La chinche asesina se cuela en una zona de España
A pesar de su alarmante nombre no es peligrosa para las personas, aunque sí pica.
Una nueva chincha invasora ha aterrizado en Navarra. Se trata de la chinche asesina norteamericana, que a pesar de su alarmante nombre no es peligrosa para las personas, aunque sí pica. El problema de esta especie, según ha destacado el medio Diario de Navarra, se encuentra en las consecuencias para la agricultura.
Esta chinche se alimenta de otros insectos, entre ellos algunos útiles para la agricultura, como la mariquita, crisopas y hemípteros utilizados para controlar plagas. A pesar de esto, no se alimenta de sangre como otras especies de chinches, por lo que no transmite enfermedades.
Esta especie fue detectada la noche del 15 de enero en un piso particular de Pamplona, según una fotografía tomada por Alejandro Lecumberri. Así lo recogió Jesús Tanco, biólogo que hace una segunda carrera en la Universidad de Navarra, en un artículo en la revista especializada Arquivos entomolóxicos, según resalta el mismo medio.
"Si ha aparecido una vez, es muy posible que los tengamos por miles. Pueden llegar en jardineras, dentro de tierra”, ha declarado Enrique Baquero, profesor e investigador del Instituto de Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad de Navarra.
Pero este insecto no es nuevo en España. Se cree que llegó a Europa, a Grecia en concreto, en 2011 y en España apareció apenas un año después, según asegura el mismo medio. "Los adultos se dedican a depredar con facilidad diversos insectos, como moscas y abejas", señala un artículo que describe su primera aparición en España, escrito por Luis Vivas, subdirector y coordinador de la Galería de Invertebrados de BiodiversidadVirtual.org.
Este mismo artículo refleja que en Chile ya habían aconsejado "extremar los controles y cuarentenas de transportes y mercancías para evitar la introducción de especies invasoras, pues en el caso de Zelus renardii, por su carácter depredador generalista, podría suponer un futuro problema en la fauna nativa. Su alimentación generalista, con tan amplio espectro de insectos que depreda, su alta capacidad reproductora y su adaptación contrastada a climas tanto tropicales como templados hacen pensar que es posible que esta especie se establezca e invada gran parte de la Península Ibérica".