Gilipollas no es un insulto: este es su origen protagonizado por Hacienda
Su origen se debe a un funcionario y a sus hijas.
Insultos, tacos, palabrotas. Muchas son las palabras que se utilizan en español para referirse a alguien despectivamente. Si bien es común escuchar a más de un joven decir 'qué tal, tonto' o 'mira, ya viene el gilipollas de turno' en tono jocoso, la realidad es que, en numerosas ocasiones, pronunciar dichos términos tiene como único fin ofender al de al lado.
Entre esta multitud de insultos, hay uno que ocupa los primeros puestos en el ranking. Se trata de gilipollas y, en contra de lo que podamos pensar, tal y como ha detallado la usuaria de TikTok, @mpdancausaasesora, no tendría que tener esta denominación: "Gilipollas no es un insulto, por eso no habrán despedido al trabajador que se lo llamó a su jefe. Te voy a contar la historia que está detrás de esta palabra", ha comenzado explicando.
"Esta palabra se remonta al siglo XVI. Por aquel entonces vivía en Madrid un funcionario de Hacienda que se llamaba el señor Gil y tenía dos hijas muy jovencitas. Por aquel entonces a una niña jovencita se le llamaba 'pollita'", ha proseguido exponiendo.
De acuerdo a la narración de la usuaria, Don Gil era una habitual en las fiestas de la alta sociedad, donde siempre acudía acompañado de sus hijas, "pero las pobres no debían de ser ni muy agraciadas ni muy listas", ha matizado.
De este modo, los cotillas de la época, cada vez que aparecían en las fiestas, "decían: ahí viene Don Gil y sus 'pollitas'". Con el tiempo, la frase se fue acortando, hasta que se quedó en: ahí viene Don Gil y 'pollas', la cual explica el origen de esta palabra tan instaurada en el imaginario colectivo.