchazos y manifestación

Mientras que los residentes de una comunidad de propietarios de Sa Fua reivindican su "derecho a aparcar sin acoso" el dueño del establecimiento asegura que estos aparcamientos de su titularidad. 

Ciudadela, en Menorca.Getty Images

Los residentes del complejo de apartamentos Sa Fua de Binissafúller se manifestaron el pasado viernes frente al restaurante Thai Menorca para reclamar lo que consideran su "derecho a aparcar sin acoso y con suficientes espacios" sin que se les obligue a aparcar "en los márgenes de la carretera o en los pocos espacios disponibles, ya que la mayoría están ocupados por los clientes del restaurante". Por su parte, el alemán dueño del restaurante, Werner Lutz, defiende la titularidad de los aparcamientos. 

Al lado de los aparcamientos del establecimiento se pueden observar algunas pintadas en distintos idiomas donde pone "Peligro, ruedas pinchadas" o "¿Dónde aparco?" en referencia a cuando en la pasada madrugada del miércoles aparecieron pinchadas las ruedas de dos vehículos de varios vecinos de la zona. Los vecinos piensan que el ataque se realizó con la ayuda de "un objeto punzante en un claro gesto de coacción causando unos daños materiales estimados en 500 euros"

Según relata el expresidente de la Comunidad de Propietarios de Sa Fua y propietario de uno de esos vehículos afectados, hace unos años los vecinos aparcaban sus vehículos en dicho parking, "no nos cobraba por aparcar, sino por mantenimiento de la servidumbre de paso a la que tenemos derecho por nuestra propia escritura. De hecho tiene impedida la entrada con candados y piedras".  

El conflicto, que ya tiene abierto un proceso judicial, comenzó en los años 70, momento en el que el padre del propietario del restaurante compró los terrenos, en los que se incluyeron los apartamentos hasta su posterior traspaso en el año 2000. Aunque los vecinos le dieron una oportunidad para que "arreglase y dejase en condiciones", este no accedió, por lo que dejaron de pagarle. "Se le notificó de manera oficial tras dos años de negociaciones infructuosas e inútiles. No solo nos pedía dinero, sino que nos pedía más", destaca un de los residentes. 

Este lunes la alcaldesa de Sant Lluis mantendrá una reunión con el propietario del restaurante para intentar solucionar el conflicto y llegar a un acuerdo entre ambas partes. Mientras tanto, desde el consistorio ofrecen un pequeño parking alternativo.